NOSTALGIA
Números 20:23 "Y habló el SEÑOR a Moisés y a Aarón en el monte Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo:Aarón será reunido a su pueblo"
Moisés ha recibido de Dios una orden bastante extraña... Como extrañas son las cosas que suceden a los que amamos a Dios. Pasan cosas que no nos explicamos y es cuando Satanàs empieza su horrendo trabajo de robarnos bendición, fe y esperanza... Porque los caminos de Dios no son nuestros caminos ni sus pensamientos son nuestros pensamientos...
Los caminos y pensamientos de Dios son más elevados que los nuestros... Sin embargo, en esos momentos de oscuridad tenebrosa, en esos instantes que parecen eternos pero que para el Señor son fugaces, nuestras esperanzas se difuminan como el vapor o la bruma de la mañana.
Moisés no se explica por què esa orden de subir al Monte Hor acompañando a su hermano que va a morir. Que yo sepa no ha habido nadie en ningún hospital que le diga al doliente: "acompañen a su familiar porque ya va a morir..." Casi siempre, aunque sea una promesa espuria dicen que aún hay un ápice de esperanza, que "todo va a salir bien", que el cuadro puede cambiar de un momento a otro, que oren, que confíen, que esperen...
Pero no es eso lo que Dios le ha dicho a su amigo Moisés. Sus palabras han sido claras. Tu hermano va a morir, y necesito que subas con èl al monte en donde lo voy a recoger...
Frío. Sin tapujos. Sin opción a querer cambiar la Voluntad de Dios. Solo un "muy bien, Señor"...
¿Què iría pensando Moisés mientras subían al monte? "Aaron ha sido mi hermano mayor, ha sido mi mejor compañero en la travesía por el desierto todos estos años. Es cierto, no ha sido perfecto, cometió una falta enorme cuando hizo el becerro de oro, pero a pesar de todo eso, es mi hermano. Fue el único que me salió a recibir cuando Dios me habló en la zarza y me dijo que regresara a Egipto. Aaron estuvo conmigo cuando el Faraón se rehusaba a dejar salir al pueblo. Aaron fue mi compañero en los milagros que los magos imitaron. Aaron estuvo a mi lado cuando el Señor empezó a matar a tres mil gentes por el pecado del becerro. Aaron ha sido quien ha representado a Dios ante el pueblo y viceversa..." Y ahora Dios me dice que vaya y lo vea morir...
La nostalgia abate el corazón de este gran hombre. Y es que Dios se permite la libertad de provocarnos los sentimientos más contradictorios en nuestro interior. A veces nos hace cosas que enojarían al más tranquilo, otras veces nos hace llorar de emoción cuando responde una plegaria, otras nos deja sin respuesta y la incertidumbre llena nuestro horizonte... Nostalgia que desarma la fe. Nostalgia que ahoga el alma. Nostalgia que invade nuestros corazones...
¿Ha tenido usted que ver morir a alguien que amaba? ¿Ha tenido que llorar la partida de alguien a quien usted necesitaba unos años más a su lado? ¿Ha tenido que soportar la partida de alguien que era un ejemplo para usted? ¡Enhorabuena! Usted ha vivido, quizá sin darse cuenta, la misma historia de Moisés... Le aseguro que si se volviera a escribir el famoso capítulo once de Hebreos, su nombre aparecería en esa galería de héroes de la fe... No lo dude...
Moisés ha recibido de Dios una orden bastante extraña... Como extrañas son las cosas que suceden a los que amamos a Dios. Pasan cosas que no nos explicamos y es cuando Satanàs empieza su horrendo trabajo de robarnos bendición, fe y esperanza... Porque los caminos de Dios no son nuestros caminos ni sus pensamientos son nuestros pensamientos...
Los caminos y pensamientos de Dios son más elevados que los nuestros... Sin embargo, en esos momentos de oscuridad tenebrosa, en esos instantes que parecen eternos pero que para el Señor son fugaces, nuestras esperanzas se difuminan como el vapor o la bruma de la mañana.
Moisés no se explica por què esa orden de subir al Monte Hor acompañando a su hermano que va a morir. Que yo sepa no ha habido nadie en ningún hospital que le diga al doliente: "acompañen a su familiar porque ya va a morir..." Casi siempre, aunque sea una promesa espuria dicen que aún hay un ápice de esperanza, que "todo va a salir bien", que el cuadro puede cambiar de un momento a otro, que oren, que confíen, que esperen...
Pero no es eso lo que Dios le ha dicho a su amigo Moisés. Sus palabras han sido claras. Tu hermano va a morir, y necesito que subas con èl al monte en donde lo voy a recoger...
Frío. Sin tapujos. Sin opción a querer cambiar la Voluntad de Dios. Solo un "muy bien, Señor"...
¿Què iría pensando Moisés mientras subían al monte? "Aaron ha sido mi hermano mayor, ha sido mi mejor compañero en la travesía por el desierto todos estos años. Es cierto, no ha sido perfecto, cometió una falta enorme cuando hizo el becerro de oro, pero a pesar de todo eso, es mi hermano. Fue el único que me salió a recibir cuando Dios me habló en la zarza y me dijo que regresara a Egipto. Aaron estuvo conmigo cuando el Faraón se rehusaba a dejar salir al pueblo. Aaron fue mi compañero en los milagros que los magos imitaron. Aaron estuvo a mi lado cuando el Señor empezó a matar a tres mil gentes por el pecado del becerro. Aaron ha sido quien ha representado a Dios ante el pueblo y viceversa..." Y ahora Dios me dice que vaya y lo vea morir...
La nostalgia abate el corazón de este gran hombre. Y es que Dios se permite la libertad de provocarnos los sentimientos más contradictorios en nuestro interior. A veces nos hace cosas que enojarían al más tranquilo, otras veces nos hace llorar de emoción cuando responde una plegaria, otras nos deja sin respuesta y la incertidumbre llena nuestro horizonte... Nostalgia que desarma la fe. Nostalgia que ahoga el alma. Nostalgia que invade nuestros corazones...
¿Ha tenido usted que ver morir a alguien que amaba? ¿Ha tenido que llorar la partida de alguien a quien usted necesitaba unos años más a su lado? ¿Ha tenido que soportar la partida de alguien que era un ejemplo para usted? ¡Enhorabuena! Usted ha vivido, quizá sin darse cuenta, la misma historia de Moisés... Le aseguro que si se volviera a escribir el famoso capítulo once de Hebreos, su nombre aparecería en esa galería de héroes de la fe... No lo dude...
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