PAN

"Jesús les dijo:Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre..." Juan 6:35a

Todos necesitamos del pan... Hay algo curioso sobre la procedencia del pan. ¿Se ha dado cuenta que cada paìs tiene un plato propio de su cultura? Los chinos tienen las pastas. Los españoles los jamones. Los salvadoreños la pupusa. Los argentinos el churrasco...

Pero nadie se puede abrogar la propiedad del pan. Aunque todos lo consumen. No importa el paìs a donde usted vaya. Va a encontrar el pan. ¿Por qué es así? Porque el pan es universal. Es para todo el mundo. Ricos, pobres, medio pobres. Total, todos consumimos pan...

Por eso el Diablo, sabiendo de la necesidad del ser humano de consumir pan, le dijo a Jesus que convirtiera las piedras en pan. No le dijo que las convirtiera en queso. Ni en carne. Ni en vino. En pan... Porque sabía que Jesus había estado cuarenta días en ayuno en el desierto. Tenía hambre. Y la tentación estaba lista. Pero Jesus no aceptó la invitación... -No solo de pan vive el hombre- le dijo.

Y aquí es donde entra el hambre...

Todos tenemos hambre. Unos de amor. Otros de fama. Otros de sexo. No importa qué renglón del abanico del hambre sufre usted. Pero lo que sí es seguro es que en algún momento de su vida, en cualquier día de la semana o del mes, usted tendrá hambre...

Hambre de que alguien le de un tierno beso en la mejilla. O que alguien le pase la palma de la mano sobre su cabello y le haga sentir importante. O que alguien más se aprenda su nombre para decirle sin palabras: "me importa". Y el hambre no saciada nos hace buscar donde hacerlo. Algunos sacian su hambre de amor en una cama ajena. Otros sacian su hambre de compañía en un bar. Otras personas buscan saciar su hambre en los brazos equivocados.  ¿En donde sacia usted su hambre...? Muchos otros, ingenuamente le han dicho a otras piedras que se conviertan en su pan... solo para quedar avergonzados y heridos más de lo que estaban antes...

A todos nosotros, Jesus nos dice: "Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre..." Porque solo Èl puede saciar el hambre de nuestras almas. Y de nuestros corazones. Y de nuestras vidas. Èl es especialista para saciar cualquier tipo de hambre...

¿Se siente usted sola e ignorada por el hombre que le dijo que la ama? Jesus puede llenar ese vacío. ¿Se siente usted herido porque le han negado un trabajo? Jesus puede sanar esa herida y proveerle su sustento. ¿Siente usted que no le importa a nadie? Jesus puede hacerle sentir importante con solo mostrarle la luz del sol y de la luna hechas especialmente para usted...

¿El divorcio desarmò su futuro y ahora su vida se cae en pedazos? Jesus puede arreglar ese rompecabezas que la ha confundido... No tiene por qué correr tras los brazos de un extraño. Si corre a los brazos de Jesus, Èl le dará de su Pan y nunca más tendrá hambre...

Pero también debe ver otro detalle: El pan es un producto que se debe consumir diariamente. Si se deja para el otro día pierde su textura suave y se endurece. O se descompone. El pan es para comerlo en el día a día... Por eso Jesus dice: "el que viene a mí no tendrá hambre" No dice "el que vino". Tampoco dice "el que vendrá" O "el que ha venido..." No. El que nunca más tendrá hambre es aquel "que viene..." Todos los días. A cada instante. En cada momento... Nos seguimos viendo...


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