HUMILDAD

Puedo ser misericordioso porque Dios me otorga esa oportunidad...

Mi felicidad se fundamenta en el ejercicio de la misericordia porque Dios me situò  en esa posición.  No puedo enorgullecerme de mi misericordia.  Es posible que mi propia elevación espiritual dependa de los actos de misericordia que realizo o tengo posibilidad de realizar.  Así que jamás puedo jactarme de mis actos de misericordia.

No puedo ser soberbio por mis actos de misericordia. No debo...

Debo tener presente que es el necesitado quien me permite ejercer mi misericordia.  Soy yo quien le debo al otro la oportunidad de ejercer esa virtud.  La energía que estamos viviendo es fundamental para comprender que en los actos de ayuda al prójimo estoy cumpliendo la Palabra de Dios, que es el objetivo para el que fuimos creados.  Fuimos creados para hacer actos de misericordia. Darle de comer al hambriento, cubrir al desnudo y otros actos no son más que favores que Dios nos hace para cumplir Su Palabra...

He ahi la respuesta por qué hay tantos pobres en el mundo. Por qué hay tantos enfermos. Por qué hay tantos prisioneros: para que los que tenemos pan lo partamos con ellos. Los que estamos cubiertos cubramos a otros... Para que sequemos las lágrimas de los que lloran...

Debo percibir a quien ayudo como un ser humano en el mismo nivel espiritual que  yo o quizás en un nivel superior.  No puedo desvalorizar al otro porque me necesita, al contrario, el necesitado otorga la posibilidad de ejercer la misericordia.

Seguramente el otro, en mi situación, hubiera hecho más que yo.  Debo ser humilde al respecto, y saber que mis actos son pequeños.  No debo ostentar exteriormente mis actos de misericordia.  El verdadero premio por el acto misericordioso es la felicidad interna y la felicitación externa de los demás...

Por eso existe el vacío: para ser llenado. ¿Y quien lo llena sino el que tiene la energía y las posibilidades de hacerlo? El vacío tiene la necesidad de algo. Hay personas a nuestro alrededor que están vacías y necesitan ser llenas de algo... de algo que yo tengo de más...

Eso es humildad: saber que lo que yo tengo de más no me pertenece. Es para darle al que no tiene. Eso es imitar a Dios...

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