MUJER
Se podría considerar que las mujeres de hoy tienen más oportunidades de alcanzar la grandeza que nunca antes. Pueden convertir en vida sus sueños de niñas: Aquellos sueños que nunca fueron hechos realidad porque sus padres no pudieron entenderlas, no entendieron que desearon tener entre sus juguetes una muñeca pero en vez de eso le pusieron entre sus bracitos infantiles un hermanito para que se convirtiera en mamá de ese niño a temprana edad... Es cierto, hoy pueden vencer las barreras de prejuicios sexuales, raciales y económicos, la opresión social y los demonios de los maltratos durante la niñez y el mal funcionamiento de sus familias...
Se pueden elevar con la belleza y la majestad en las que pensaba su Creador cuando las hizo a su propia semejanza: "Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (Gèn. 1:27).
Entonces, ¿por qué no son más las mujeres que realizan sus sueños y alzan el vuelo, tal como era el deseo de Dios? ¿Por qué no se repiten con más frecuencia las historias de las mujeres vencedoras que nos menciona la Biblia? ¿Acaso solo hubo o habrá una Debora, una Maria de Belén, una Rebeca, una Abigail...?
Creo que hay una razón:
Aunque las oportunidades y las inspiraciones se han multiplicado, también lo han hecho las cargas de responsabilidad, las presiones por las expectativas ajenas y las tentaciones de mediocridad. Se han multiplicado los dolores de parto para mantener un hogar en orden, soportar el maltrato de los hombres que viven con ellas, el maltrato y el insulto que hacen en sus corazones los hijos mal agradecidos que las agreden verbal y físicamente... Aun los religiosos hipòcritas que después de usarlas como objeto sexual las tiran al abandono, la burla y la humillación...
Como flores silvestres luchando por abrirse paso a través de las grietas de una acera que se deshace, las mujeres luchan por florecer dentro de las limitaciones de esta extensión de cemento desordenada y dividida que se llama vida...
Tienen que luchar a brazo partido compitiendo con los hombres por un lugar de respeto y dignidad. Como madres tienen que llorar en silencio la destrucción de sus corazones, de su fe y de su estatus. Hoy, a veces, cuesta creer que son vasos más frágiles como dice la Escritura...
Sì, las numerosas libertades han traído consigo numerosas oportunidades para muchas mujeres. Con todo, son muchas las barreras que amenazan la capacidad de una mujer para responder al llamado de grandeza que Dios puso sobre su vida. Para la mujer es toda una lucha solo el mantener vivo el tierno brote de sus sueños. La metamorfosis de oruga a mariposa cada vez le es mas difícil...
Como flores que se deshojan al viento del dolor, ellas caminan por esta vida buscando un lugar donde cobijarse y encontrar el consuelo a sus dolores... Los pétalos de sus hermosos sueños mutilados esperan, como la samaritana, que Alguien se acerque a su pozo y les quite la sed de amor, cariño y respeto que tienen a flor de piel, que llegue a su pozo seco y estéril de su realizaciòn personal...
Jesus es el que puede calmar esas tormentas. Jesus puede cambiar el desierto de su alma por un jardín lleno de delicias. Jesus es el que puede saciar la sed de esas almas sedientas. Jesus es el que puede alimentar el hambre que las consume, mis queridas hermanas que buscan unos brazos donde refugiarse y ser consoladas... Solo Jesus... Bùsquelo y verá buenos resultados... Y Èl le dará el lugar para que sus sueños se cumplan. El le darà el reposo que su mutilada niñez ha sufrido...
Se pueden elevar con la belleza y la majestad en las que pensaba su Creador cuando las hizo a su propia semejanza: "Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (Gèn. 1:27).
Entonces, ¿por qué no son más las mujeres que realizan sus sueños y alzan el vuelo, tal como era el deseo de Dios? ¿Por qué no se repiten con más frecuencia las historias de las mujeres vencedoras que nos menciona la Biblia? ¿Acaso solo hubo o habrá una Debora, una Maria de Belén, una Rebeca, una Abigail...?
Creo que hay una razón:
Aunque las oportunidades y las inspiraciones se han multiplicado, también lo han hecho las cargas de responsabilidad, las presiones por las expectativas ajenas y las tentaciones de mediocridad. Se han multiplicado los dolores de parto para mantener un hogar en orden, soportar el maltrato de los hombres que viven con ellas, el maltrato y el insulto que hacen en sus corazones los hijos mal agradecidos que las agreden verbal y físicamente... Aun los religiosos hipòcritas que después de usarlas como objeto sexual las tiran al abandono, la burla y la humillación...
Como flores silvestres luchando por abrirse paso a través de las grietas de una acera que se deshace, las mujeres luchan por florecer dentro de las limitaciones de esta extensión de cemento desordenada y dividida que se llama vida...
Tienen que luchar a brazo partido compitiendo con los hombres por un lugar de respeto y dignidad. Como madres tienen que llorar en silencio la destrucción de sus corazones, de su fe y de su estatus. Hoy, a veces, cuesta creer que son vasos más frágiles como dice la Escritura...
Sì, las numerosas libertades han traído consigo numerosas oportunidades para muchas mujeres. Con todo, son muchas las barreras que amenazan la capacidad de una mujer para responder al llamado de grandeza que Dios puso sobre su vida. Para la mujer es toda una lucha solo el mantener vivo el tierno brote de sus sueños. La metamorfosis de oruga a mariposa cada vez le es mas difícil...
Como flores que se deshojan al viento del dolor, ellas caminan por esta vida buscando un lugar donde cobijarse y encontrar el consuelo a sus dolores... Los pétalos de sus hermosos sueños mutilados esperan, como la samaritana, que Alguien se acerque a su pozo y les quite la sed de amor, cariño y respeto que tienen a flor de piel, que llegue a su pozo seco y estéril de su realizaciòn personal...
Jesus es el que puede calmar esas tormentas. Jesus puede cambiar el desierto de su alma por un jardín lleno de delicias. Jesus es el que puede saciar la sed de esas almas sedientas. Jesus es el que puede alimentar el hambre que las consume, mis queridas hermanas que buscan unos brazos donde refugiarse y ser consoladas... Solo Jesus... Bùsquelo y verá buenos resultados... Y Èl le dará el lugar para que sus sueños se cumplan. El le darà el reposo que su mutilada niñez ha sufrido...
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