ORACION
Hitler y Herodes son el ejemplo de la obsesión egocéntrica. Sin que nadie se lo pidiera se quisieron hacer dueños del mundo. Y lo querían cambiar a su manera. Y para lograr sus metas no importaba el método. El fin lo justificaba... Hitler mató a seis millones de judìos. Herodes empezó a matar también judìos, solo que estos eran apóstoles... La historia nos lo cuenta:
Herodes, para quedar bien con el populacho, mató al apóstol Santiago. Lógicamente eso hizo subir sus índices de popularidad, y para aumentarlo mucho mas, metió preso a otro apóstol. A Pedro. Su fin era decapitarlo pero lo haría mas adelante, en la fiesta de la pascua, en el aniversario de la muerte de Jesus...
Así que puso al apóstol bajo la estrecha vigilancia de unos soldados especializados en custodiar presos peligrosos y les amenaza: Si él huye, ustedes mueren. Ataron a Pedro con cadenas y le encerraron detrás de tres puertas, en lo mas hondo de la prisiòn de alta seguridad.
Así las cosas, no quedaba nada mas que hacer. Recordemos: era el principio de la Iglesia que hoy la componemos todos nosotros. Ellos estaban tan amedrentados y asustados como nos encontramos nosotros. No podían nada contra el sistema. El mundo contra ellos. Ya sabemos quien tiene la fuerza aunque no el poder. La burocracia es tan fuerte y bien engrasada que camina a su propio paso. No se pueden romper ciertos sellos sin caer en un delito. Para aquella iglesia la impotencia era dolorosa. Para nosotros la impotencia es vergonzosa y dolorosa también. El poderoso contra el pobre. El estado contra la Esposa de Cristo...El marero contra el impotente. El violento contra el manso.
Para aquella humilde comunidad el encarcelamiento de Pedro era un problema gigante. Era un Goliat. No tenían recursos. No tenían amigos en el gobierno. Ningún tipo de influencia ni amigos políticos que les ayuden. Lo único que tenían eran preguntas sin respuesta. ¿Quién será el siguiente? Primero fue Santiago, ahora Pedro. ¿Irà a salir ganando Herodes y nos acabará a todos?
Es lo mismo que sucede hoy en día: La Iglesia se enfrenta a la discriminaciòn: Hipócritas evangélicos. Ignorantes. Pobres. Madres solteras. Viudas abandonadas. Hombres haraganes que se meten a pastores. Jóvenes sin estudios, mediocres. Muchachas embarazadas que se quedan como madres solteras. A ellos denles los barrancos que ahí viven tranquilos... Pedro en la prisiòn es el primer punto de ejemplo para que veamos lo que la sociedad piensa del cristianismo...
Pero los que nos antecedieron nos dejaron una buena e infalible lección: Cuando Goliat se levanta contra nosotros tenemos la solución: ¡Oremos! Hechos 12:5: "Pero mientras mantenían a Pedro en la càrcel, la iglesia oraba constantemente y fervientemente a Dios por él". No se pusieron con pancartas frente a la prisiòn. No hubo huelgas de hambre. No publicaron páginas en los periódicos. No acudieron a la Asociación de Apóstoles Evangélicos a pedir ayuda. No se pusieron a tirar piedras a los buses. No quemaron llantas. No suplicaron a Herodes. No acudieron al Congreso...
Lo que hicieron es lo mismo que debemos hacer nosotros. A mí me ha funcionado. Como ciudadano de otro paìs, cuando enfrento a algún gigante no importa quien sea, nadie me oye en esos momentos. No tengo derechos. Soy extranjero. No tengo amigos en el gobierno ni un diputado que me represente en el Congreso... Pero tengo un Dios en los cielos que me ha dicho: "Pídeme y te daré las naciones..." O que tal esta otra promesa: "Todo lo que pidas al Padre en mi Nombre te lo dará".Y aun me queda esta otra: "Toca y se te abrirá". Una mas: "Clama a Mì y yo te responderé..."
Ante unas rodillas dobladas, la cabeza metida entre las piernas, lagrimas de dolor e impotencia, gemidos en la madrugada, suplicas que se elevan como incienso a las alturas, esperanzas puestas en el Trono y aferrarse de la Mano del Invisible porque no queda mas que eso... Hay respuestas. No se como sucede, pero sucede...
Horas después de que Pedro fue encarcelado, en la madrugada, cuando todos estaban orando, Pedro tocó la puerta de la casa donde estaban y le dijo a la muchacha que le abrió: Dile a los demás que ya salí... En cualquier momento la Divina Respuesta nos dirá lo mismo: "Ya salí..." Y volverá el gozo. La paz. La tranquilidad. Dormiremos tranquilos aunque Herodes se desvele preguntándose: ¿Como lo lograron...? Oremos. Es nuestra mejor arma contra todo aquello que nos amenaza y nos aqueja. Oremos. La oración nunca falla. No me pregunte como sucede, pero sucede. Si no me cree, pregùntele a Pedro. O Pablo. O Daniel con los leones. O José en la càrcel. O vaya al Bloom y hable con cualquier madre que ha pasado doblando rodillas por su hijo que en la mañana pide comida...O a mi esposa que lleva a mi lado treinticuatro años recibiendo respuestas a sus oraciones. Quizá ella pueda responderle como sucede...
