MUERTOS
A Marìa Magdalena el Señor le hizo notar algo que estaba haciendo mal... Lo estaba buscando a Èl en el lugar equivocado. Ella lo estaba buscando en la tumba en donde lo habían puesto después de haber sido crucificado. Ese fue el ultimo lugar en donde ella lo vio. Fue por eso que el primer día de la semana fue corriendo para buscarlo y ungirlo... Y darle su amor...
Pero se llevó una sorpresa: Jesus no estaba allí. Había resucitado. Èl se los dijo pero ellos no le creyeron. Jesus estaba y está vivo. Usted conoce la historia. Ella estaba buscando a un muerto. Ella quería consolarse de haber perdido al motivo de su gozo. Ella quería cumplir una obligación moral con Aquel que la había honrado y puesto en un lugar de respeto... Pero Èl no estaba allí. No estaba entre los muertos.
"¿Por què buscas entre los muertos al que vive?" fue la pregunta que Jesus le hace. Y, para sorpresa nuestra es la misma que nos hace hoy. ¿Por qué buscamos entre los muertos lo que solo un Vivo puede hacer por nosotros?
¿Recuerda al joven que quiere seguir a Jesus y le dice que primero le permita enterrar a su padre que aun está vivo? La respuesta de Jesus es importante: "Deja que los muertos entierren a sus muertos". Nos cuesta creer que alguien que respira, que vive en una casa, que se mueve y que hace cosas, esté muerto. Eso es para nosotros. Pero no para el Señor. Si alguien, dice Juan, no conoce a Jesus está muerto. Muerto en delitos y pecados. Como estuvimos nosotros antes de nuestro encuentro con Jesus...
Entonces... Cuando necesitamos un poco de cariño, lo estamos buscando entre los muertos si es que acudimos a aquellos que no conocen la Vida. Cuando necesitamos resolver un problema financiero y vamos al banco, estamos acudiendo a un muerto. Cuando queremos un beso y lo buscamos en el esposo inconverso, en la esposa que no comparte nuestra fe, lo estamos buscando en un muerto... ¡Ah!, si Èl me besara con los besos de su boca! Exclamó la sunamita de Cantares. Es Jesus quien nos llena de su amor, de su bondad, de su calor y amistad... Por una sencilla y única razón: Èl está vivo. Y solo un vivo puede darnos lo que nosotros, vivos también, necesitamos...
Si este día usted se siente sola, si cree que nadie la ama, que no hay nadie que la pueda abrazar y hacerle sentir el calor de una mano amiga, si usted cree que sus hijos no la aman, si el Diablo le hace creer que usted no vale nada, que es un cero a la izquierda, que usted no tiene una razón para vivir... Si el Diablo le ha dicho, caballero, que usted es solo una máquina de hacer dinero, si no hay a su lado alguien que le agradezca el servicio que presta, si a su lado no hay una mujer que le de gracias por esos treinta días de trabajo que sufre cada mes para llevar pan a su mesa, si usted, mi amable lectora ha sido abandonada por el hombre en quien confiò, por ese ingrato que se fue con otra después de haberse aprovechado de usted... Ya no busque entre los muertos como llenar esos vacíos... No le pida a los muertos que le consuelen, ellos no pueden porque no conocen el consuelo que consuela el alma... Ellos están muertos. No busque en esas tumbas porque no encontrará nada que le alivie su dolor, su soledad, su angustia...
Busque a Jesus. Èl está vivo. Está a la Diestra del Padre intercediendo por usted y por mi. Èl es el único que puede comprender nuestros momentos de debilidad. No vaya a los muertos. Ellos mismos necesitan ayuda. Usted busque al que está vivo. Es Jesus quien le está diciendo lo mismo que a Maria Magdalena: "No busques entre los muertos al que vive..." Bendiciones y siga adelante...
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