FAMILIA

¿Tiene algo qué decir Jesus con relación a la familia difícil? ¿Hay algún ejemplo de Jesus dando paz a una familia herida? Sì, sí lo hay...

Su propia familia...

¿Sabía usted que Jesus tenía una familia? ¿Sabía que tenía hermanos y hermanas difíciles? Èl era el hermano mayor. Todo su sueldo también era para sostener su casa. Usted debe saber que José, el padre de familia no aparece en la vida de Jesus más que en los primeros años después de su nacimiento? ¿Y después que...? Jesus aparece a cargo de la carpintería. Maria, la madre, seguramente también le preguntaba a Jesus cada fin de quincena: ¿Te pagaron hijo? ¿Conseguiste dinero, Jesus? Asòmbrese. Èl también pasó por lo que usted quizá esta pasando. Por eso puede entender su frustración cuando las necesidades de su casa lo dejan exhausto y sin un centavo después de trabajar todo el mes... Èl pasó por allí...

Jesus también tuvo una familia difícil. "¿No es éste el carpintero, el hijo de María, y hermano de Jacobo, José, Judas y Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros...?" Mr. 6:3.

También usted debe saber que la familia de Jesus no era perfecta. Eso es cierto. Si su familia no le aprecia, anímese, tampoco la de Jesus lo apreciaba: "Y Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa". Mr. 6:4.

Me pregunto qué habrá querido decir con esas cinco finales palabras... Jesus no era honrado en su casa. No lo respetaban. No lo apreciaban. Se burlaban de él. Le hacían bromas pesadas. ¡Cómo no, el "Hijo de Dios"! ¡Sí, pues, haznos un milagro, Hijo del cielo! ¿Se imagina? No creían en él. Sus hermanos seguramente le quitaban el pan cuando cerraba los ojos para orar al Padre. Le pedían dinero cuando lo necesitaban pero no le ayudaban en los trabajos de la carpintería... Para eso era el hermano mayor...

Quizá lo mismo que usted. Trabajó para ayudar a sus padres o a su madre a sostener la casa. Tuvo que hacer el oficio de la casa, dejar hechas las tortillas, limpio el comedor y luego irse a la escuela a estudiar lo poco que pudo. Dejó su niñez, sus muñecas o juguetes para ser el sostén del hogar porque papá abandono el nido antes de tiempo y fue usted a quien le tocó el turno de sacar adelante a sus hermanos... Y ahora, pasado el tiempo no le dan las gracias. No le agradecen lo que hizo por ellos... Es más, quizá también en su familia haya alguien pesado que dice: ¿Te lo pedí yo?

Duele. Amarga. Frustra. Sangra el corazón ante tanta ingratitud... Y no hay almohada tan grande que pueda secar las lágrimas que brotan de sus ojos doloridos por el mal agradecimiento de su familia. Sus lágrimas solitarias derramadas en silencio en donde solo Jesus puede entender por qué son así las cosas... Por eso tal vez, usted está leyendo este escrito. Para que se consuele al saber que Jesus también llorò, sufrió y entregó todo por su familia terrenal y no fue aceptado excepto por uno o dos de sus hermanos... No hay familia perfecta. Pero el amor perfecto de Dios consuela todo dolor, toda frustración y toda soledad. Èl es nuestro verdadero familiar que puede cobijarnos y creer en nosotros... No lo olvide. Solo Jesus es nuestro buen, perfecto y hermoso Hermano Mayor...

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