ESPERAR

Nuestro problema no es tanto que Dios no nos dé lo que esperamos, sino que no sabemos qué es lo que debemos esperar...

En la Biblia hay, entre muchas, una historia apasionante. Me apasiona por el sentimiento de tristeza, sinceridad y franqueza de dos discípulos...

No hay nada más intrigante que ver a dos hombres con los ojos fijos en el suelo. Van silenciosos y pensando dentro de sí de las cosas que ellos esperaban y no se dieron. Van cabizbajos y cada uno imbuido en sus propios pensamientos. Tristeza, coraje, enojo, confusión, dudas, agonía... Es cuando la fe cabalga en la montura de la duda. Es cuando la fe se empieza a hundir y la desesperación comienza a llenar el horizonte. Es la esposa que encuentra un número de teléfono en el celular de su esposo y que pertenece al nombre de una mujer que ella no conoce. Duda. Incertidumbre. Es cuando la hija adolescente ha estado jugando al sexo con el novio y su periodo se está atrasando. Ya lleva cinco días y no baja... Agonía. Es cuando el hombre puso varias currìculas y las llamadas que le prometieron no suenan en su teléfono. Confusión... Cosas por el estilo...

Estos dos hombres van repitiéndose lo que ya vieron que sucedió: Clavos entrando en la Carne de las Manos de su Maestro. Una corona de espinas clavando sus púas ingratas en la frente de su líder. Unos hombres bajando el Cuerpo y cubriéndolo con un manto mortuorio. El sonido de una piedra siendo rodada en la boca de una tumba encerrando para siempre el Cuerpo del que murió en una Cruz...

Disfrazado, escucha con paciencia. Sus manos bien ocultas entre su manto. Debió conmoverle la lealtad de este par. Pero también debió sentirse un poco desilusionado. Acababa de ir y volver del infierno para traer el cielo a la tierra, y este par se preocupaba por la situación que les agobiaba...

"Esperábamos que Èl hubiera sido el que redimiera a Israel"
Esperábamos... ¿Con cuánta frecuencia ha oído esta expresión? "Esperábamos que el médico le diera el alta". "Esperaba que el examen dijera que todo estaba bien". "Esperábamos que la cirugía extrajera el cáncer". "Esperábamos ganar el examen". "Pensé que el trabajo era un hecho..." "Creí que mi matrimonio duraría para siempre". "Espere que mi esposa diera a luz al bebé". "Esperaba que no me arrebataran mi casa""Esperaba que mi esposo cumpliera su palabra cuando me prometió estar conmigo en las buenas y en las malas..."

Palabras manchadas de gris con decepción.  Lo que esperábamos no sucedió. Lo que sucedió, no lo esperábamos. ¿El resultado? Esperanza rota. El cimiento de nuestro mundo se sacude. Caminamos penosamente el camino  a Emaùs arrastrando en el polvo las sandalias, preguntándonos qué hicimos para merecer tal infortunio... ¿Por qué las cosas no salieron como esperábamos...?
Pero nos engañamos. Sì salieron como Dios quería que salieran. No nosotros, pero Èl esperaba que fuera así. Para darle la oportunidad de llenar nuestras vidas de esperanza. Para llenar nuestro futuro de fe. Para llenar nuestros corazones de vida...Esperemos solo en Èl y en nadie más... Muchos menos en nosotros mismos. Todo saldrá`como Èl ha dicho: "...TODO OS SALDRÀ BIEN..."

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