RECOBRAR
Luc. 18:41 "¿Qué deseas que haga por ti? Y él dijo:Señor, que recobre la vista..."
Bueno, la gramática nos enseña que la palabra "recobrar" significa volver a tener lo que antes tuve. Lo que por alguna razón perdí. Lo que por algún descuido se me escapó de las manos y mi vida quedó vacía de "eso..."
Ahora Bartimeo escucha que Jesus pasará por donde él se encuentra mendigando. Y toma la decisión de pedir un milagro. Un milagro que le permita recobrar la vista. Un milagro que le ayude a volver a tener lo que perdió...
Y usted puede leer el diálogo entre el ciego y Nuestro Señor. ¿Por qué Jesus le pregunta "¿Qué deseas que haga por ti?" ¿Acaso no ve que está ciego como todos presumimos saber? ¿O será que hay aquí algo que no hemos visto y que solo Jesus nos lo puede enseñar?
Permítame la libertad de imaginar. Mi pluma como mi mente vuelan lejos hasta la escena que se está desarrollando en este pasaje de Lucas... Dos hombres. Una multitud que se interpone entre ellos. Uno necesita un milagro. El Otro tiene el poder para hacerlo. Uno se ha cansado de mendigar lo que antes tuvo. El Otro está esperando que le permitan ayudar...
Bartimeo grita, exhala su último aliento con tal de ser escuchado. Le urge recobrar la vista. Le urge recobrar lo que antes tuvo. No sabemos ni nos importa saber cómo fue que perdió la visión. Lo que nos importa es su grito de angustia. Su voz quebrantada que siente que el Unico que puede hacerle el milagro se está alejando de él y que posiblemente no volverá a presentarse la oportunidad... Por eso gesticula, hace el ridìculo si es posible pero una cosa es segura: No dejará pasar su oportunidad... Necesita recobrar lo que perdió...
Y se hace el milagro. Jesus se lo hace. Léalo despacio...Vv. 42: "Jesús entonces le dijo:Recibe la vista" Y Bartimeo brinca de gozo, grita de alegría y glorifica al Señor por su milagro... ¿Qué tan importante era para este ciego haber recobrado lo perdido? ¡Ah! es que solo los que han perdido la vista lo saben...
Los que han perdido la visión de la vida. Los que han perdido el matrimonio. Los que han perdido a un hijo que se fue de la casa y no volvió. Los que han perdido la confianza de la única hija que ahora confía más en un vago que en la madre que la ama. Los que han perdido el empleo y se angustian por los gastos de la casa. Los que han perdido el calor del hogar que se perdió por una estupidez. Los que han perdido a un buen amigo. Los que han sido abandonados a su suerte y que ahora mendigan un pedazo de amor, un pedazo de calor, un pedazo de amistad...
Ellos son los Bartimeos de hoy. Los que necesitan recobrar lo que han perdido. Los que han perdido la fe, los sueños y sus proyectos. Los que han perdido la salud... La niña que perdió su virginidad por creer promesas falsas... La señora que perdió su honor por un momento de placer espurio. El caballero que perdió su honradez por un momento de hambre...
Pero hoy Jesus está pasando a través de estas líneas para volver a hacer el milagro que todos aquellos que han perdido algo lo recobren... No importa cómo ni cuando se perdió. Usted, con la ayuda de Jesus puede recobrarlo... Solo pídalo y lo recobrará...
Bueno, la gramática nos enseña que la palabra "recobrar" significa volver a tener lo que antes tuve. Lo que por alguna razón perdí. Lo que por algún descuido se me escapó de las manos y mi vida quedó vacía de "eso..."
Ahora Bartimeo escucha que Jesus pasará por donde él se encuentra mendigando. Y toma la decisión de pedir un milagro. Un milagro que le permita recobrar la vista. Un milagro que le ayude a volver a tener lo que perdió...
Y usted puede leer el diálogo entre el ciego y Nuestro Señor. ¿Por qué Jesus le pregunta "¿Qué deseas que haga por ti?" ¿Acaso no ve que está ciego como todos presumimos saber? ¿O será que hay aquí algo que no hemos visto y que solo Jesus nos lo puede enseñar?
Permítame la libertad de imaginar. Mi pluma como mi mente vuelan lejos hasta la escena que se está desarrollando en este pasaje de Lucas... Dos hombres. Una multitud que se interpone entre ellos. Uno necesita un milagro. El Otro tiene el poder para hacerlo. Uno se ha cansado de mendigar lo que antes tuvo. El Otro está esperando que le permitan ayudar...
Bartimeo grita, exhala su último aliento con tal de ser escuchado. Le urge recobrar la vista. Le urge recobrar lo que antes tuvo. No sabemos ni nos importa saber cómo fue que perdió la visión. Lo que nos importa es su grito de angustia. Su voz quebrantada que siente que el Unico que puede hacerle el milagro se está alejando de él y que posiblemente no volverá a presentarse la oportunidad... Por eso gesticula, hace el ridìculo si es posible pero una cosa es segura: No dejará pasar su oportunidad... Necesita recobrar lo que perdió...
Y se hace el milagro. Jesus se lo hace. Léalo despacio...Vv. 42: "Jesús entonces le dijo:Recibe la vista" Y Bartimeo brinca de gozo, grita de alegría y glorifica al Señor por su milagro... ¿Qué tan importante era para este ciego haber recobrado lo perdido? ¡Ah! es que solo los que han perdido la vista lo saben...
Los que han perdido la visión de la vida. Los que han perdido el matrimonio. Los que han perdido a un hijo que se fue de la casa y no volvió. Los que han perdido la confianza de la única hija que ahora confía más en un vago que en la madre que la ama. Los que han perdido el empleo y se angustian por los gastos de la casa. Los que han perdido el calor del hogar que se perdió por una estupidez. Los que han perdido a un buen amigo. Los que han sido abandonados a su suerte y que ahora mendigan un pedazo de amor, un pedazo de calor, un pedazo de amistad...
Ellos son los Bartimeos de hoy. Los que necesitan recobrar lo que han perdido. Los que han perdido la fe, los sueños y sus proyectos. Los que han perdido la salud... La niña que perdió su virginidad por creer promesas falsas... La señora que perdió su honor por un momento de placer espurio. El caballero que perdió su honradez por un momento de hambre...
Pero hoy Jesus está pasando a través de estas líneas para volver a hacer el milagro que todos aquellos que han perdido algo lo recobren... No importa cómo ni cuando se perdió. Usted, con la ayuda de Jesus puede recobrarlo... Solo pídalo y lo recobrará...
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