PALABRAS

Dios siempre uso las palabras para hacer su obra. Si usted lee Génesis verá que todo lo hizo por la Palabra. No uso las manos. No uso a los ángeles. No uso instrumento material. Solo Palabras. "Sea..." "Hágase..." hasta que llegó al hombre... Hasta entonces dijo: "Hagamos..."

Y es que la Palabra de Dios es eterna  y verdadera. Le cuento que yo confío absolutamente en Su Palabra. Nunca falla. Lo que dice lo cumple. Èl no miente. Es totalmente veraz. Y eso precisamente es lo que me da descanso. Todos me pueden fallar menos Dios. Su Palabra es fiel. Digna de toda confianza...

En mis oraciones privadas le digo algo que parece insolente pero Èl comprende mi posición de hombre de tierra y débil y alguien que se aferra a sus promesas: "Tù dijiste, Señor..." Y cuando suelto mi lengua y expreso esas palabras siento una liberación dentro de mí que me hace quedar confiado en que Èl recordará que es cierto, lo dijo y entonces, lógicamente, lo hará. Claro, si me conviene. Pero al menos alcanzo la paz que tanto necesito en mis momentos difíciles... Puedo descansar en ella, en Su Palabra...

Vivimos en un mundo falto de palabra. Promesas rotas. Votos vacíos y sin valor. Votos huecos. Promesas que se ofrecen  luego se retractan. Garantías que se ofrecen y luego se ignoran. Se pronuncian con gran fanfarria: "Siempre te amare", "Cuenta conmigo" "Hasta que la muerte nos separe..." Y lo que nos separa es el rencor, el odio, el olvido, la traición, el adulterio, el dinero...

Las palabras humanas tienden a desplomarse. Son como hojas de otoño en el viento de noviembre... Pero algo es seguro: La Palabra de Dios nunca será falsa. Nunca fallará. Èl mantiene su pacto de amor con nosotros y su Palabra es nuestra ancla segura... "Las palabras del Señor son puras, son como la plata refinada, siete veces purificada en el crisol" Salmo 12:6.

Si algo es traicionero muchas veces es la palabra del hombre. Pero la de Dios es firme. Es fiel. Pregùntele a Abraham si Dios le cumplió su promesa de darle la tierra Prometida. Pregùntele a Jacob si le próspero mientras estuvo con Laban pastoreando ovejas ajenas. Pregùntele a Josué si le falló cuando entrò a la tierra Prometida. Pregùntele a Jesus si lo dejó abandonado en el Seol...

Si no le bastan esos ejemplos, vaya a una congregación de fe y pregunte si Dios ha mentido cuando ofrece sanar enfermos, levantar caídos y sanar heridos.

Voy más lejos: Èl prometió que mientras estè la sementera nunca faltaría el sol, nunca la luna dejará de alumbrar de noche y nunca habrá falta de pan en la mesa de sus hijos. Vea su mesa. Vea su familia. Vea su cuerpo. Vea sus noches frías  solitarias y de pronto sentirá un delicioso calor que la arropa... Esa es la presencia de Dios. Todo porque Èl prometió algo: "Estaré contigo todos los días hasta el fin del mundo..."

Èl es Fiel. Digno de creerle...


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