EL HOMBRE

No es raro escuchar a un niño decir que un día quiere ser como su padre. O a una niña declarar que cuando sea grande se quiere casar con un hombre como su papá...

Son declaraciones infantiles pero que encierran una gran verdad. Necesitamos un paradigma para que nos sirva de norte en el camino por la vida que tenemos por delante.

Ese es el gran fracaso de la familia de hoy. Los padres están ausentes. Lo que más observan los niños es la figura materna. Pero lamentablemente se necesita la figura del hombre. ¿Por qué es así? Sencillamente porque es la varonilidad la que demandará en nuestro futuro, para hombres o mujeres, que nuestro desarrollo se lleve a cabo a plenitud...

Veamos si me puedo explicar: El fenómeno de la violencia juvenil que tenemos hoy en día no se debe a que esos muchachos no tuvieron una casa donde vivir. Claro que la tuvieron. Vivieron bajo techos en donde hubo comida, vestido y una que otra atención de la mamá.  Ella se esmerò hasta el cansancio para llevar a sus hijos el pan del día. Tuvo, en muchas ocasiones que abandonarlos a su propio cuidado para salir a trabajar en sus ventas o sus puestos en los mercados para ganar el sustento de sus hijos... Sin embargo, y a pesar que incluso esa madre era una creyente en Cristo y llevaba a sus retoños a la Escuela Dominical, estos, con el devenir del tiempo se perdieron en la violencia de las calles...

¿Què fallò? ¿Acaso fallò la mamà? ¿Acaso no bastò con que ella trabajara duro para llenarles el estómago a sus criaturas? ¿Acaso ella no se esmerò en enviarlos a la escuela a estudiar? No. No fue eso. Eso fue necesario pero no fue suficiente... Falló el padre. No estuvo allí para impregnar la hombría en los varones y la feminidad en las hijas... Y ese vacío trataron de llenarlo buscando un paradigma que les mostrara como se es un hombre. O, en el caso de las niñas, como son los hombres... Así de sencillo. Fue la ausencia del padre lo que afectó a un hijo de bien de un delincuente. De una hija responsable de su hogar a una muchacha que apareció destrozada en una bolsa a la orilla de una carretera... O haciendo pareja con un líder pandillero...

Ellos no buscaron la violencia. Buscaron a un padre. Y el padre que encontraron fue el jefe de la clica. El ejemplo de hombre que encontraron fue el delincuente que los enseño a ser "hombres", matando a otros hombres, y la niña que salió a la calle a buscar la figura de un padre la encontró en los brazos y en la cama de un drogadicto... "así son los hombres", fue la enseñanza...

¿No se han preguntado porqué Dios se presentó como Hombre? ¿Por qué no lo hizo en cuerpo de mujer? No fue por segregación. Fue porque todos necesitamos -hombres y mujeres-, conocer la figura del hombre perfecto. Tampoco porque el hombre sea la raza superior, mis queridos evangélicos. No. Fue porque la figura de un verdadero Hombre en la casa, en la calle, en la iglesia y en el trabajo es lo que hace que el ambiente cambie y se vuelva exitoso. Es el hombre el que enseña como debe tratarse a una dama. Es el hombre el que enseña como debe sentarse una niña. Es el hombre el que enseña como debe hablar una mujer de respeto. Es el hombre el que instruye a sus hijos como deben amar a Dios. Es el hombre el que debe desempeñar el rol de sacerdote de su hogar. Es el hombre el que representa a Dios en su casa. Ante su esposa. Ante sus hijos. Ante la sociedad...

Entonces: Si vamos a ser como Jesus, debemos tener un buen tiempo regular para hablar con Dios y escuchar sus consejos... "Ejemplo os he dado" dijo Jesus. Sigámoslo entonces...

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