PILATO
Hay preguntas que no pueden quedarse sin respuesta...
Por supuesto, y los padres lo saben, hay preguntas que hacen los niños que no se pueden responder hasta que ellos mismos descubren las respuestas... ¿Cómo nací, mami? Hay niños que hacen preguntas difíciles de responder...
Y lo mejor, en estos casos es cambiar de tema... Aunque en el aire queda flotando la pregunta que un día tendrá que ser respondida...
Las mujeres son especiales para hacer preguntas: ¿Me amas? es lo que le preguntan al hombre. Y, ¿cómo responder a esa pregunta sin que sea solo un simple "si"? O ¿qué tal esta otra pregunta: ¿Qué sientes por mi...? ¿Cómo hace un hombre para definir lo que siente por su esposa sin que suene a cliché que se ha repetido miles de veces? Es decir, ellas no son niñas pero como si lo fueran. Nos hacen preguntas que son difíciles de responder según lo que ellas esperan escuchar...Y solo nos queda la opción de mover los hombros y quedarnos callados... El silencio es mejor que mil errores...
Veamos: "Sì, te amo" es lo que respondemos. Y ellas vuelven a la carga: ¿"Solo eso?, sí, te amo?" ¿No hay nada más que me puedas decir...? ¡Uff! qué difícil es responder lo que ellas esperan escuchar...
Eso fue lo que le sucedió a Pilato. Hizo una pregunta que nunca debió hacer...
"Pilato les dijo:¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo...?" Mateo 27:22.
Y en este caso solo hay dos opciones.
¿Qué hacer con Jesus...? Puede rechazarlo. Esa es una opción. Puede, al igual que muchos, decidir que la idea de Dios convertido en un carpintero es demasiado extraña y alejarse de Èl. Olvidarlo y refugiarse en una religión vacía, hueca, sin emoción ni experiencias enriquecedoras...
O puede aceptarlo. Puede caminar con Èl. Puede escuchar su voz entre cientos de voces y seguirle. Puede ser su amigo y confiarle sus problemas sabiendo que Èl puede darle las soluciones que necesita. O puede presentarle sus preguntas sabiendo que Èl tiene todas las respuestas que usted busca. O puede hablar con Èl sinceramente y abrir su corazón para que lo sane...
¿Qué hacer con Jesus? Esa es la pregunta que muchos no han logrado responder... Hasta que llega la Verdad y nos hace libres para poder responderla: Creer y confiar en Èl. Eso es todo. No hay nada más hermoso que se pueda hacer con Èl. Tenerlo de su lado como el hijo pródigo o alejarse como el joven rico...
Y ahora, la pregunta vuelve a estar en el aire: ¿Qué piensa hacer con Jesus...?
Por supuesto, y los padres lo saben, hay preguntas que hacen los niños que no se pueden responder hasta que ellos mismos descubren las respuestas... ¿Cómo nací, mami? Hay niños que hacen preguntas difíciles de responder...
Y lo mejor, en estos casos es cambiar de tema... Aunque en el aire queda flotando la pregunta que un día tendrá que ser respondida...
Las mujeres son especiales para hacer preguntas: ¿Me amas? es lo que le preguntan al hombre. Y, ¿cómo responder a esa pregunta sin que sea solo un simple "si"? O ¿qué tal esta otra pregunta: ¿Qué sientes por mi...? ¿Cómo hace un hombre para definir lo que siente por su esposa sin que suene a cliché que se ha repetido miles de veces? Es decir, ellas no son niñas pero como si lo fueran. Nos hacen preguntas que son difíciles de responder según lo que ellas esperan escuchar...Y solo nos queda la opción de mover los hombros y quedarnos callados... El silencio es mejor que mil errores...
Veamos: "Sì, te amo" es lo que respondemos. Y ellas vuelven a la carga: ¿"Solo eso?, sí, te amo?" ¿No hay nada más que me puedas decir...? ¡Uff! qué difícil es responder lo que ellas esperan escuchar...
Eso fue lo que le sucedió a Pilato. Hizo una pregunta que nunca debió hacer...
"Pilato les dijo:¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo...?" Mateo 27:22.
Y en este caso solo hay dos opciones.
¿Qué hacer con Jesus...? Puede rechazarlo. Esa es una opción. Puede, al igual que muchos, decidir que la idea de Dios convertido en un carpintero es demasiado extraña y alejarse de Èl. Olvidarlo y refugiarse en una religión vacía, hueca, sin emoción ni experiencias enriquecedoras...
O puede aceptarlo. Puede caminar con Èl. Puede escuchar su voz entre cientos de voces y seguirle. Puede ser su amigo y confiarle sus problemas sabiendo que Èl puede darle las soluciones que necesita. O puede presentarle sus preguntas sabiendo que Èl tiene todas las respuestas que usted busca. O puede hablar con Èl sinceramente y abrir su corazón para que lo sane...
¿Qué hacer con Jesus? Esa es la pregunta que muchos no han logrado responder... Hasta que llega la Verdad y nos hace libres para poder responderla: Creer y confiar en Èl. Eso es todo. No hay nada más hermoso que se pueda hacer con Èl. Tenerlo de su lado como el hijo pródigo o alejarse como el joven rico...
Y ahora, la pregunta vuelve a estar en el aire: ¿Qué piensa hacer con Jesus...?
No supe lo grande ni lo suficiente que El es, hasta que. lo único que me quedo fue El
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