IMPOTENCIA

No podemos hacer nada por nosotros mismos. Esto es un golpe muy duro al orgullo humano. A la prepotencia y a la autosuficiencia... Pero si somos honestos ante nosotros mismos sabemos que los cambios que necesitamos hacer en nuestra vida tienen que ser hechos por alguien más poderoso que nuestra voluntad o nuestros deseos... Reconozcamos que somos impotentes ante la tentación...

¿Ha logrado usted cambiar un rasgo de su carácter por sí misma, hermana?  Hermano querido, ¿Ha logrado usted dejar de ver a otras mujeres en la calle solo porque lo ha decidido así? O, que tal esta otra situación: ¿Ya no le gustan los chismes, aunque sea en el parqueo de la iglesia después del culto? O, algo más profundo: ¿Ya no tiene pensamientos pecaminosos que le traen vergüenza y humillación porque usted sabe que está dialogando con los espíritus malignos que le hacen tener pensamientos de mal?¿Ya no tiene pensamientos negativos cuando pelea con su pareja?

Seamos francos: No podemos dejar esas cosas sencillamente porque están dentro de nosotros. Si no fuera así, el apóstol Pablo sería un fracaso total cuando dijo que su lucha no es contra nadie más que contra el hombre interior que lo obligaba a hacer cosas que él no quería... ¿Alguien le acompaña en esta fea situación? Yo sí. Yo tengo las mismas inclinaciones que el apóstol pero también conozco al Unico que puede vencer en mí... A Jesucristo. El mismo a quien el apóstol le dio las gracias por ayudarlo a vencer... "Gracias doy a Jesucristo..." dijo. Y lo mismo he aprendido yo... No se usted...

En hebreo se llama Yetzer Jarà. Mala inclinación. Es algo tan poderoso como el veneno de una serpiente. Penetra las zonas más profundas de nuestra alma y se agazapa como un depredador esperando el momento de atacar a su presa. La presa somos nosotros. No lo dude...

Solo hay un Hombre que puede luchar contra ese hombre. Se llama Jesus. Cuando nos abandonamos a su protección, Èl puede ayudarnos a vencer. Esto no puede hacerlo un ángel. Ningún ángel tiene el poder para romper las puertas del infierno ni de nuestro corazòn. Un hombre común no puede hacerlo. Ningún hombre tiene la pureza para destruir las demandas del pecado.  Ninguna fuerza en la tierra puede enfrentar la fuerza del mal y ganar... excepto Dios...

Por eso son hermosas las palabras de Pablo: "Gracias doy por Jesucristo..." porque solo Èl tiene las armas para recordarme cuando voy por la calle y pasa a mi lado una hermosa mujer y me recuerda que mis ojos ya están en poder de otro Señor. Que mis labios ya no deben hablar cosas del mundo sino cosas de su Reino. Que mis manos no deben tocar nada que sea inmundo sino que fueron compradas para tocar cosas santas...

Ese es el misterio que encierra conocer a Jesus. Èl no solo ha puesto eternidad en nuestras vidas sino también el poder para vencer ese pecado que hemos heredado de nuestro ancestros. Jesus nos vio dormidos en el huerto del pecado, nos vio escondidos entre los árboles de nuestro Edén, nos vio amenazados en el foso de los leones que nos rodeaban y en la boca de nuestra propia tumba...

Por eso vino a este mundo. Vino por usted. Vino por mí. Vino por aquellos que estábamos desesperados y cansados de tanto pecar, de tanto fracasar, de tanto ser humillados... Cansados de pecar, pues... Porque es cierto: Aun pecamos pero no porque lo busquemos sino porque nos alcanza...

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