EL DOLOR (2)

 

Yo no se que Biblia leen los que predican solo super fe, prosperidad, empresariado, empoderamiento, y que todos los cristianos deben ser emprendedores y gerentes de alto nivel. 

Que si alguien se convierte a Cristo y lo recibe como su Señor ya no tendrá que sufrir ni pasar momentos de dolor.  “Venga a Cristo y verà como su vida empieza a ser un valle de rosas y caminos de algodón”, les ofrecen.  Pero eso es utopía. 


Porque la Biblia que yo leo, me muestra otro perfil de las gentes que vivieron antes que nosotros y que alcanzaron cimas brillantes en el Señor pero a base de llorar, de lágrimas, vituperios y de ser avergonzados. 


Claro que si esto lo lee uno de los discípulos de esos maestros de la super fe, no le agradará en lo absoluto saber que la Biblia es un libro de gente lastimada, gente adolorida, que sufrieron momentos de angustia, depresión, traumas y persecuciones injustificadas. 


Uno de mis maestros me enseñò algo: “Pastores, traten de leer la Biblia con ojos nuevos”, cuando estudiamos la materia sobre los fariseos.  Ellos habían leìdo la Ley de Dios con ojos viejos, de tal manera que cuando aparece Jesus no comprendieron nada de lo que Èl les quiso enseñar. Estaban acostumbrados a su propia interpretación vieja de la Escritura y no aceptaron la explicación que el mismo Dios les enviaba. “Oísteis que fue dicho, pero yo os digo”.  Es aquí en donde yo me veo reflejado en cada uno de los personajes que han quedado plasmados en la Escritura para mi enseñanza, mi exhortación y edificación. Si ellos pudieron salir adelante en medio de sus tragedias, yo también puedo y debo hacerlo.


Cuando veo a David perseguido injustamente por su suegro Saúl.  A Noé emborrachándose después del diluvio. A Ruth metiendose de madrugada en la cama de Booz, a Esther siendo utilizada para mostrar su belleza. Fueron personas que transitaron por momentos de dolor, de humillación y de vergüenza.   Personas que la Biblia los muestra en sus momentos màs oscuros pero fue allí precisamente en donde aprendieron a escuchar la Voz de Dios. Nos asombra que fueron personas parecidas a nosotros que en un momento estamos viendo la Gloria de Dios y en el segundo siguiente estamos -como Abraham- acercándonos a Hai, un lugar de basura. Y es que no nos enseñan que cada uno de nosotros tenemos un poco de David, de Noé, de Esther y de Ruth, pero también tenemos  un buen poco de Jesus. Por eso podemos hacer obras dignas de aplausos, pero también obras que avergüenzan al màs santo. Para que la Gloria sea solo para el Señor. El dolor de ser imperfectos es lo que muchos quieren evitar tratando de parecer muy justos. Eso es fariseìsmo mis amigos. Y Dios lo sabe. Y ahora lo sabe usted. “Cristo en mi, la esperanza de Gloria”.


Cuando leemos la Biblia con ojos nuevos veremos a toda esta galería de héroes viviendo valles de sombras, valles de muerte, veremos a una mujer hacendada y poderosa financieramente, amiga de políticos y gobernadores de su pueblo sufriendo tremendamente la muerte de su pequeño hijo. Ni su dinero, posición o amistades podían ayudarla. Ella lo sabìa. Fue por eso que acudió al único que podía sacarla del momento oscuro que estaba atravesando. Fue al profeta. Sabìa que su dolor y su angustia no tenía solución humana, solo divina. Y no había nadie màs que èl en aquel momento. Y el milagro se hizo. Pero ella comprendió que ser una persona de influencia social no la eximía de sufrir el valle de muerte que estaba atravesando. 


¿Por qué entonces creemos los cristianos  tenemos derecho a sublevarnos a la Voluntad de Dios cuando nos permite pasar por momentos como los actuales, en donde no se puede velar a un muerto de la familia, ni siquiera ir a su entierro como antes lo hacíamos? ¿Por qué culpar a Dios por este momento de crisis moral que estamos viviendo? Creo que la respuesta la encontramos en que nos han enseñado un evangelio de promesas que no son bíblicas.

Se nos ha olvidado que Jesus dijo que en el mundo tendríamos aflicción y dolor pero que podemos confiar porque Èl ya lo venció. Cuando pases por el fuego no te quemarás. Eso quiere decir que habrá momentos de fuego en donde las llamas amenazaran nuestro bienestar y nuestra seguridad. La vida es dolorosa, mis amigos. A casi nadie le gusta hablar de esto ni mucho menos escribir porque todos queremos el espejismo de creer que una vez nos entregamos a Cristo ya no tendremos llagas que supuran el pus de la angustia. 


Jesus dijo todo lo contrario. Es por eso que debemos ser pragmáticos y saber que aun en medio de nuestra salvación pasaremos momentos como David, como Abraham, como Jesus.


SOLI DEO GLORIA

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