CINCO


Entrecerró sus ojos por el sol del mediodía.  Sus hombros se encorvaron bajo el peso del cántaro. Sus pies marchaban pesadamente, levantando polvo del camino. Mantiene su mirada baja para esquivar los ojos de los demás...

Es una samaritana. Conoce la punzada del racismo.  Es mujer y se ha estrellado con el muro del sexismo.  Ha estado unida con cinco hombres. Cinco. Cinco parejas. Cinco matrimonios diferentes. Cinco camas diferentes. Cinco rechazos diferentes. Cinco esperanzas fallidas. Cinco sueños truncados. Cinco carreras empezadas y ninguna terminada. Cinco calendarios sin ningún fruto... Cinco recuerdos de amargura. Cinco cicatrices que marcan una vida de dolor. Cinco nombres tatuados en el fondo del corazón. Cinco recuerdos amargos y dolorosos. Cinco manchas en el alma y en el cuerpo. Cinco pares de manos que recorrieron su piel y la dejaron más sucia cada una... Cinco puertas que se cerraron con un golpe. Cinco gritos de ¡vete! a otro lado...

Esta familiarizada con lo que es saber lo que significa amar y no recibir amor a cambio. Su pareja actual ni siquiera le dará su apellido. Solo le da un lugar donde dormir...

La vida de esta mujer podría haber continuado de la misma manera. Anodina. Sin un lugar propio para vivir. Sin una vida propia de no haber sido porque ese medio día se encontró con un extraño... ¿Por qué no fue temprano al pozo con las otras mujeres? Quizá ya lo había hecho. Tal vez solo necesitaba un poco más de agua en un día caluroso. O tal vez no. Tal vez intentaba evitar encontrarse con las chismosas del pueblo.

Una caminata bajo el sol ardiente era un precio insignificante a cambio de librarse de sus lenguas mordaces. 

Así que fue al pozo al mediodía. Esperaba soledad pero en lugar de eso, encontró a uno que la conocía mejor que ella misma... Estaba sentado en el suelo: piernas estiradas, manos cruzadas, la espalda recostada en el pozo. Tenia los ojos cerrados. Se detuvo y lo miro. Mirò alrededor. No había nadie cerca. Volvió a mirarlo. Obviamente era judìo. ¿Qué hace aquí? Èl abrió los ojos y los de ella esquivaron la mirada, apenados. Se apresuró a cumplir su tarea y sacar agua del pozo para irse...Pero algo empezó a cambiar el rumbo de su existencia. Una palabra. Solo una: Dame agua... Y usted sabe el resto. Fue lo que le pidió a usted. Fue la palabra que Èl expresó en su pozo de soledad. En su pozo de amargura, ira y enojo contra aquellos que la ultrajaron y laceraron su alma. Dame agua fue todo lo que dijo. Y un maremàgnum de emociones se desató en aquella mujer... A él le interesaba algo más que el agua. Le interesaba su corazón... Y lo logró. A él le interesa su diezmo, pero más le interesa su corazón. A él le interesa su agenda, pero más le interesa su alma. A él le interesa su asistencia a la iglesia, pero más le interesa su oración... Piénselo... Son cinco...

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑERA Y SUS "BUENAS" INTENCIONES... (Parte 1)

DESATADLO Y DEJADLO IR. (Jn. 11:44)

PASAS Y MANZANAS