LA VERDAD
No vamos a filosofar tanto sobre esta palabra. Esta claro que para nosotros los cristianos La Verdad por excelencia es Cristo. Èl lo dijo: "Yo soy el Camino, La Verdad y La Vida..." Los tres componentes de la existencia humana. ¿Quiere saber el camino correcto? Vea a Jesus. ¿Quiere la verdad de la vida? Vea a Jesus. ¿Quiere respuestas con respecto a la vida? Vea a Jesus...
El hilo más importante de nuestra existencia, lo que nos une como un grupo humano que nos entrelaza unos con otros es la verdad, aun cuando la muerte de la verdad sea la víctima más importante de nuestro tiempo...
No hay segmento de la sociedad que pueda sobrevivir sin la verdad. Ya sea en los juzgados de justicia como en los votos matrimoniales, simplemente no podemos vivir sin la verdad. Esta -la verdad-, tarde o temprano, nos dará alcance y deberemos rendirle cuentas.
Pregùntele a los políticos que hoy están en las càrceles de algunos países. La verdad les pidió cuentas y no pudieron darlas...
Lo tragico de todo esto es que cuando la verdad muere, las personas acaban siendo sacrificadas en el altar del pragmatismo y manipuladas por palabras en el arte humano de conseguir quedar siempre bien ante los demás. Pregùntele a un abogado o un contador o fiscal...
Un esposo, por ejemplo, para poder justificar por què engaña a la madre de sus hijos y ante quien hizo votos de fidelidad, se consigue una mentira para hacer creer que la mala de la película es ella no èl. Las palabras que usa convencen al mas evangélico de los evangélicos.
Un pastor a quien no le dan suficiente dinero para sus necesidades, oculta la verdad y justifica el desfalco a la cuenta de su congregación para tomar lo que no le pertenece, aduciendo que no le alcanza lo que le dan.
Y es que ocultar la verdad o esconderla detrás de sofismas lingüistas, no es más que un truco para poder vivir sin las amarras que la verdad exige. Cuando un hombre vive de acuerdo a su palabra dada en un altar, se privará lógicamente de un adulterio emocionante y delicioso a la carne. Sus votos son sagrados y èl sabe que su palabra dicha ante Dios tiene vida propia y esta reclamará su cumplimiento. Es por eso que ser fiel a la mujer con quien nos hemos casado no es fácil. El mundo, el sistema, las costumbres, las tentaciones y las mismas hermanas que cantan coros con nosotros y nos ayudan en el ministerio son las mismas que nos empujan a mentir y caer en las redes del pecado... Pero antes tuvo que haber un ocultamiento de la verdad. No es mi esposa la que está fallando. No es ella quien me niega el deber del matrimonio. No es ella la que no me trata con cortesía. No es ella la culpable de nada. Todo eso son mentiras que usamos los hombres para justificar nuestro desliz... Somos nosotros. Los hombres somos los mentirosos que inventamos excusas y ocultamos la verdad para hacer creer que tenemos razón para caer en el pecado que destruye matrimonios...
Pero hay un problema: La verdad ha resucitado. Y un dìa saldrá a luz la verdad de todo lo que tratamos de ocultar tras una nube de engaños y mentiras... La Verdad esta viva, señores. No lo duden.
Entonces, ¿como encontramos el hilo de la verdad? Pues bien, mirando al que dijo ser y es la verdad: A Jesucristo... Por eso, si èl está en su vida, contará con el hilo más importante que mantendrá unidos a todos los demás, especialmente a su esposa o su esposo. La verdad es el mejor pegamento... Es el tercer cordón que no se rompe...
El hilo más importante de nuestra existencia, lo que nos une como un grupo humano que nos entrelaza unos con otros es la verdad, aun cuando la muerte de la verdad sea la víctima más importante de nuestro tiempo...
No hay segmento de la sociedad que pueda sobrevivir sin la verdad. Ya sea en los juzgados de justicia como en los votos matrimoniales, simplemente no podemos vivir sin la verdad. Esta -la verdad-, tarde o temprano, nos dará alcance y deberemos rendirle cuentas.
Pregùntele a los políticos que hoy están en las càrceles de algunos países. La verdad les pidió cuentas y no pudieron darlas...
Lo tragico de todo esto es que cuando la verdad muere, las personas acaban siendo sacrificadas en el altar del pragmatismo y manipuladas por palabras en el arte humano de conseguir quedar siempre bien ante los demás. Pregùntele a un abogado o un contador o fiscal...
Un esposo, por ejemplo, para poder justificar por què engaña a la madre de sus hijos y ante quien hizo votos de fidelidad, se consigue una mentira para hacer creer que la mala de la película es ella no èl. Las palabras que usa convencen al mas evangélico de los evangélicos.
Un pastor a quien no le dan suficiente dinero para sus necesidades, oculta la verdad y justifica el desfalco a la cuenta de su congregación para tomar lo que no le pertenece, aduciendo que no le alcanza lo que le dan.
Y es que ocultar la verdad o esconderla detrás de sofismas lingüistas, no es más que un truco para poder vivir sin las amarras que la verdad exige. Cuando un hombre vive de acuerdo a su palabra dada en un altar, se privará lógicamente de un adulterio emocionante y delicioso a la carne. Sus votos son sagrados y èl sabe que su palabra dicha ante Dios tiene vida propia y esta reclamará su cumplimiento. Es por eso que ser fiel a la mujer con quien nos hemos casado no es fácil. El mundo, el sistema, las costumbres, las tentaciones y las mismas hermanas que cantan coros con nosotros y nos ayudan en el ministerio son las mismas que nos empujan a mentir y caer en las redes del pecado... Pero antes tuvo que haber un ocultamiento de la verdad. No es mi esposa la que está fallando. No es ella quien me niega el deber del matrimonio. No es ella la que no me trata con cortesía. No es ella la culpable de nada. Todo eso son mentiras que usamos los hombres para justificar nuestro desliz... Somos nosotros. Los hombres somos los mentirosos que inventamos excusas y ocultamos la verdad para hacer creer que tenemos razón para caer en el pecado que destruye matrimonios...
Pero hay un problema: La verdad ha resucitado. Y un dìa saldrá a luz la verdad de todo lo que tratamos de ocultar tras una nube de engaños y mentiras... La Verdad esta viva, señores. No lo duden.
Entonces, ¿como encontramos el hilo de la verdad? Pues bien, mirando al que dijo ser y es la verdad: A Jesucristo... Por eso, si èl está en su vida, contará con el hilo más importante que mantendrá unidos a todos los demás, especialmente a su esposa o su esposo. La verdad es el mejor pegamento... Es el tercer cordón que no se rompe...
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