SACERDOTES

                                                           

1 Pedro 2:9 “Pero vosotros sois…real sacerdocio…”

Quizá voy a caer mal con este escrito, pero no puedo callar ante la mala conducta de muchos de mis hermanos evangélicos. Y digo evangélicos porque la iglesia le ha fallado a Dios, a los hombres y a las mujeres.

Es un hecho que si un arquitecto construye un edificio que se desploma al poco tiempo, el problema no estuvo solo en el arquitecto. Hay dos factores: O en la facultad no le enseñaron bien o èl no fue buen alumno. Ese axioma lo utilizo en mi congregación en la reunión de hombres que tengo cada lunes desde hace ya unos 15 años aproximadamente. Porque la Universidad enseña ciencias. La iglesia enseña conductas. Y allí radica la falla de la iglesia precisamente.

La iglesia es la universidad del alma. Del carácter. De la hombría y del feminismo. Es en la iglesia en donde aprendemos a ser lo que Dios dice que seamos. Allí no se escogen materias como en la escuela. Allí, en esa universidad, se tiene que enseñar todo lo concerniente, como dijo Pablo, a la fe. 

Pedro dijo que nosotros, los cristianos somos real sacerdocio.

Pero, ¿qué es ser sacerdote? Si no nos enseñan qué significa ese oficio nunca podré cumplirlo o vivirlo. Y, repito, esto no se aprende en los institutos bíblicos. Esto se aprende en la iglesia de Cristo. Es allí en donde aprendemos qué es ser sacerdote según la Biblia y luego salir, como el arquitecto, el médico o el ingeniero, a practicar lo que hemos aprendido. Bien o mal. Veremos.

Aquí está el quid de la cuestión. Los hombres, como no han sido enseñado a practicar ni vivir este oficio, cuando salen de las aulas de la iglesia, van a sus hogares y siguen viviendo en su vieja manera de vivir de siempre. Llegan a sus casas, golpean a sus esposas, les exigen sexo, insultan a sus hijos, tratan vulgarmente a la mamá de su esposa, hacen valer sus “derechos” como buenos machos y exigen pleitesía de todos los que viven con èl.

En la calle son vulgares, mal hablados, insultan a las mujeres que tienen la mala suerte de pasar a su lado, hablan obsenidades y se toman sus tragos de fin de semana con sus amigotes con quienes ha crecido en el barrio.

¿En donde está su famoso sacerdocio que dijo Pedro? ¡Ah! pastor Berges, eso fue para la iglesia primitiva. ¿O sea que ese oficio ya pasò? ¿En que momento de la historia caducó esa enseñanza? ¿Si Jesus dijo que todo pasará pero no su Palabra? Algo está fallando aquí y vergonzosamente somos nosotros los maestros de esta escuela llamada Iglesia.

Para poder enseñar lo que es ser Sacerdote, según Pedro, tenemos que ir al A.T. y estudiar qué hacían los sacerdotes que Pedro tiene en mente.

Servían en el Templo. Eran los encargados de poner la leña cada mañana y mantener el fuego del Altar encendido. Eran los encargados de quemar incienso en el Altar, eran los encargados de ofrecer los sacrificios diarios ante el Señor, eran los encargados de ministrar al pueblo cuando eran sanados. Eran los encargados de ayudar al pueblo a saber si en sus casas había lepra y seguir las ordenanzas de la Ley para ese caso. Eran los encargados de enseñar la Ley a los que no la podían leer. Eran los encargados de cuidar las cosas del Templo y muchas cosas màs.

Pero para poder cumplir todo esto que a veces era una sola vez en la vida, ¿qué hacían mientras tanto? Se consagraban en sus casas, mis queridos amigos. En sus casas debían mantener una conducta santa, agradable y cuidadosamente espiritual para cuando los llamaran a desarrollar su oficio sacerdotal, estuvieran limpios, santos y preparados para servir a su Dios que los llamaba a ejercer su oficio. O eran reprobados. “Nunca os conocí…”

Entonces: ¿En donde se prepara el diácono que cuida carros en el parqueo? En su casa.
¿En donde se prepara el pastor que va a predicar? En su casa.
¿En donde se prepara el encargado de dar la bienvenida? En su casa.
¿En donde se prepara el encargado de las alabanzas? En su casa. ¿Quienes salían ganando con que el esposo fuera de la tribu sacerdotal entonces? La esposa y los hijos. ¡Ah! y la suegra. Entonces entendemos cuando la Biblia dice: “y eran piadosos”. 

¿Es esto lo que la iglesia enseña? Tristemente no. Y tiene un montón de hombres ignorantes de lo que deben ser. Y quienes sufren son la esposa, los hijos y la suegra. ¡Que triste!

SOLI DEO GLORIA

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