RESURRECCIÒN
Jesús le dijo:Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá... Juan 11:25
¿Creemos verdaderamente en las palabras de Jesus? Porque como escribí ayer, a cierta edad ya no es fácil creerle. Es lamentable, pero como Salomon en sus últimos días, a medida que fue envejeciendo fue olvidando las promesas de Dios para su vida y empezó a declinar en sus pecados hasta que terminó hundiéndose en la fatalidad de la vida mundana.
Por eso escribió en su vejez El Eclesiastés. Un himno a lo fatal. A la vanidad de la vida. Un canto al fracaso y lo pésimo...
Porque nos olvidamos de las promesas del Señor para nosotros. Nos olvidamos que Èl es fiel para cumplir lo que ha prometido... Pero no, pastor Berges, tengo que ver como resuelvo mis problemas porque ya no puedo esperar mas. Todo esto muerto para mí. Mi matrimonio languidece de aburrimiento y rutina. Mis finanzas están por los suelos, casi enterradas en la tumba de las deudas. Mis hijos ya no creen en mi a causa de tantas veces que les he fallado. Mi jefe ya no me confía nada importante por tantas faltas que he cometido... Todo está muerto para mi...
Excelente. Usted es candidato a experimentar el poder de la Resurrección que nos ofrece Jesucristo.
Usted está a un paso, como Lázaro, de que le remuevan la piedra tan pesada que esta sobre su vida y volverá a ver la luz del nuevo día.
Porque indudablemente Jesus ha esperado sus cuatro días para llegar a su vida y rehacer el caos que usted ha provocado con su incredulidad... Hoy es el día de la resurrección de todo lo que se le ha muerto...
Jesus no nos ha hablado tan solo de la resurrección final. Èl esta describiendo Su poder actual para levantar todo lo que esta muerto. Su poder actual para inundarnos de Su vida. Todos tenemos un cementerio secreto en nuestras vidas, algo o alguien en lo que nos dimos por vencidos hace mucho tiempo. ¡Lo enterramos y escribimos en la lápida su fecha de defunción...!
El matrimonio que esta enterrado en la infidelidad puede resucitar de pronto. No prepare lápida alguna. Un hijo enfermo puede sanar hoy mismo. Las deudas que le han enterrado en la cueva oscura de la desesperación puede ser abierta hoy mismo. Esa amistad que perdió por una imprudencia puede resucitar de un momento a otro. La mesa que se ha muerto por el hambre de su casa puede ser resucitada hoy mismo y llena de manjares y ambrosía. No desespere. El amor que usted cree que murió por falta de agua que lo vivificara, Jesus puede resucitarlo con solo ordenar que quiten la piedra...
No se rinda ante la muerte de sus cosas. Así como Jesus nos resucitará en el dia postrero, hoy también puede resucitarnos a una nueva esperanza. ¿Acaso no promete darnos el final que esperamos...?
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