CORBAN

Marcos 7:11 "pero vosotros decís: "Si un hombre dice al padre o a la madre: 'Cualquier cosa mía con que pudieras beneficiarte es corbán (es decir, ofrenda a Dios)'"

¿Sabe usted por què Dios le da tanta importancia al Corbàn? Bueno, empecemos por el principio: Esta palabra que solo se menciona dos veces en el Nuevo Testamento y específicamente en Mateo y Marcos, tiene un significado muy profundo... Es una orden levítica y muy especial...

Y como a mí me gustan las profundidades, hoy quiero compartir esta con ustedes...

Corbàn significa ofrenda. En su más sencilla acepción, eso es lo que significa. Ofrenda. Es algo consagrado primero, al Señor, luego al Templo y también a los padres. En el antiguo tiempo, los israelitas tenían la orden de parte del Señor de llevarle al Templo su Corbàn. Tenía que ser algo especial: Aceite de oliva puro, sin mezclas ni contaminado con nada. También una parte de su tierra. Y para terminar, tenían que llevar un Corbàn a sus padres para cumplir el mandamiento de no olvidarse de ellos cuando envejecieran...

Esto es lo que enseña Jesus en el pasaje que leímos más arriba: Está criticando a los fariseos porque cuando vieron a un joven que llevaba una ofrenda a sus padres, se les despertó la lujuria y le exigieron a ese joven que en vez de llevarla a la casa paterna, se la ofrendara al Señor... Ingratitud al más alto nivel...

Maimonides, uno de los más estudiosos del A.T. explica sencillamente una figura para enseñarnos lo que es Corbàn: Èl dice que en un árbol de aceitunas hay dos clases de frutos: los que están abajo y los que están arriba. Las aceitunas que están en la parte baja del árbol producen un aceite rancio, de baja calidad y ácido. Esto es así porque las hojas del árbol no permiten que los rayos del sol le den a las aceitunas y estas no reciben suficiente luz solar para brindar un buen aceite. Pero las aceitunas que están más altas, reciben suficiente luz solar y eso hace que su aceite sea de primera calidad. Aceite puro y de máximo sabor... Somos muy dados a buscar los mangos que están al alcance de la mano en la rama más cerca al suelo. En nuestra mediocridad en la ofrenda, buscamos lo que tenemos al alcance de la mano, no nos preocupamos por buscar las aceitunas que están más altas porque eso requiere esfuerzo, requiere interés y hacer algo más que solo alzar la mano...

Cuando ofrendamos al Señor o a la Iglesia, damos lo que tenemos a mano, nunca buscamos los frutos más altos de nuestras finanzas. Y eso es lo que desagrada al Señor ya que Èl nos da lo mejor del vino, nos da leche y miel para nutrirnos en todos los niveles. Pero no hemos aprendido de Èl, mejor aprendemos de los otros que nos enseñan con su mediocridad el poco valor que le damos a lo que le pertenece al Señor y a nuestros padres... ¡Pobres de nosotros mismos...!




Comentarios

  1. Pastor debo entender que la cantidad de ofrenda que llevo al Señor debe ser proporcional a lo que les doy a mis padres?

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