¿SABEN QUE...?

"Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí." Sal. 18:19 RV60

A veces creemos las mentiras de nuestro orgullo... Cuando vemos a otros cristianos que no viven el Evangelio como creemos que se debe vivir los criticamos, los hacemos a un lado y nos catalogamos como que nosotros sí estamos en el verdadero Camino...

Pero Gloria al Señor que El ve el corazón y no los detalles... Aunque, claro, los detalles cuentan, pero realmente lo que para El es importante es lo que hay dentro de nosotros. Por eso, con mucha pena debo decir que muchos de nosotros quizá no estemos amando al Señor como El lo merece...

¿Y pensamos que Èl nos salvó a causa de nuestra decencia? ¿Pensamos que nos salvó por nuestras buenas obras o buena actitud o por lo bien parecidos que somos?  ¿Será que nos salvó porque cantamos bien, o entornamos los ojos al orar? lo siento.  Si tal fuera el caso, nuestra salvación se perdería al opacarse nuestra voz, o cuando nuestras obras pierdan su brillo.  Hay varias razones para que Dios nos haya salvado: Para su gloria, para aplacar su justicia, para demostrar su soberanía.  Pero una de las razones más dulces que Dios tuvo para salvarnos es porque El nos ama. Ama ternernos a su lado.  Para Èl, usted es lo mejor que se le puede aparecer en el camino...

¿Sabe que? Si Dios tuviera un refrigerador, su foto estaría pegada con un imàn en la puerta.  Si tuviera una billetera, su foto estaría en uno de sus apartados.  Èl le envía flores cada primavera y un amanecer cada mañana.  En el momento que quiera usted hablarle, Èl le escuchará.  Èl puede vivir dondequiera en el universo y eligiò  su corazón...

¿Sabe que? Los ángeles le cantan día y noche (bueno, si es que en el Cielo hay noche), sin embargo, cuando Èl escucha su voz cuando usted le canta alabanzas, su corazón se hincha de tanto gozo que manda a los ángeles que se callen, que guarden silencio, que le permitan escuchar la voz infantil que sale de su corazón, se inclina en el Trono y mientras el cielo guarda silencio, Dios se deleita en su alabanza... Aunque usted no cante como un tenor o una diva famosa...

¿Sabe que? Cuando usted nació, en la sala de partos estaba El, esperando para ver su Obra perfecta, estaba ansioso por ver lo que había hecho en la oscuridad del vientre de su madre, estaba esperando ver que tal le había quedado el color de sus ojos, la comisura de sus labios, la forma de sus mejillas, el tamaño perfecto de sus manos y sus suaves y tiernos piececitos. Quería ver el tamaño de su nariz y el color de su piel... Cuando el pediatra dijo que usted era varón o que era una mujercita... Èl ya lo sabia... Èl estuvo nueve meses cuidando que todo fuera bien en ese misterioso lugar...

Y, ¿Sabe otra cosa más hermosa todavía? Le amò tanto que envió a su Hijo a nacer a un pesebre, lleno de olores de animales, acostado en la paja que ellos comían y abrigado solo con el calor que los animales despedían... Todo porque le amó y quería que usted lo conociera desde Niño...

Por todo esto, no hay motivos para dudar que Dios le ama. Que Èl se preocupa (si cabe la palabra) para que a su pequeña o su pequeño e inocente hijo le falte nada... Es por eso que estoy seguro que aunque no haya en la mesa lo que usted quiere... siempre hay lo que Èl manda. ¿Cierto...? Todo porque Èl se agradò de usted. Solo por eso. Porque Èl se agradò de usted... No lo olvide.




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