NUEVOS
Bueno, a decir verdad, yo no había comprendido muy bien este verso, lo confieso, hasta este momento que lo he leído con un poco más de atención... "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas" 2 Cor. 5:17...
¿Ya lo vio? "nueva criatura". No es que ya no pequemos. No es que ya no estemos expuestos a las tentaciones. Es mentira que cuando nos convertimos al Señor ya no arrastramos ese cúmulo de cosas feas que Èl, por su Misericordia, lavo con su preciosa sangre. No. Pero creo que estamos listos para ver realmente qué es ser nueva criatura...
En nuestro nuevo nacimiento Dios rehace nuestras almas y nos da de nuevo, cuanto necesitamos para vivir. Es como cuando nace un bebe... Nuevos ojos que vean por fe. Una nueva mente para que podamos tener la mente de Cristo. Nuevas fuerzas, de modo que no nos cansemos para hacer el bien. Una nueva visión para que no nos desanimemos cuando veamos algo que no nos agrade. Una nueva voz par alabar y cantar cánticos de alabanza. Un corazón nuevo para amar solo al Señor...
Eso es precisamente lo que sucede en el nuevo nacimiento. Somos hechos nuevos... ¡Ah!, pero no nos alegremos demasiado rápido...
Si no conocemos lo que el Señor ha hecho en el instante que nacemos de nuevo, podemos correr el riesgo de seguir viendo con los ojos viejos: lujuria. Pensar con la mente vieja: Adulterio, chismes y murmuraciones. La vieja voz: cantos de cantina y de bar, o de Shakira... Corazón viejo: rencores, recuerdos amargos y palabras blasfemas...
Este es el problema. Muy pocos de nosotros hemos comprendido que ya no podemos seguir actuando ni viviendo igual que antes. Hemos sido hechos "nuevos". Ya no debe haber deseo de fumar como antes. Y si brota, recordarle a mi alma que ya no soy el mismo de antes. Que el cigarro ya no tiene ningún poder en mí. Si tengo deseos de blasfemar como antes, recordarle a mi alma que mi mente ha sido hecha nueva y que en mi corazón ya no debe haber palabras que ofendan al Señor y a mis oyentes...
Pero, ¿por què no sucede eso? ¿Por què tanto cristiano sigue viviendo, actuando y hablando como antes lo hacía? ¿Por què no se notan los cambios que debe haber en su conducta y en su vida privada? Muy sencillo: No hemos comprendido lo que el Señor ha hecho. Nos ha hecho nuevas criaturas...
Hoy es un buen día para que usted y muchos de nosotros empecemos a honrar la labor que el Señor ha realizado en nuestras vidas. Hoy podemos empezar a decir, cuando vengan esos viejos deseos a buscar materializarse en nuestras vidas: Esto ya no es para mí. Yo no he sido hecho para esto...
Soy nueva criatura. Tengo la mente de Cristo. Tengo los ojos de Jesus. Tengo el corazón del Señor. Soy un vaso de honra para la gloria del Señor... ¿Qué le parece si empezamos hoy mismo...?
¿Ya lo vio? "nueva criatura". No es que ya no pequemos. No es que ya no estemos expuestos a las tentaciones. Es mentira que cuando nos convertimos al Señor ya no arrastramos ese cúmulo de cosas feas que Èl, por su Misericordia, lavo con su preciosa sangre. No. Pero creo que estamos listos para ver realmente qué es ser nueva criatura...
En nuestro nuevo nacimiento Dios rehace nuestras almas y nos da de nuevo, cuanto necesitamos para vivir. Es como cuando nace un bebe... Nuevos ojos que vean por fe. Una nueva mente para que podamos tener la mente de Cristo. Nuevas fuerzas, de modo que no nos cansemos para hacer el bien. Una nueva visión para que no nos desanimemos cuando veamos algo que no nos agrade. Una nueva voz par alabar y cantar cánticos de alabanza. Un corazón nuevo para amar solo al Señor...
Eso es precisamente lo que sucede en el nuevo nacimiento. Somos hechos nuevos... ¡Ah!, pero no nos alegremos demasiado rápido...
Si no conocemos lo que el Señor ha hecho en el instante que nacemos de nuevo, podemos correr el riesgo de seguir viendo con los ojos viejos: lujuria. Pensar con la mente vieja: Adulterio, chismes y murmuraciones. La vieja voz: cantos de cantina y de bar, o de Shakira... Corazón viejo: rencores, recuerdos amargos y palabras blasfemas...
Este es el problema. Muy pocos de nosotros hemos comprendido que ya no podemos seguir actuando ni viviendo igual que antes. Hemos sido hechos "nuevos". Ya no debe haber deseo de fumar como antes. Y si brota, recordarle a mi alma que ya no soy el mismo de antes. Que el cigarro ya no tiene ningún poder en mí. Si tengo deseos de blasfemar como antes, recordarle a mi alma que mi mente ha sido hecha nueva y que en mi corazón ya no debe haber palabras que ofendan al Señor y a mis oyentes...
Pero, ¿por què no sucede eso? ¿Por què tanto cristiano sigue viviendo, actuando y hablando como antes lo hacía? ¿Por què no se notan los cambios que debe haber en su conducta y en su vida privada? Muy sencillo: No hemos comprendido lo que el Señor ha hecho. Nos ha hecho nuevas criaturas...
Hoy es un buen día para que usted y muchos de nosotros empecemos a honrar la labor que el Señor ha realizado en nuestras vidas. Hoy podemos empezar a decir, cuando vengan esos viejos deseos a buscar materializarse en nuestras vidas: Esto ya no es para mí. Yo no he sido hecho para esto...
Soy nueva criatura. Tengo la mente de Cristo. Tengo los ojos de Jesus. Tengo el corazón del Señor. Soy un vaso de honra para la gloria del Señor... ¿Qué le parece si empezamos hoy mismo...?
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