¿DESDE CUANDO...?

Gèn. 3:1 "Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho. Y dijo a la mujer:..."

Bueno, caballeros... hablemos claro...

La Escritura, en algún lugar, dice que el Sacerdote debe cuidar del altar, que todos los días debe ir a poner la leña para que el fuego no se apague porque este siempre debe estar encendido... Teológicamente sabemos que esto aplica a todos nosotros los sacerdotes de la casa.

Nuestro deber es levantarnos temprano, ir a nuestro lugar secreto y revisar que haya fuego encendido en el Altar del Señor que es nuestro hogar. Es responsabilidad del hombre de la casa levantarse y revisar los portillos a ver si algún "pecadillo" no se nos ha metido sin darnos cuenta. Son las pequeñas zorras que echan a perder la viña. Era lo que Adán tenía que hacer en su huerto. Revisar todos los días sus cercos para evitar que algo o alguien se metiera sin su permiso...

Sin embargo, como ya sabemos, "alguien" se había colado en su huerto sin que Adán se diera cuenta. Resultó que un dìa ese "alguien"  se puso a platicar con su esposa y allí empezó una tragedia que hasta el dìa de hoy nos está causando problemas...

La pregunta que me hago en esta meditación es: ¿Desde cuando la serpiente se había colado en el huerto y Adán no se había dado cuenta? ¿Què estuvo haciendo Adán para que este extraño se metiera y observara con paciencia a la esposa buscando el momento de hablarle? ¿Cómo fue que Satanàs estaba escondido en su mismo huerto sin que el dueño del mismo lo viera?

Así como no creo que Adán hubiera permitido que un elefante estuviera en la sala de su casa, ni una jirafa ni mucho menos un zopilote se acomodara en la cocina de Eva, así tuvo que darse cuenta que en su dormitorio o en algún lugar de su huerto había un ser que se había acomodado sin ser invitado...

El asunto es: ¿Desde cuando estaba ese ser allí y Adán no se dio cuenta hasta que ya fue muy tarde? ¿Desde cuando...?

Esa es la pregunta para nosotros los hombres de hoy: ¿No serà que el Diablo está cómodamente instalado desde hace ya mucho tiempo en nuestra casa y no nos hemos dado cuenta? ¿No serà que a pesar de orar, clamar, ayunar, aplaudir, cantar coritos y poner ojos espirituales en la Iglesia los domingos, en nuestro hogar hay un ser que se ha metido y no nos hemos dado cuenta? ¿Desde cuando estará ese Diablo sentado en los sillones de la sala esperando a dar el zarpazo para arruinar nuestra familia, nuestros hijos, nuestro matrimonio o nuestras finanzas? 

Para eso hay que mantener la comunión con el Señor todos los días. Ir a nuestro rincón secreto y pedirle al Espíritu Santo que nos revele què hay que confesar para limpiar nuestro huerto, arreglar cualquier cerco que esté dañado para cerrarle a Satanàs cualquier portillo que pueda usar para meterse en donde no le hemos invitado... ¿Como la ven, señores...?

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