FRACASOS

Nada es tan doloroso como un saco de fracasos...

Si pudiera usted hacerlo todo de nuevo, estoy seguro que lo haría de otra manera. Sería usted otra persona. Sería más paciente. Controlaría su lengua.  Terminaría lo que empezó. Pondría la otra mejilla en lugar de darle una cachetada a él...

Se casaría primero. No se hubiera casado. Sería honesto. Resistiría la tentación. Pasaría su tiempo con otro tipo de gente...

Hubiera soportado la pobreza y se hubiera graduado. Hubiera buscado un empleo mas temprano en el tiempo. Hubiera ahorrado cuando aun se podía. No hubiera tenido tantos hijos. Hubiera buscado casa en otro barrio. Hubiera hecho más ejercicio cuando podía. Hubiera dejado de comer menos pan...

Nada es tan doloroso como un saco de fracasos...

Hubiera, hubiera, hubiera... Pero no puede. Y por mas que se diga a usted mismo que "lo hecho, hecho está", lo que hizo no se puede deshacer.

Eso es en parte lo que quiso decir Pablo cuando declaró que "la paga del pecado es muerte".  Èl no dijo "la paga del pecado es un disgusto" O "la paga del pecado es un día difícil".  Tampoco "la paga del pecado es depresión".  Léalo de nuevo: "La paga del pecado es muerte".  El pecado es mortal...

¿Podemos hacer algo al respecto, entonces?

Su consejero dice que hable al respecto.  Entonces lo hace. Trae su costal a su oficina y vuelca las piedras en su piso para analizarlas una por una.  Y eso ayuda. Se siente bien hablar, y él es amable.  Pero cuando termina la hora, tiene que volver a llevarse el saco a la espalda.

Sus amigos le dicen que no se sienta mal.  Todos nos caemos de vez en cuando en este mundo, le dicen ellos.  Eso no es nada alentador, dice usted...

Los predicadores del optimismo frente a la vida le sugieren olvidarlo y ser feliz.  Eso funciona, hasta que limpia su espejo y echa una mirada sincera.  Entonces usted lo ve. No se ha ido. Aun siguen allí esas cosas feas que tanto duelen y asustan de cómo fuimos capaces de hacerlas...

Y es cuando Jesus entra en acción. Nos dice que "echemos sobre Èl nuestras cargas y nos dará descanso" ¡Allí está la solución! Jesus no nos dice simplemente que hablemos. Que olvidemos. Que hagamos como que las cosas no son ciertas. No. Jesus nos dice que es cierto. Son cargas fuertes y pesadas. Verdaderas. Verdaderos fracasos de la juventud o de cualquier otro tiempo. Por eso no es como el sicólogo ni como los amigos de la oficina. Jesus sabe lo que dice porque Èl llevó nuestras enfermedades que pesaban tanto porque iban en el madero que cargò al Gòlgota...

Èl sabe lo que pesa ese costal tan pesado del pasado... Por eso nos repite a cada instante: No lo cargues. No puedes con èl. Dámelo a mí. Yo ya tengo experiencia en ese tipo de cargas... Dame tu costal y te daré descanso... ¡Maravilloso! ¿No es cierto?

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑERA Y SUS "BUENAS" INTENCIONES... (Parte 1)

DESATADLO Y DEJADLO IR. (Jn. 11:44)

PASAS Y MANZANAS