SABIDURÌA

Debemos amar, pero primero debemos amarnos a nosotros mismos...

Debemos amar la vida y expresar nuestro amor.  Pero hay que tener un equilibrio correcto en el amor, amando al prójimo también. Debemos desarrollar la capacidad de dar y, en ese sentido, dar amor es una de las mayores capacidades que tenemos los seres humanos.  Si comenzamos por dar amor, lograremos valorar el dar sin retribución alguna.

El amor debe ser equilibrado...

Un amor sin restricciones, en realidad no es un amor sano.  La cualidad de la restricción es importante para que la persona amada tenga la libertad de ser quien es.  No podemos amar y aceptar todo.  No podemos dominar lo que decimos amar.  Amar es dejar en libertad lo que realmente amamos.  A menudo debemos rechazar algo por amor.  Tenemos que establecer límites a la misericordia.  Debo auto limitarme para amar en forma correcta.  No es correcto terminar con el libre albedrío de la persona que digo amar en el nombre del amor.  No puede existir una falta de respeto de nuestros hijos a nuestra persona como padres en nombre del amor.  El amor es el que pone límites y el lo hace justamente por amor.

Por ese motivo debemos trabajar la restricción de nuestra bondad, no es bueno ser bondadoso sin limites, porque nos podemos destruir...

Es bueno amar la comida siempre y cuando la comida no me destruya... Es bueno amar el descanso pero que él no se convierta en una ociosidad perenne. Es bueno dar pero aún en el dar debo tener restricciones para no tirar mis perlas a los cerdos.

La gente podrá decir que soy egoísta, pero es que no comprenden que estoy siendo comedido con migo mismo. Si me entrego ciegamente a dar sin discernir correctamente me voy a acabar lo que tengo y quedaré en bancarrota. Cuando le pregunte al Señor por què me quedé sin nada, sé que me responderá con una pregunta: "¿discerniste a quien le estabas dando? ¿Era esa persona buena tierra? ¿Devuelve multiplicado lo que le has dado? Si no es así, debiste restringirte en ese caso..."

Curioso, ¿verdad? Por eso fue que Jesus no sanó a todos. No resucito a todos ni les dio de comer a todos... La sabiduría de Dios nos dice que muchas veces cuando usted ama desmedidamente esta a punto de desbordarse de su capacidad y muy pronto empezará a lamentarse no haber amado menos...

Porque solo Dios puede dar sin medida... Porque solo Èl puede soportar nuestros desaires, desagradecimientos  y traiciones...

Solo Dios... Y nosotros no tenemos esa capacidad... Por muy buenos que nos creamos...

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