998- PROPÒSITO DEL HOMBRE
Continuando con la temática de las mujeres y los hombres, hoy quiero platicar con ustedes mis queridos lectores de lo que necesita un hombre... para ser un verdadero hombre:
Lo que los hombres necesitan descubrir realmente es su propósito intrínseco, el cual trasciende más allá de la cultura y de las tradiciones. Eso es lo que ha dañado la hombría en nuestro paìs y es la razón del por què hay tantas mujeres abandonadas, hijos bastardos y hogares destruidos. No es la cultura ni la moda ni lo que se ve en la televisión lo que hace a un hombre. Esos son clichés prefabricados que no sirven de referentes para un modelo verdadero. Esas imágenes del macho fumador y golpeador de mujeres es espurio, satànico y vulgar...
La posición y acciones de un hombre deben fluir como fruto de su propósito y no al revés. ¿Para què fue creado un hombre? ¿Por què se ocupó Dios en tanto trabajo para formarlo del polvo, darle forma, soplar aliento de vida en su nariz y declarar que ese ser era su Imagen y Semejanza? ¿Para què lo puso en el huerto? ¿Para què le dio una ayuda que le fuera idónea?
Esta es la razón por la cual la respuesta para el dilema del hombre no consiste solamente en ajustarse a los tiempos tan cambiantes sino en descubrir el propósito inherente del varón. Dado que vivimos en una sociedad muy confusa, el conocimiento de lo que significa ser un verdadero hombre no puede ser adquirido por medio de observar la cultura que nos rodea.
Los hombres necesitan un entendimiento de ellos mismos que no esté completamente influenciado por directrices sociales ni por la imagen que otros tengan de ellos...
¿Donde entonces podemos acudir en busca de todas las respuestas?
Tenemos que volver a los orígenes. Tenemos que volver al Gènesis. Al principio. Al dìa en que Dios dijo: "Hagamos al hombre y lo formò varón..." Dios no vio el producto empezado, vio el producto final. En su infinita sabiduría Dios no formò de una sola vez al hombre en sí, sino que lo fue formando a lo largo del trayecto entre la toma del polvo, la colocación en el huerto, cuando le dio instrucciones y le enseñò a obedecer. Fue un lapso de tiempo que no podemos medir con nuestro sistema de medidas. Eso le pertenece a Dios solamente, pero sí podemos imaginar cuánto tiempo le llevó al Señor convertir a aquel varón en hombre. Y, seamos sinceros, fueron pocos los que llegaron a ese modelo. David, Abraham, Moisés, Elías, Juan, Jesus... Pablo.
Cuando los hombres ignoran su verdadera identidad, eso no solo afecta sus propias vocaciones y sentido de realización, sino también las vocaciones y la realización de sus familias y de la sociedad como todo un conjunto. Esto se debe a que Dios le ha dado a los hombres una influencia única de liderazgo...
De la misma manera como anda el hombre, así anda la sociedad. Como es el padre son los hijos. Como es el hombre es el hogar. Como es el hombre es el trabajo... Tal el Sacerdote, señores, tal el pueblo. Si no tratamos con la crisis de identidad del hombre, toda nuestra generación estará en problemas. ¿O debo decir "está"? No hay forma de escapar de este hecho...
Lo que los hombres necesitan descubrir realmente es su propósito intrínseco, el cual trasciende más allá de la cultura y de las tradiciones. Eso es lo que ha dañado la hombría en nuestro paìs y es la razón del por què hay tantas mujeres abandonadas, hijos bastardos y hogares destruidos. No es la cultura ni la moda ni lo que se ve en la televisión lo que hace a un hombre. Esos son clichés prefabricados que no sirven de referentes para un modelo verdadero. Esas imágenes del macho fumador y golpeador de mujeres es espurio, satànico y vulgar...
La posición y acciones de un hombre deben fluir como fruto de su propósito y no al revés. ¿Para què fue creado un hombre? ¿Por què se ocupó Dios en tanto trabajo para formarlo del polvo, darle forma, soplar aliento de vida en su nariz y declarar que ese ser era su Imagen y Semejanza? ¿Para què lo puso en el huerto? ¿Para què le dio una ayuda que le fuera idónea?
Esta es la razón por la cual la respuesta para el dilema del hombre no consiste solamente en ajustarse a los tiempos tan cambiantes sino en descubrir el propósito inherente del varón. Dado que vivimos en una sociedad muy confusa, el conocimiento de lo que significa ser un verdadero hombre no puede ser adquirido por medio de observar la cultura que nos rodea.
Los hombres necesitan un entendimiento de ellos mismos que no esté completamente influenciado por directrices sociales ni por la imagen que otros tengan de ellos...
¿Donde entonces podemos acudir en busca de todas las respuestas?
Tenemos que volver a los orígenes. Tenemos que volver al Gènesis. Al principio. Al dìa en que Dios dijo: "Hagamos al hombre y lo formò varón..." Dios no vio el producto empezado, vio el producto final. En su infinita sabiduría Dios no formò de una sola vez al hombre en sí, sino que lo fue formando a lo largo del trayecto entre la toma del polvo, la colocación en el huerto, cuando le dio instrucciones y le enseñò a obedecer. Fue un lapso de tiempo que no podemos medir con nuestro sistema de medidas. Eso le pertenece a Dios solamente, pero sí podemos imaginar cuánto tiempo le llevó al Señor convertir a aquel varón en hombre. Y, seamos sinceros, fueron pocos los que llegaron a ese modelo. David, Abraham, Moisés, Elías, Juan, Jesus... Pablo.
Cuando los hombres ignoran su verdadera identidad, eso no solo afecta sus propias vocaciones y sentido de realización, sino también las vocaciones y la realización de sus familias y de la sociedad como todo un conjunto. Esto se debe a que Dios le ha dado a los hombres una influencia única de liderazgo...
De la misma manera como anda el hombre, así anda la sociedad. Como es el padre son los hijos. Como es el hombre es el hogar. Como es el hombre es el trabajo... Tal el Sacerdote, señores, tal el pueblo. Si no tratamos con la crisis de identidad del hombre, toda nuestra generación estará en problemas. ¿O debo decir "está"? No hay forma de escapar de este hecho...
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