LA SELVA

Y dijo Dios:He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto os servirá de alimento...Gèn. 1:29

Dios le dice al hombre que para comer puede ir a los bosques, a las montañas y a los valles, allí encontrarà todos los árboles y arbustos que Èl ha creado para que tome de sus frutos y coma.  Pero hay que darse cuenta que Adán tenía que ir y vencer algunos obstáculos. Los animales también comen frutos y semillas. Eso nos indica que para Adan no era fácil conseguir su comida. Tenía que pelear, desarrollar su inteligencia, su valor, su estatus de señor de la tierra que Dios le había dado. Adan tenía que competir con los animales de la selva, tenia que vencer sus miedos y ser un invicto en todas sus batallas.

Cada vez que Adan regresaba al huerto cargado de frutos para su mesa lo hacia con la satisfacción de haber peleado sus batallas... Adan estaba cumpliendo su papel de ir y ganar su competencia contra los depredadores del bosque, contra las fieras que también peleaban seguramente para que no les fuera quitada su comida. Adan no se movía en un lugar en donde no se le exigía que enfrentara peligros, al contrario tenia que enfrentar enemigos reales, tenia que mantener la vista en el Señor que lo había creado par ser un vencedor. No hay vencedor si no hay batalla que vencer...

Adan tenía su propia selva que conquistar...

¿Y nosotros hoy? No importa cual es su profesión. Usted, como yo, tenemos que conquistar nuestra propia selva. Aun los pastores tenemos que pelear nuestras propias batallas para salir invictos cada día en la búsqueda del pan para nuestras vidas. En nuestro caso, es el Pan de vida. En el suyo seguramente será el pan de sus hijos. Pero todos tenemos una selva que conquistar...

Hoy la selva no es de árboles ni bosques, tigres, leones o hienas. Hoy es la selva de cemento. Es la selva de los buseros abusivos que no respetan al peatón, que no respetan los semáforos y que amenazan con destruirnos a mitad de la vía. Hoy tenemos que conquistar la selva de las tentaciones que nos salen al paso a cada momento, las minifaldas, los escotes abiertos, la exhibición de la carne femenina o masculina.

La selva de los insultos. Las palabras blasfemas que están en nuestro entorno. Las miradas amenazantes del ladrón que ve con codicia nuestra cartera o maletín. El adulterio que amenaza nuestras vidas entregadas al Señor. Los deseos lujuriosos que batallan en nuestra carne y que hay que amordazar constantemente para que no afloren y nos pongan en peligro...

La selva de la oficina en donde usted, querida hermana, tiene que mantenerse alerta por los depredadores sexuales que rondan a su alrededor buscando una aventura de una noche. O la invitación a ir a un bar a "platicar" un rato de sus desdichas...

Selvas. Hay que conquistarlas cualquiera que sean. Dios no le puso la mesa a Adan. Dios creo los árboles y los arbustos. "Ahora ve tú y conquista tus áreas. Conquista tu comida. Gánatela y compite contra los animales que trataran de arrebatarte lo que es tuyo." Conquista tu santidad. Pelea por tus virtudes, que no te las arrebaten. Que no te roben tu virginidad. Que no te roben tu fidelidad a tu matrimonio. Pelea para mantener intacta tu honestidad. Dios estará contigo como estuvo con Adan...

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