JERICÒ
Muros altos. Laterales protegidos. Guerreros valientes y dispuestos a todo. Mercenarios de todas partes del paìs han sido contratados para defender sus murallas. Armas letales y listas para derrotar al más osado de los valientes...
Josué y sus soldados nunca habían enfrentado un reto como este. Habían peleado batallas en el desierto, pero siempre en su territorio, bajo sus términos y en valles abiertos. Nunca habían peleado contra una ciudad fortificada. Nunca habían pasado por aquí antes...
Tal vez usted tampoco.
Quizá este frente a un reto que no se parece a ninguno que haya enfrentado antes. El dos mil diez y seis se asoma en el horizonte como un Jericó enojado. Amurallado y lleno de temores. Imponente. Fuerte. Consume sus pensamientos y agota sus fuerzas. Es cierto, tiene fe, pero viendo como están las cosas, el futuro no parece muy prometedor. El temor le despierta a media noche y le mantiene despierto... El año que viene luce impenetrable. Menos dinero. Mas deudas. Menos sueldo más gastos. Los hijos van a otro grado. Más útiles, más colegiatura. El año amenaza con ser el reto más grande de su vida. Muros altos y gruesos. ¿Tiene usted de frente a unos muros demasiado altos y anchos como para poder traspasarlos? ¿Un diagnóstico, dificultad o derrota que le está impidiendo entrar a su tierra de leche y miel?
Está usted entre una vida basada en la fe y el temor a fallarle a su fe... Al igual que Josué, usted puede ver, sentir y enfrentar el temor...
Pero, al igual que Josué, usted no tiene que enfrentar su Jericó a solas. Dios estará con usted todos los días del año que se avecina. Así como El estuvo con Josué y le ayudó a salir vencedor de la batalla contra esa ciudad fortificada, así le ayudará a usted a salir airoso y victoriosa de la experiencia que nunca antes ha vivido... Dios lo promete y Èl lo cumplirá. No lo dude.
Recuerde: En el caso de Abraham, tres invitados llegaron a cenar con él. A Moisés le habló a través de una zarza. Un burro le habló a Balaam. Un ángel resplandeciente quitó la piedra que tapaba la tumba que Jesus dejó vacía... Josué veía dos ejércitos: El ejército cananeo y el israelita. Pero en realidad habían tres. El ejército de ángeles que acompañaban al Misterioso varón que se le apareció a Josué antes de atacar Jericó. ¿Le cuento una parte? "Me presento ante ti como comandante del ejército del Señor", declaró el Angel de Jehovà en aquella ocasión que Josué le pregunta: ¿Eres del enemigo o eres de los nuestros?
El mensaje para Josué era inconfundible y lo es para usted también: Jericó puede tener sus muros, pero tú, Josué, tienes más. Tienes a Dios de tu parte. El está contigo... Y también lo estará con usted. ¿Acaso no es eso lo que necesitamos saber? ¿Que Dios está cerca? ¿Saber que nunca estaremos solos? En nuestra hora más oscura, en medio de nuestras preguntas más profundas, el Señor de los millones de ángeles guerreros nunca nos deja. Usted necesita estar seguro de esto: Su Padre está aquí, aquí a su lado para ayudarle a botar esos muros de su Jericó que se levantará en su camino hacia la victoria del próximo año. No lo dude. Usted no enfrentara solo su año que se le viene encima. Siga adelante... ¡Ah! y feliz año nuevo...
Josué y sus soldados nunca habían enfrentado un reto como este. Habían peleado batallas en el desierto, pero siempre en su territorio, bajo sus términos y en valles abiertos. Nunca habían peleado contra una ciudad fortificada. Nunca habían pasado por aquí antes...
Tal vez usted tampoco.
Quizá este frente a un reto que no se parece a ninguno que haya enfrentado antes. El dos mil diez y seis se asoma en el horizonte como un Jericó enojado. Amurallado y lleno de temores. Imponente. Fuerte. Consume sus pensamientos y agota sus fuerzas. Es cierto, tiene fe, pero viendo como están las cosas, el futuro no parece muy prometedor. El temor le despierta a media noche y le mantiene despierto... El año que viene luce impenetrable. Menos dinero. Mas deudas. Menos sueldo más gastos. Los hijos van a otro grado. Más útiles, más colegiatura. El año amenaza con ser el reto más grande de su vida. Muros altos y gruesos. ¿Tiene usted de frente a unos muros demasiado altos y anchos como para poder traspasarlos? ¿Un diagnóstico, dificultad o derrota que le está impidiendo entrar a su tierra de leche y miel?
Está usted entre una vida basada en la fe y el temor a fallarle a su fe... Al igual que Josué, usted puede ver, sentir y enfrentar el temor...
Pero, al igual que Josué, usted no tiene que enfrentar su Jericó a solas. Dios estará con usted todos los días del año que se avecina. Así como El estuvo con Josué y le ayudó a salir vencedor de la batalla contra esa ciudad fortificada, así le ayudará a usted a salir airoso y victoriosa de la experiencia que nunca antes ha vivido... Dios lo promete y Èl lo cumplirá. No lo dude.
Recuerde: En el caso de Abraham, tres invitados llegaron a cenar con él. A Moisés le habló a través de una zarza. Un burro le habló a Balaam. Un ángel resplandeciente quitó la piedra que tapaba la tumba que Jesus dejó vacía... Josué veía dos ejércitos: El ejército cananeo y el israelita. Pero en realidad habían tres. El ejército de ángeles que acompañaban al Misterioso varón que se le apareció a Josué antes de atacar Jericó. ¿Le cuento una parte? "Me presento ante ti como comandante del ejército del Señor", declaró el Angel de Jehovà en aquella ocasión que Josué le pregunta: ¿Eres del enemigo o eres de los nuestros?
El mensaje para Josué era inconfundible y lo es para usted también: Jericó puede tener sus muros, pero tú, Josué, tienes más. Tienes a Dios de tu parte. El está contigo... Y también lo estará con usted. ¿Acaso no es eso lo que necesitamos saber? ¿Que Dios está cerca? ¿Saber que nunca estaremos solos? En nuestra hora más oscura, en medio de nuestras preguntas más profundas, el Señor de los millones de ángeles guerreros nunca nos deja. Usted necesita estar seguro de esto: Su Padre está aquí, aquí a su lado para ayudarle a botar esos muros de su Jericó que se levantará en su camino hacia la victoria del próximo año. No lo dude. Usted no enfrentara solo su año que se le viene encima. Siga adelante... ¡Ah! y feliz año nuevo...
Amen !!!!!!
ResponderEliminarY Feliz año para usted y Su familia Pastor.
Valoramos y apreciamos mucho lo que Dios le ha dado y formado en usted para ayudar a los que necesitamos...
Muchas bendiciones!
Fam .
Barahona Basil