DUDAS

Las dudas son sutiles. Lo que buscan es seducirnos para hacernos caer en nuestra fe y correr al mundo a pedirle lo que Dios ha prometido darnos...

He descubierto que cuando hacemos eso, deshonramos la Mano que nos alimenta. Es a Dios a quien llamamos mentiroso porque cuando Èl no nos responde a nuestra manera y vamos a otros a pedirles lo que necesitamos estamos declarando que hemos pedido al Señor y Èl no nos envía la ayuda... Eso es pecado. Pecado contra la Fidelidad de nuestro Dios. Pecado contra su naturaleza Divina y Fiel...

Todo eso es por una razón: antes de extender nuestras manos a los hombres, léase banco, prestamistas, familiares, hermanos, fiados en la tienda y un largo etcétera, antes de todo eso ha habido un trabajo de socavamiento de nuestra fe por las mentiras y dudas que el enemigo de nuestras vidas ha estado metiendo...

Las dudas no vienen de momento a otro. Es un trabajo lento, ladrillo por ladrillo. Día a día... Y esas dudas vienen disfrazadas de preguntas...

Eso fue lo que le sucedió a Jesus en el desierto de su vida. Es por eso que los desiertos son buenos porque sirven para mostrar cuanta fe tenemos y en quien. Satanàs estuvo rondando a Jesus por cuarenta días. Este ser ingrato tiene más paciencia que una tortuga. Su trabajo es lento y va dirigido a nuestros pensamientos. ¿Por qué a nuestros pensamientos? Porque usted debe saber que antes de convertirse en palabras y en hechos, vienen los pensamientos. Pensamos, luego hablamos o actuamos. Es en nuestra mente en donde se libra la batalla de la fe...

¿De verdad eres Hijo de Dios? Fue la pregunta... ¿Qué significa esa pregunta que socava la Verdad de Dios? ¿Acaso Dios no acababa de decir en la orilla del río ante Juan y otros testigos que Jesus era su Hijo amado? ¿Acaso la Voz que se escuchó no resonó hasta el mismo infierno en donde el Padre testificó que Jesus era su Hijo? Satanas escuchó la declaración. Los demonios escucharon lo mismo. Juan oyó lo que dijo el Padre. Jesus sintió el respaldo de su Padre. Hasta los peces del río guardaron silencio ante tal declaración...

Y, horas después, el Diablo empieza a meter dudas en la mente de Jesus... "¿Será cierto lo que dijo la Voz? Bien. Si tú crees que es cierto... dile a estas piedras que se conviertan en pan... Porque, Jesus, tú y yo sabemos bien que después de cuarenta días de ayuno y soledad, lo que tú necesitas con urgencia no son coros de alabanza. Tampoco quien te lave los pies con lágrimas, mucho menos quien te unja tu cabeza con aceite... No. Lo que tú tienes es hambre. ¡Vamos!, solo dias la Palabra y estas piedras se convertirán en tu pan..."

¿Se parece esto a lo que le ha sucedido, hermana? ¿Ha escuchado usted esta voz en su mente cuando se le termina el gas y no tiene dinero para comprar? "¡Vamos! anda a pedir crédito a la tienda en donde saben que eres cristiana" ¿Acaso, querido hermano, no le ha llegado esa voz cuando su esposa se enferma por semanas y usted necesita un momento de felicidad en una cama? ¡Vamos!, en la congregación hay muchas hermanitas que están dispuestas a convertirse en pan...! Y para que seguir con los ejemplos que vemos todos los días... Es en esos desiertos en donde Satanàs cumple su cometido: probar nuestra fe. Probar a quien servimos. Probar de quien somos. Y probar si realmente somos hijos de Dios. Porque si Dios es nuestro Verdadero Padre, Èl suplirá todo lo que necesitemos... No nos engañemos. Satanas intenta, siempre gradualmente, que nuestra fuente de confianza deje de ser la promesa divina y que nuestro desempeño tome su lugar. Jesus no mordió en anzuelo. No lo mordamos nosotros tampoco. Solo esperemos y veremos la Salvación de Jehovà...

Comentarios

  1. GRACIAS PASTOR... por recordarnos que quien nos levanta y nos próspera es JESÚS, sin Él no hay nada. Sed pues, vosotros perfectos, así como vuestro PADRE, que está en los cielos es PERFECTO.. MT 5:48

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