SER ESPOSO

   Gènesis 25:21 “Y oró Isaac al SEÑOR en favor de su mujer 

Para muchos hombres cristianos ser esposo es un concepto que no tienen muy claro. Nadie enseña a ser esposo. No hay institutos, iglesias, clases ni escuelas para enseñar a ser esposo. Y nadie nace sabiéndolo. 

Es por eso que tenemos tantos problemas conductuales entre los hombres de toda clase social que no saben lo que eso significa. Nadie les enseña.

Hoy, en esta crisis, ha habido un aumento de la violencia familiar provocada por hombres que no saben cuál es su papel dentro del contexto familiar. Y, por supuesto, me dirijo al sector cristiano que es donde yo trabajo y me muevo. Hay hombres sentados en las sillas de la iglesia en donde quiera que se congregue que sirven al Señor, son sinceros en darle sus cantos, su tiempo y esfuerzos porque creen que eso es el todo del hombre. Pero cuando llegan a sus hogares el panorama cambia.

Es por eso que para muchas mujeres es preferible que su esposo pase màs tiempo en la iglesia que en la casa. En la iglesia es un cordero. En la casa se convierte en un lobo, en un depredador. 

Porque no sabe cuál debe ser su modus operandi en su propia casa. En la Biblia tenemos muchos modelos de esposos. Algunos de ellos no fueron lo que debieron ser. Pero hay otros que sí lograron mostrar el lado excelente de ese papel. 

Antes de decir algo sobre los demás, es importante señalar que Isaac fue el único patriarca que se mantuvo monógamo (a diferencia de Abraham o Jacob): Rebeca fue su única esposa durante toda su vida. Creo que este hecho por si solo habla mucho. Sin embargo, hay más: 

En el versículo que tomo de base de  Génesis 25  invariablemente toca mi corazón: “Y oró Isaac a Jehovà por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehovà, y concibió Rebeca su mujer”  

Este versículo nos proporciona una visión de este matrimonio, de la más estricta e íntima relación de esa pareja, porque hay varias cosas, especialmente en el momento en que la esposa de este hombre está sufriendo internamente porque es estèril y no logra tener un hijo que la haga sentir feliz, que la haga experimentar la esencia de ser mujer.  La respuesta de este esposo es lo que lo hace especial. Èl orò por ella. La atendió en su necesidad. 

Primero que todo, el mismo hecho de que Isaac orase por su mujer es muy significativo. Antes, Sara, la esposa de Abraham y Raquel, la esposa de Jacob, fueron estériles durante un tiempo, pero no escuchamos una sola palabra en las Escrituras diciendo que Abraham oró por Sara. Todavía fue peor con Jacob: Cuando Raquel se quejó por su esterilidad, Jacob se enfadó y dijo: “¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?” Puede ser que ellos también oraron, quizá para limpiar su conciencia, o por obligación, pero las Escrituras nos dicen explícitamente que solo Isaac “oró al SEÑOR” por la esterilidad de su esposa.

Entonces, mis queridos “hombres de Dios”: ¿Qué hace usted cuando nota que su esposa está triste? ¿Como trata usted a su pareja cuando se da cuenta que no come, como Elcana con Ana? ¿Se burla, como Jacob? ¿Se queda indiferente como Abraham? ¿O se ocupa de cumplir su papel de esposo con su cónyuge? ¿Es usted un bálsamo para la mujer que le acompaña en su caminar por esta vida, que se sacrifica y se entrega por usted?

Buenas preguntas, ¿no les parece? Ser esposo es ser como Jesus. Llegar cada noche a la cama y decir como èl: Todo está consumado. 

SOLI DEO GLORIA

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