¿INTOCABLES...?
Eso creemos... que somos intocables por el Diablo porque evangélicamente hablando hemos confesado que el Diablo no puede hacer nada contra nosotros...
¿Es cierto eso?
Entonces, ¿por què los que hemos aceptado vivir bajo los estatutos y mandamientos del Señor somos atacados con toda clase de armas infernales? ¿Por què nuestras finanzas se vienen abajo constantemente y vivimos casi a ras de los centavos? ¿Por què la salud de muchos de nuestros hermanos se deteriora constantemente?
Y es que hemos confesado que el Diablo esta vencido. Y si, es cierto, fue vencido por Jesus en la Cruz del Calvario, pero en cuanto a nosotros, los ahora hijos de Dios somos el blanco de Satanàs que anda como león rugiente viendo a quien se devora. En una palabra, "nos lleva hambre".
Y no es para menos: antes comíamos las migajas que èl nos daba. Cigarrillos a granel. Licor por toneladas. Malas palabras por montones. Maldiciones en abundancia. Sexo del más lascivo. Deseos de los ojos como para dejar ciego a cualquiera...
Pero llegó la Luz de Cristo. Nos alumbró el camino a otro destino. Ya no le rogamos al Diablo que nos concediera nuestros deseos. Ahora se lo pedimos al Señor. Antes le seguíamos el ritmo al infierno, ahora le seguimos el paso al Señor. Antes, en la mesa, maldecíamos porque "solo frijoles" había, ahora, por esos mismos frijoles le damos gracias al Señor...
¿Ya lo vio? Usted puede preguntarse cómo podría ser eso posible. De hecho, al mirar a tales cristianos, se preguntará: "¿Què me pasa?, ¿Por què he tenido que soportar una dificultad tras otra desde que le entregue mi todo a Jesus? Cuando estaba frío y tibio en la fe, todo estaba bien. No sabía que existieran semejantes dificultades hasta que decidí seguir a Dios..."
Su respuesta está en este verso: "Después de haber sido iluminados". Hebreos 10:32. Quiere decir que después de haber visto la luz, usted y muchos de nosotros hemos visto la Luz del nuevo Camino que se abrió ante nosotros. Allí comenzaron las aflicciones. Antes íbamos al infierno, ahora vamos al Cielo.
Hay quienes caminan apenas con un rayo de luz. No hay problemas para ellos. Pero para aquellos que son inundados, que son llenos, que caminan con un deseo ardiente de honrar a nuestro Dios y Padre Eterno nos esperan luchas, tempestades y tormentas. Aquellos que amamos la luz con todo nuestro corazón, somos los blancos preferidos del Diablo para apuntar sus dardos encendidos de fuego...
Ese es el asunto. Perseverar es la respuesta. Aguantar como Cristo aguantó es la solución...
¿Es cierto eso?
Entonces, ¿por què los que hemos aceptado vivir bajo los estatutos y mandamientos del Señor somos atacados con toda clase de armas infernales? ¿Por què nuestras finanzas se vienen abajo constantemente y vivimos casi a ras de los centavos? ¿Por què la salud de muchos de nuestros hermanos se deteriora constantemente?
Y es que hemos confesado que el Diablo esta vencido. Y si, es cierto, fue vencido por Jesus en la Cruz del Calvario, pero en cuanto a nosotros, los ahora hijos de Dios somos el blanco de Satanàs que anda como león rugiente viendo a quien se devora. En una palabra, "nos lleva hambre".
Y no es para menos: antes comíamos las migajas que èl nos daba. Cigarrillos a granel. Licor por toneladas. Malas palabras por montones. Maldiciones en abundancia. Sexo del más lascivo. Deseos de los ojos como para dejar ciego a cualquiera...
Pero llegó la Luz de Cristo. Nos alumbró el camino a otro destino. Ya no le rogamos al Diablo que nos concediera nuestros deseos. Ahora se lo pedimos al Señor. Antes le seguíamos el ritmo al infierno, ahora le seguimos el paso al Señor. Antes, en la mesa, maldecíamos porque "solo frijoles" había, ahora, por esos mismos frijoles le damos gracias al Señor...
¿Ya lo vio? Usted puede preguntarse cómo podría ser eso posible. De hecho, al mirar a tales cristianos, se preguntará: "¿Què me pasa?, ¿Por què he tenido que soportar una dificultad tras otra desde que le entregue mi todo a Jesus? Cuando estaba frío y tibio en la fe, todo estaba bien. No sabía que existieran semejantes dificultades hasta que decidí seguir a Dios..."
Su respuesta está en este verso: "Después de haber sido iluminados". Hebreos 10:32. Quiere decir que después de haber visto la luz, usted y muchos de nosotros hemos visto la Luz del nuevo Camino que se abrió ante nosotros. Allí comenzaron las aflicciones. Antes íbamos al infierno, ahora vamos al Cielo.
Hay quienes caminan apenas con un rayo de luz. No hay problemas para ellos. Pero para aquellos que son inundados, que son llenos, que caminan con un deseo ardiente de honrar a nuestro Dios y Padre Eterno nos esperan luchas, tempestades y tormentas. Aquellos que amamos la luz con todo nuestro corazón, somos los blancos preferidos del Diablo para apuntar sus dardos encendidos de fuego...
Ese es el asunto. Perseverar es la respuesta. Aguantar como Cristo aguantó es la solución...
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