HERMANDAD

Mat. 10:41 "El que recibe a un profeta como profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo como justo, recibirá recompensa de justo."

Dios hace perfectas todas las cosas. No dejó nada al azar. Èl no es como nosotros que esperamos que las cosas nos salgan bien. No. A Èl todo le sale bien, porque Èl es perfecto en todo...

¿Sabe usted por què Dios nos pide que vivamos como hermanos? ¿Sabe usted la tremenda bendición que hay en que seamos no solo conocidos sino también hermanos? ¿Por què el Señor no nos pide que vivamos como padres e hijos o madres e hijas? Èl nos pide que vivamos como hermanos...

Bueno, se supone que el vínculo más fuerte en la familia deben ser los hermanos. Es cierto, los padres juegan un papel importante y vital en nuestra formación, en nuestra vida y en nuestro futuro. Son ellos quienes nos engendran para que Dios nos forme en nuestros caminos con la ayuda de nuestros padres. No importa quiénes hayan sido ni como se hayan portado. Dios manda que los honremos y con eso basta. Por el solo hecho de haberse atrevido a engendrarnos y criarnos...

Bien. Pero, ¿quienes quedan cuando nuestros padres parten a la presencia del Señor? ¿En los brazos de quien se supone que nos recostaremos cuando ellos falten? ¿Quién nos levantará cuando caigamos en alguna situación difícil? He allí la respuesta a la pregunta arriba mencionada. Dios nos ordena que vivamos como hermanos... Por la sencilla razón de que a la falta de los padres los hermanos ocupamos un lugar preponderante en la vida de la familia.  El seno familiar descansa en la relación que tengamos entre los hermanos que hemos quedado huérfanos y que en momentos de tristeza, gozo, alegría o pena, podamos acudir a nuestros hermanos...

Pero, seamos pragmáticos: ¿Sucede esto? ¿Somos los hermanos más unidos que un amigo? ¿Estamos listos para echarnos una mano cuando uno necesita la ayuda del otro? ¿No serà que guardamos rencores, distancias, disgustos y un sin fin de traumas y por eso los hermanos de carne no estamos disponibles cuando nos necesitamos?

Aquí está el por què Dios nos dice en Mateo lo que hemos leìdo arriba. El profeta tiene su recompensa cuando habla de parte de Dios. Cuando un profeta habla la Palabra de Dios, este tiene su propia recompensa. Es decir, recibe su bendición  de parte del Señor que lo ha formado y enviado... De manera, que cuando usted recibe a un enviado de Dios como profeta o como justo, esa recompensa que èl recibe de parte del Señor la comparte con usted cuando usted lo atiende, lo recibe y lo honra. Este es el misterio detrás de las letras... Si los hermanos supiéramos a quien estamos recibiendo en casa a solicitar un favor y no lo negáramos, recibiríamos su recompensa y sus bendiciones serían también nuestras...

Termino: Dios sabe que los hermanos nos alejamos. Cada quien toma su rumbo y nos quedamos a la deriva. ¿Què hace para llenar ese vacío? Pone en nuestros caminos a profetas y justos para que compartan con nosotros sus recompensas... Pero: ¿Los estamos recibiendo como hermanos...? ¿O también en la congregación nos aislamos y por eso no obtenemos bendiciones?

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