Herodes, para quedar bien con el populacho, mató al apóstol Santiago. Lógicamente eso hizo subir sus índices de popularidad, y para aumentarlo mucho mas, metió preso a otro apóstol. A Pedro. Su fin era decapitarlo pero lo haría mas adelante, en la fiesta de la pascua, en el aniversario de la muerte de Jesus...
Así que puso al apóstol bajo la estrecha vigilancia de unos soldados especializados en custodiar presos peligrosos y les amenaza: Si él huye, ustedes mueren. Ataron a Pedro con cadenas y le encerraron detrás de tres puertas, en lo mas hondo de la prisiòn de alta seguridad.
Así las cosas, no quedaba nada mas que hacer. Recordemos: era el principio de la Iglesia que hoy la componemos todos nosotros. Ellos estaban tan amedrentados y asustados como nos encontramos nosotros. No podían nada contra el sistema. El mundo contra ellos. Ya sabemos quien tiene la fuerza aunque no el poder. La burocracia es tan fuerte y bien engrasada que camina a su propio paso. No se pueden romper ciertos sellos sin caer en un delito. Para aquella iglesia la impotencia era dolorosa. Para nosotros la impotencia es vergonzosa y dolorosa también. El poderoso contra el pobre. El estado contra la Esposa de Cristo...El marero contra el impotente. El violento contra el manso.
Para aquella humilde comunidad el encarcelamiento de Pedro era un problema gigante. Era un Goliat. No tenían recursos. No tenían amigos en el gobierno. Ningún tipo de influencia ni amigos políticos que les ayuden. Lo único que tenían eran preguntas sin respuesta. ¿Quién será el siguiente? Primero fue Santiago, ahora Pedro. ¿Irà a salir ganando Herodes y nos acabará a todos?
Es lo mismo que sucede hoy en día: La Iglesia se enfrenta a la discriminaciòn: Hipócritas evangélicos. Ignorantes. Pobres. Madres solteras. Viudas abandonadas. Hombres haraganes que se meten a pastores. Jóvenes sin estudios, mediocres. Muchachas embarazadas que se quedan como madres solteras. A ellos denles los barrancos que ahí viven tranquilos... Pedro en la prisiòn es el primer punto de ejemplo para que veamos lo que la sociedad piensa del cristianismo...
Pero los que nos antecedieron nos dejaron una buena e infalible lección: Cuando Goliat se levanta contra nosotros tenemos la solución: ¡Oremos! Hechos 12:5: "Pero mientras mantenían a Pedro en la càrcel, la iglesia oraba constantemente y fervientemente a Dios por él". No se pusieron con pancartas frente a la prisiòn. No hubo huelgas de hambre. No publicaron páginas en los periódicos. No acudieron a la Asociación de Apóstoles Evangélicos a pedir ayuda. No se pusieron a tirar piedras a los buses. No quemaron llantas. No suplicaron a Herodes. No acudieron al Congreso...
Lo que hicieron es lo mismo que debemos hacer nosotros. A mí me ha funcionado. Como ciudadano de otro paìs, cuando enfrento a algún gigante no importa quien sea, nadie me oye en esos momentos. No tengo derechos. Soy extranjero. No tengo amigos en el gobierno ni un diputado que me represente en el Congreso... Pero tengo un Dios en los cielos que me ha dicho: "Pídeme y te daré las naciones..." O que tal esta otra promesa: "Todo lo que pidas al Padre en mi Nombre te lo dará".Y aun me queda esta otra: "Toca y se te abrirá". Una mas: "Clama a Mì y yo te responderé..."
Ante unas rodillas dobladas, la cabeza metida entre las piernas, lagrimas de dolor e impotencia, gemidos en la madrugada, suplicas que se elevan como incienso a las alturas, esperanzas puestas en el Trono y aferrarse de la Mano del Invisible porque no queda mas que eso... Hay respuestas. No se como sucede, pero sucede...
Horas después de que Pedro fue encarcelado, en la madrugada, cuando todos estaban orando, Pedro tocó la puerta de la casa donde estaban y le dijo a la muchacha que le abrió: Dile a los demás que ya salí... En cualquier momento la Divina Respuesta nos dirá lo mismo: "Ya salí..." Y volverá el gozo. La paz. La tranquilidad. Dormiremos tranquilos aunque Herodes se desvele preguntándose: ¿Como lo lograron...? Oremos. Es nuestra mejor arma contra todo aquello que nos amenaza y nos aqueja. Oremos. La oración nunca falla. No me pregunte como sucede, pero sucede. Si no me cree, pregùntele a Pedro. O Pablo. O Daniel con los leones. O José en la càrcel. O vaya al Bloom y hable con cualquier madre que ha pasado doblando rodillas por su hijo que en la mañana pide comida...O a mi esposa que lleva a mi lado treinticuatro años recibiendo respuestas a sus oraciones. Quizá ella pueda responderle como sucede...
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