JACOB
Dice la Escritura: "Los niños crecieron, y Esau llegó a ser diestro cazador, hombre del campo; pero Jacob era hombre pacífico, que habitaba en tiendas." Gen. 25:27.
¿Què cosas le enseñaría su papá Isaac a su hijo que era un ávido estudioso de la Palabra? Hay enseñanzas que los padres dejamos en los hijos que son imborrables en su memoria... Pocos hemos tenido el privilegio de sentarnos en la sala de nuestra casa y hablar con nuestros hijos con toda la confianza que se merecen. Prepararlos para la vida. Para las tragedias y para los triunfos...
Recuerdo que cuando mis hijos eran pequeños, nos sentábamos en la sala de la casa para platicar de esas cosas. Hoy, cada uno de ellos está casado. Tienen sus propios hijos y familias. Nos vemos poco, pero sé que en sus corazones quedaron nuestras conversaciones que tuvimos el privilegio de tener en sus años juveniles...
Eso creo que hizo Isaac con su hijo Jacob. Aunque su preferido era Esau, a este no le interesaba nada el estudio. Su fuerte era la caza. El campo. La aventura. Curioso por naturaleza y aventurero de profesión. Nunca se ve a Esau orando. Nunca se le ve haciendo un altar. Nunca escuchamos de él una plegaria. Nunca lo vemos buscando el Reino de Dios...
¿Quien le enseño eso a Jacob? Indudablemente su padre. Es el único que puede impregnar en los hijos el paradigma de lo que deben ser cuando crezcan. Es el padre quien modela, quien enseña, quien corrige y quien impacta la vida de los hijos, tanto mujeres como hombres...
En las brumas de mi mente resuenan palabras que me imagino Isaac le decía a su joven hijo: "Ora para que nunca olvides que el hombre sin Dios es nada y que todas las vicisitudes de la vida carecen de significado y son como el polvo del desierto que el viento arrastra sin destino fijo... Recuerda, Jacob, que Dios no nos pide más que la intención de ser santos, porque en esencia somos débiles y debemos confiar en Èl para todo, aún para tener aliento... Tù debes saber tomar decisiones y, cuando te equivoques no te lamentes. Soporta, llora y gime que Dios estará contigo siempre porque somos criaturas de la tierra al igual que criaturas del pensamiento. Guárdate de los que tienen mentalidad de pordioseros y almas serviles Jacob, pues destruyen imperios y sus vidas. A un hombre se le conoce por el caracter, que es la esencia de la masculinidad que le ha concedido el Señor. Si honra su masculinidad y la de los otros, serà justo, valiente, patriota, digno de confianza, fuerte, inflexible en su rectitud. Por su hombría esta obligado a ser sano de cuerpo, prudente, lleno de entereza, honrado, orgulloso de si mismo, intrépido, digno de sus antepasados y de su historia, paciente en la adversidad, intolerante con la debilidad de carácter, ascético, frugal y valeroso... Un hombre debe ser magnánimo y celoso de su honor, porque el hombre sin honor es lo más bajo que hay y se debe temer más al cobarde que al perverso...
Tendrás deberes para con el mundo, pero tu primer deber es para con Dios. Luego con tu esposa e hijos. Como Èl te ha creado, debes considerar el conocerlo y servirlo por encima de todas las cosas de tu vida, porque has de unirte a Èl para la eternidad después de tu muerte. El mundo realmente es un ilusión, porque ningún hombre lo ve como lo ven los otros. Su realidad no es la nuestra, ni la nuestra es la suya. Habrá algunos que te dirán: Lo material es lo más importante porque el hombre es un animal de necesidades, por lo tanto, si quieres ser importante, busca lo material. Otros te dirán que es el dinero. Aún otros te dirán que es el amor por ti mismo. Sì, estas son realidades pero nunca olvides que el amor a Dios y al prójimo es lo realmente importante..."
¿Què opina usted? ¿De què ha hablado con sus hijos e hijas?
¿Què cosas le enseñaría su papá Isaac a su hijo que era un ávido estudioso de la Palabra? Hay enseñanzas que los padres dejamos en los hijos que son imborrables en su memoria... Pocos hemos tenido el privilegio de sentarnos en la sala de nuestra casa y hablar con nuestros hijos con toda la confianza que se merecen. Prepararlos para la vida. Para las tragedias y para los triunfos...
Recuerdo que cuando mis hijos eran pequeños, nos sentábamos en la sala de la casa para platicar de esas cosas. Hoy, cada uno de ellos está casado. Tienen sus propios hijos y familias. Nos vemos poco, pero sé que en sus corazones quedaron nuestras conversaciones que tuvimos el privilegio de tener en sus años juveniles...
Eso creo que hizo Isaac con su hijo Jacob. Aunque su preferido era Esau, a este no le interesaba nada el estudio. Su fuerte era la caza. El campo. La aventura. Curioso por naturaleza y aventurero de profesión. Nunca se ve a Esau orando. Nunca se le ve haciendo un altar. Nunca escuchamos de él una plegaria. Nunca lo vemos buscando el Reino de Dios...
¿Quien le enseño eso a Jacob? Indudablemente su padre. Es el único que puede impregnar en los hijos el paradigma de lo que deben ser cuando crezcan. Es el padre quien modela, quien enseña, quien corrige y quien impacta la vida de los hijos, tanto mujeres como hombres...
En las brumas de mi mente resuenan palabras que me imagino Isaac le decía a su joven hijo: "Ora para que nunca olvides que el hombre sin Dios es nada y que todas las vicisitudes de la vida carecen de significado y son como el polvo del desierto que el viento arrastra sin destino fijo... Recuerda, Jacob, que Dios no nos pide más que la intención de ser santos, porque en esencia somos débiles y debemos confiar en Èl para todo, aún para tener aliento... Tù debes saber tomar decisiones y, cuando te equivoques no te lamentes. Soporta, llora y gime que Dios estará contigo siempre porque somos criaturas de la tierra al igual que criaturas del pensamiento. Guárdate de los que tienen mentalidad de pordioseros y almas serviles Jacob, pues destruyen imperios y sus vidas. A un hombre se le conoce por el caracter, que es la esencia de la masculinidad que le ha concedido el Señor. Si honra su masculinidad y la de los otros, serà justo, valiente, patriota, digno de confianza, fuerte, inflexible en su rectitud. Por su hombría esta obligado a ser sano de cuerpo, prudente, lleno de entereza, honrado, orgulloso de si mismo, intrépido, digno de sus antepasados y de su historia, paciente en la adversidad, intolerante con la debilidad de carácter, ascético, frugal y valeroso... Un hombre debe ser magnánimo y celoso de su honor, porque el hombre sin honor es lo más bajo que hay y se debe temer más al cobarde que al perverso...
Tendrás deberes para con el mundo, pero tu primer deber es para con Dios. Luego con tu esposa e hijos. Como Èl te ha creado, debes considerar el conocerlo y servirlo por encima de todas las cosas de tu vida, porque has de unirte a Èl para la eternidad después de tu muerte. El mundo realmente es un ilusión, porque ningún hombre lo ve como lo ven los otros. Su realidad no es la nuestra, ni la nuestra es la suya. Habrá algunos que te dirán: Lo material es lo más importante porque el hombre es un animal de necesidades, por lo tanto, si quieres ser importante, busca lo material. Otros te dirán que es el dinero. Aún otros te dirán que es el amor por ti mismo. Sì, estas son realidades pero nunca olvides que el amor a Dios y al prójimo es lo realmente importante..."
¿Què opina usted? ¿De què ha hablado con sus hijos e hijas?
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