¿DE QUÈ QUIEREN QUE HABLEMOS HOY?
Hoy, el dìa está soleado. Hay un leve aroma a flores silvestres que viene de la falda del Volcán que queda a pocos metros de donde vivo... Cierto frío que recuerda los fríos de Guatemala en los días de otoño... Hay fríos que cuelan el alma. Que endurecen el corazón y pone fríos los sentimientos...
Ya se siente en el ambiente los vientos otoñales que van anunciando el final de este año... La incertidumbre empieza a formarse en el horizonte. Otro año que se nos va y parece que fue ayer que empecé esta aventura de escribir un blog diario...
Los temas que el Señor me ha regalado a lo largo de este caminar íntimo y personal me ha dado la oportunidad algunas veces de abrir mi corazón y compartir con mis lectores cosas que nadie había sabido antes...
Algunos me preguntan que por què utilizo tantos puntos suspensivos en mis páginas. ¿La respuesta? No lo sé. Solo sé que me gustan. Los puntos suspensivos me sirven para dejar que mi imaginación continúe recibiendo la inspiración que dejaré plasmada en estas páginas que empiezan a volverse recuerdos de varios años de confesiones...
No sé que seguiré escribiendo después de mi artículo número mil. Creo que empezaré un nuevo episodio de abrir mis sentimientos y dejar que se muestren en la vitrina de mi alma que estará abierta para todos aquellos que me acompañen el resto de mi experiencia...
He pasado lapsos de tiempo en los cuales me he sentido seco, sin inspiración y aunque algunos de los que siguen mis escritos me llaman la atención, tengo que ser sincero y decirles la verdad: "Estoy seco, hermano. No se me ocurre nada. El Señor no me ha revelado nada..." Parece irónico, ¿verdad? Pero prefiero decir la verdad que inventarme una excusa que no vale para nada...
Estamos por terminar un año también. Se acerca el final del camino en el cual hemos estado todos estos meses y hemos visto la fidelidad del Señor sobre nosotros. Es cierto, han habido momentos duros. Han habido momentos en los cuales sentimos, como Pedro, que nos hundíamos en el mar de las tormentas que amenazaban con engullirnos, pero allí estaba Èl... Allí estaba Jesus listo para tomarnos de la mano y sacarnos a flote, bendito sea su Nombre.
También he leìdo muchos libros este año. Como ya les he contado antes, soy un lector empedernido. Claro, para que no se asusten, el primer libro que leo en la madrugada es la Biblia. Después me doy un par de gustitos leyendo otras cosas, sanas, por supuesto, nada que me ensucie la mente y el corazón... De otra manera siento que me falta el oxígeno. Cuando no leo creo que he perdido el tiempo. Para mí, la lectura es una de las necesidades importantes que me enseñaron desde pequeño. Gracias a mi mamá, lectora por antonomasia, siempre que la visitaba allá en su casa en el paìs del norte, la encontraba con un libro diferente en sus manos... Y ya sabia que me iba a compartir más de alguno para que lo leyera yo también...
Bueno, ya platicamos algo de lo que soy y de lo que hago... Gracias por haber llegado hasta aquí. Nos seguimos viendo, amigos míos...
Ya se siente en el ambiente los vientos otoñales que van anunciando el final de este año... La incertidumbre empieza a formarse en el horizonte. Otro año que se nos va y parece que fue ayer que empecé esta aventura de escribir un blog diario...
Los temas que el Señor me ha regalado a lo largo de este caminar íntimo y personal me ha dado la oportunidad algunas veces de abrir mi corazón y compartir con mis lectores cosas que nadie había sabido antes...
Algunos me preguntan que por què utilizo tantos puntos suspensivos en mis páginas. ¿La respuesta? No lo sé. Solo sé que me gustan. Los puntos suspensivos me sirven para dejar que mi imaginación continúe recibiendo la inspiración que dejaré plasmada en estas páginas que empiezan a volverse recuerdos de varios años de confesiones...
No sé que seguiré escribiendo después de mi artículo número mil. Creo que empezaré un nuevo episodio de abrir mis sentimientos y dejar que se muestren en la vitrina de mi alma que estará abierta para todos aquellos que me acompañen el resto de mi experiencia...
He pasado lapsos de tiempo en los cuales me he sentido seco, sin inspiración y aunque algunos de los que siguen mis escritos me llaman la atención, tengo que ser sincero y decirles la verdad: "Estoy seco, hermano. No se me ocurre nada. El Señor no me ha revelado nada..." Parece irónico, ¿verdad? Pero prefiero decir la verdad que inventarme una excusa que no vale para nada...
Estamos por terminar un año también. Se acerca el final del camino en el cual hemos estado todos estos meses y hemos visto la fidelidad del Señor sobre nosotros. Es cierto, han habido momentos duros. Han habido momentos en los cuales sentimos, como Pedro, que nos hundíamos en el mar de las tormentas que amenazaban con engullirnos, pero allí estaba Èl... Allí estaba Jesus listo para tomarnos de la mano y sacarnos a flote, bendito sea su Nombre.
También he leìdo muchos libros este año. Como ya les he contado antes, soy un lector empedernido. Claro, para que no se asusten, el primer libro que leo en la madrugada es la Biblia. Después me doy un par de gustitos leyendo otras cosas, sanas, por supuesto, nada que me ensucie la mente y el corazón... De otra manera siento que me falta el oxígeno. Cuando no leo creo que he perdido el tiempo. Para mí, la lectura es una de las necesidades importantes que me enseñaron desde pequeño. Gracias a mi mamá, lectora por antonomasia, siempre que la visitaba allá en su casa en el paìs del norte, la encontraba con un libro diferente en sus manos... Y ya sabia que me iba a compartir más de alguno para que lo leyera yo también...
Bueno, ya platicamos algo de lo que soy y de lo que hago... Gracias por haber llegado hasta aquí. Nos seguimos viendo, amigos míos...
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