CONOCIENDONOS

En una de mis íntimas pláticas con Su Majestad, el Señor Jesucristo, se me vino a la mente una pregunta imaginaria que Èl me hizo...

No sé si fue Èl o yo lo imaginé, pero me encontré con este diálogo:

¿Conoces tú a tu esposa? Creo que me preguntó... Y yo le respondí: Sì, creo que la conozco. No bien pero algo sé de ella...

¿Podrías mencionarme algunas cosas que conozcas de ella? Y en mi mente empecé a enumerarle algunas de las cosas que sé de mi esposa después de treinticuatro años de casados...

Y, me volvió a preguntar, ¿Qué cosas sabes tú de Mi?

Bueno, después de tantos años de conocerte, creo que puedo mencionar algunas, fue mi respuesta...

¿Cuales son...?

Bueno, sé que eres excesivamente bueno. Sè que eres el Señor de mi vida, aunque a veces yo tomo el señorío y me va mal... Sè también que eres mi proveedor. Sin tu ayuda yo no tendría ni un centavo en el bolsillo. Eres mi Sanador. Los doctores dicen que tengo una cosa y tú dices que no es cierto y esa es la verdad. Ellos dicen que debo tomar tales y tales medicinas y tú dices que no es necesario.

También sé que eres mi Defensor. Cuando salgo a predicar a algunos barrios que todos dicen que son peligrosos y que no debo entrar en ellos, tú me guías y me cuidas tanto en mi entrada como en mi salida y cumplo la misión que me has encomendado. Todo porque tú eres mi defensor y mi cuidador. Sè que tú eres quien guía mis pasos... muchas veces no he escuchado tu Voz que me advierte del peligro y me hundo en el mar de la duda, pero siempre vienes a mi rescate y me sacas adelante. Sè que eres Milagroso. Te gusta hacer milagros, bueno, la verdad, Jesus, que todo yo soy un milagro...

Creo que también sé que eres mi Maestro. Eres un excelente Maestro y me enseñas tanto que no logro asimilar todas tus enseñanzas. También sé que cuando me equivoco  y arruino las cosas, tù estas listo para arreglarme la plana y no quedar yo avergonzado. También sé que eres Emmanuel, Dios con nosotros, que eres Padre Eterno, Príncipe de Paz, mi Redentor y Salvador de mi alma...

También sé, Jesus, que me iré a tu lado y hasta que llegue allá en donde tú moras, entonces, como me dijo Pablo, te conoceré porque te veré cara a cara...Mientras tanto, todo lo que yo trate de conocer de Ti se queda corto ante la Inmensidad de tu hermosa realidad y presencia...

¿Sabes qué, Jesus?, creo que la respuesta a tu pregunta me compromete a seguir estudiando tus hechos para lograr saber cada día más de ti... Con tu ayuda lo lograre... Gracias.

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