¡INTENTEMOSLO...!

Si hay algo que cambia la vida es encontrarse con Jesus...

No hay medicina más efectiva para el dolor, para el fracaso y la angustia que encontrarse con el bálsamo que solo Jesus puede darnos.

El corazón humano está lleno de dolores. Dolores por el rechazo. Por la traición. Por el abandono de los seres que más amamos. Por la pareja que se ha ido de nuestro lado. Por la silla que ya nadie ocupa al lado de la nuestra en la mesa de la casa...

El corazón humano anhela oír nuevamente las palabras que nos dijeron hace ya mucho tiempo. Está sediento de amor, de expresiones que nos hagan erizar los vellos de los brazos, está sediento de caricias tiernas y palabras balsámicas que le hagan sentirse rodeado de ese efluvio que hace que la persona camine entre nubes...

Eso le sucedió a Pedro. Estaba afanado tratando de encontrar su sustento en lo que sabía hacer: pescar. Eso había hecho toda su vida. Y, aunque el mar a veces lo traicionaba y no le daba nada, él insistía una y otra vez. Madrugada tras madrugada. Oscuridades eternas tratando de sacarle al mar lo que necesitaba: peces...

Hasta que Alguien pasó en la playa y lo llamó. Fue Jesus. "Sígueme y te haré un mejor pescador, serás pescador de hombres..." le dijo, y Pedro inmediatamente dejó la barca, las redes, los amigos, los  y siguió a Aquel que le ofreció la solución a sus necesidades...

Pedro encontró al fin quien llenara su corazón vacío. Ahora sirve para algo más que solo pescar peces olorosos a sal. Ahora al fin, podrá ser útil a alguien. Ya no será solo una fuente de ingresos, ya no será solamente alguien que luche contra el mar y las tormentas para llevar algo a su casa... No. Ahora será alguien a quien le den un poco de atención. Ahora tiene a su lado a Alguien que le ama. Alguien que le llenará su corazón de ternura, de comprensión, de sanidad...

El rudo Pedro ahora a encontrado a su Maestro. A su Salvador. A su amigo. Y su amigo le amará tal como es. Malcriado a veces, tierno otras. Brusco de repente. Impertinente a veces. Traidor como todos... Pero siempre amado. Aceptado. Corregido. Instruido... Hasta ser cambiado y transformado...

Y todo porque Jesus le dijo entre líneas: "Intèntalo, Pedro. Inténtalo. Yo te ayudaré a ser diferente. Yo te sanaré tu dolorosa niñez y veras lo que puedo hacer en ti si tan solo lo intentas. Deja tus redes y Yo te daré las mías..."

¿Es demasiado tarde para usted? Antes de decir sí, antes de abandonar sus redes y dirigirse a su destino, hágase algunas preguntas. ¿Le ha dado a Cristo su barca, su pena, su dilema sin solución, su lucha, sus sueños, sus dolores? ¿Le ha entregado realmente su problema a Jesus? ¿Ha ahondado en él? ¿Ha eludido las soluciones superficiales que puede ver, en busca de las provisiones profundas que Dios puede dar?  ¡Intente darle a Jesus todo lo que le cargue!  Todo lo que le duela. Todo lo que le frustre... Estoy seguro que encontrará, como Pedro, la solución a su vida... Solo inténtelo...

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