LLORO

"Pero María estaba fuera, llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó y miró dentro del sepulcro; y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Y ellos le dijeron:Mujer, ¿por qué lloras? Ella les dijo:Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. Al decir esto, se volvió y vio a Jesús que estaba allí, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dijo:Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas..." Juan 20:11

Tradicionalmente se ha presentado a Maria Magdalena como una prostituta y amancebada, una mujer con un oscuro pasado, lleno del humo de una pasión ilícita. A pesar de su vida anterior, el hecho de que Cristo la liberara de siete demonios nos informa al menos de que esa vida estaba dividida, despojada de todo y debilitada...

Por eso no es de sorprenderse el que se dedicara a seguir a aquel glorioso extraño que le había liberado de sus demonios. Había experimentado de manera directa su extraordinaria presencia sanadora. En lugar de las airadas voces que le habían asediado los oídos del alma, quedó libre para escuchar la voz del Maestro... "Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas y las mías me conocen..."

Maria experimenta en carne propia lo que sienten muchas mujeres de hoy: Quedar bien con todos. Pero ella decidió dedicarse a quedar bien con quien le había hecho bien. Hay mujeres que no sienten la presión de serlo todo para todos. ¿No quieren que sea una buena esposa? ¿No la aceptan sus hijos así como es? ¿En su iglesia la hacen a un lado porque no piensa como los demás? ¿En su barrio la ven con ojos codiciosos? Las mujeres como Maria no tienen esa desesperada necesidad de estar a la altura de lo que otros esperan de ellas para sentirse bien con respecto a ellas mismas...

Como Maria, las damas que se precian de serlo se mantienen siguiendo a su Salvador. Como Maria, se deciden a seguirlo incluso a la tumba como vemos en el pasaje escrito más arriba...

Pero lo que llama la atención es la pregunta dos veces hecha: ¿Por qué lloras? Los ángeles le preguntan y Jesus se lo vuelve a preguntar: ¿Por qué lloras?  ¿A quien buscas? Y es que las mujeres son tan preciosas que sus lágrimas hablan más que mil palabras. Son tan tiernas que con las perlas que derraman sus prístinos ojos nos hacen saber que buscan algo. Que necesitan algo. Que han perdido algo... Sea a su Maestro o sus dracmas o su vida...

¿Ha perdido usted algo, querida hermana? ¿Ha perdido la ternura que un día tuvo en las sedosas palmas de sus manos? ¿Ha perdido sus sueños e ilusiones?  ¿Por qué llora? ¿Por los besos tiernos de su esposo que se los está dando a otra mujer? ¿Qué busca en la oscura noche de su vida? ¿Qué espera encontrar cuando atisba al interior de su propio corazón? ¿Alguna otra persona le ha robado su esperanza de un final feliz en su matrimonio?

El llanto de Maria llamó la atención de los ángeles y de Jesus... Su llanto también puede llamar la atención del Señor... Maria llora por su Señor... ¿Por qué llora usted...?

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