LA VERDAD

Seamos sinceros: La verdad es dolorosa. Duele saberla porque nos pone en la perspectiva correcta. La verdad nos dice qué somos, quienes somos y quienes aparentamos ser. La verdad es dolorosamente necesaria para aquellos que desean crecer, para aquellos que necesitan ir a otro nivel...

Incuestionablemente, la verdad nos coloca con los pies en la tierra y no permite que nos elevemos más allá de lo que debemos... La verdad nos ayuda a considerar a los otros como superiores a nosotros mismos...

Por eso es tan terriblemente dolorosa. No nos gusta la verdad...

Este mes es de aquellos que prefieren vivir en una burbuja que los hace sentir bien. Es la mentira. La mentira es lo opuesto a la realidad. No queremos saber la verdad porque el dolor que produce es tan agudo que dedicamos una vida entera a evitarla.  Si hay un producto que gana al sexo como el más vendido de la historia es el conjunto completo de sucedáneos, la infinita variedad de lenitivos de la verdad que compramos en todas sus formas.  Lo saben los políticos, los sacerdotes, los curanderos, los evangélicos y los publicistas.  Los humanos queremos vivir en la mentira, refugiarnos entre su cálidas paredes edificadas sobre arena, y somos capaces de vivir engañados para evitar que nos saquen de la protección que nos ofrecen los engaños y las mentiras... Pagamos por la esperanza de obtener libertad, vida eterna, remedio contra el cáncer, y abdominales perfectos en tan solo cinco minutos al día...

Diciembre, para muchos, es un mes de vivir alejados de la verdad. Es el mes de la ficción. Todos se aman. Todos se regalan, todos se embriagan con el néctar que la mentira les ofrece porque dentro de dos semanas, cuando el mes de enero toque las puertas de sus vidas y vuelvan a la realidad de sus vidas volverán a llorar, a sufrir y a lamentarse por haber sucumbido una vez más a la mentira de que todo estaba bien... Cuando caen las lluvias de la realidad, se precipitan los torrentes y soplan los vientos que derrumban la mentira, entonces nos buscaremos otra...

En estos quince días nadie piensa en el colegio de los hijos. En los recibos que se vencerán irrevocablemente. En los pagos a las deudas inevitables. Los plásticos que se rebosaron a más no poder... ¿Cómo evitarlos? Esa es otra de las verdades dolorosas que elegimos ignorar, solo por contarnos a nosotros mismos que hicimos y vivimos lo presente... Lo rápido por lo eterno. El hoy a cambio de la realidad del mañana.

No quiero ser un aguafiestas para ustedes mis amables lectores que me han acompañado a lo largo de este año leyendo mis escritos, pero debo ser sincero: No vivamos de la mentira del consumismo. De la falacia de que lo que nos muestran en las vitrinas nos hará más felices. No aceptemos lo barato por lo realmente valioso. La mentira de este mes es que dejándonos llevar por el tráfago del mundo seremos criaturas felices y contentas es pasajero. Como las golondrinas de Neruda, volverán a nuestras ventanas una vez más y entonces, si no fuimos precavidos y verdaderos, lloraremos cuando nos veamos envueltos en la más cruda realidad... Solo Jesus nos ofrece la paz verdadera, esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Solo Jesus tiene la solución a la mentira que el mundo ofrece... Solo Jesus. El es la Verdad. El es la Realidad. El es el Principio y el Fin de toda cuestión...

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