NOCTURNO

La noche tiene sus olores, como la vida tiene sus aromas...
El corazón huele a pasión, los besos huelen a ternura...
Un abrazo despide olor a amistad, mientras que las manos huelen a cuidados...

La vida tiene olores especiales. Hay vidas que huelen a soledad. Otras huelen a dolor interno. A rencor y amargura. Hay personas que huelen a fracasos, a abandonos y olvidos...

Hay otros que tienen aromas a violetas y perfumes de rosas, pero otros huelen a lágrimas, lágrimas que se derraman en las noches de soledad... Lagrimas que se derraman a la orilla de una cama en donde mamá está con fiebre y nadie tiene el dinero para llevarla a un hospital.  Lagrimas de impotencia cuando el esposo no llega a dormir esa noche y no ha llamado para avisar en donde está... Lagrimas de celos cuando las cosas se ponen feas porque otra mujer se ha atravesado en sus caminos.

La vida tiene olores... Unas veces olor a heridas en el alma... Esos olores tardan mucho tiempo en disiparse porque quedan clavadas como cuchillos en mantequilla caliente, son olores que se llevan toda la vida.  Se repiten en cada esquina, en cada canciòn, en cada música que se escucha sin querer y nos lleva a su origen genético...

Hay casas en donde huele a divorcio, a abandono e insultos que perforan el corazón... olores a violencia, a golpes y palabras que rebajan el alma del niño que se esconde debajo de la cama cuando escucha los golpes en los rostros de la madre impotente para defenderse... Olores a dolor, olores a gestos de cólera e ira desenfrenada... Olores que esperan a que el niño se haga mayor para vengarse y saciar su enojo con el que se le ponga enfrente... Olor a violencia, a muerte, a golpes...

Pero también hay hogares en donde hay olor a amor... Fragancias sempiternas que se quedan impregnadas en el corazón de quienes habitan esos pequeños jardines llenos de fragancias a alelíes, a camelias y nenúfares que emanan sus aromas para llenar el ambiente de ternura, sonidos de silencio que arroban el alma y que llenan los estanques del corazón con la música de mil estrellas...

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Jesus tiene su propio olor... Un olor a vida. Olor a paciencia. Olor a pasión desenfrenada por sus hijos para salvarlos de otros olores que dañan. Olor a salud, a mesa llena de alimentos, olor y fragancia de santidad. Jesus, su solo nombre es como ungüento derramado. Su olor llena no solo el universo entero sino desea llenar nuestra vida... Su aroma impregna el infinito y nos llena de emoción cuando vemos el cielo estrellado, cuando observamos la blancura de su luna, cuando vemos el rojo del amanecer y las nubes que nos hablan de Èl...

Jesus... Aroma celestial que es capaz de anular cualquier otro aroma que se pueda sufrir en esta tierra. Jesus, perfume que se derrama sobre nuestras vidas para neutralizar el olor a sufrimiento, a heridas y soledad... "Tus ungüentos tienen olor agradable, tu nombre es como ungüento purificado" (Cantares de los Cantares...)

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