JOVENES

Hoy quiero platicar con ustedes, jóvenes, hombres y mujeres. Damas y caballeros. Los que aún están por salir al mundo y con los que ya salieron pero no han encontrado el rumbo de sus vidas ni el sendero que Dios ha marcado para ustedes...

Tengan cuidado con sus amistades. La manzana que es un futo noble, pero si tiene gusanos, no pasa de ser una manzana podrida...

En cambio, una perla, por pequeña que sea, vale más que un montón de pedazos de vidrio... Cuiden su conducta, su honor y su valor. Cuiden su relación con sus padres y con su Dios. Porque cuando los jóvenes decaen... la nación decae. Cuando los jóvenes de un paìs se corrompen en sus costumbres, ese paìs está en peligro de perder su honor y su moral. Porque ustedes los jóvenes son el futuro en el que descansaràn los valores de la próxima generación... Aprendan a expresarse. Aprendan a hablar. ¿Acaso lo que uno ama tanto y tan apasionadamente no se puede expresar con la oratoria, la prosa o el verso? Algunos piensan que solo la poesía es inmortal, pero lo verdaderamente inmortal es el pensamiento. Cuiden su mente. Cuiden sus pensamientos. De ellos viene la palabra. Primero piensen y luego hablen. No digan "sí" apresuradamente.

¿Ya observaron bien al ser humano?  Observenlo y verán que es débil. No tiene escamas como los peces que le sirvan de armadura, ni alas con las que pueda volar huyendo del peligro, no tiene una piel tan gruesa como la del elefante que le proteja de los aguijones y las espinas, ni garras y colmillos como el tigre, ni es tan terrible como el león, tan gil como el mono o tan astuto como la zorra.  Tampoco tiene caparazones como los insectos.  No puede vivir sin albergue ni sobrevivir mucho tiempo sin comer, como le pasa al oso y a los animales que invernan aletargados. Tampoco puede ir nadando muy lejos ni durante mucho rato.  Es presa del zancudo venenoso y de numerosos animales.  En muchos sentidos es la más insignificante de las bestias si solo consideramos su cuerpo...

Pero a pesar de ser tan vulnerable y débil, tierno como la hierba y frágil como la caña, ¡què grande es el hombre! Porque piensa... ¿Es que el lobo puede pensar? ¿Y el cuervo construir un edificio? ¿Y la ballena comprender la idea de Dios?  Sabemos que la serpiente es muy astuta, pero ¿podrá jamás una serpiente levantar un monumento a la verdad y la belleza? No eres tú,  mi querido joven aunque no seas una belleza fìsica, más poderoso que la más noble montaña? ¿No es tu inteligencia más grande que el mundo físico y todas las criaturas que lo habitan? ¿Es que el bebe más débil no tiene muchísimo más valor, porque es un hombre en potencia, que el bosque de árboles màs altos? Todo ello se debe a que el hombre pueden pensar, y, gracias a ese pensamiento, vivir el amor, doblegarse ante Dios y pedirle cada dìa que ilumine tus caminos, que te guarde del mal y que te haga como Èl...

Nunca olviden, jóvenes, que el hombre realmente civilizado es inmune a las aclamaciones pasajeras, las novedades y las modas del pensamiento, las hazañas, la palabra hablada o escrita que lo alaban, o las tormentas emocionales... Sean temperados. Cultiven la espiritualidad. Sean reverentes ante los demás y respeten a sus padres. Almacenen amor como se almacenan los alimentos en los graneros... Para que mañana, como José en Egipto, tengan alimento para su generación...

No es nada difícil ni imposible sin tan solo honran al Señor. Entonces Èl les honrará...

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