CORAZAS

 Son esos trastos que servían a los antiguos guerreros medievales para protegerse en sus batallas... No les penetraban las flechas porque eran de metal resistente. Les cubrían desde los pies hasta la cabeza. Apenas tenían una rendija en la parte frontal para poder ver a sus enemigos...

Eran su defensa personal. Detrás de ellas se sentían seguros. Inmunes a los ataques de los demás. Protegidos contra los enemigos... Creí que habìan caído en desuso, pero...

Mucha gente las usa todavia.

Y es que hoy los enemigos de muchos no son otros guerreros tratando de conquistar tierras. Son enemigos que tratan de conquistar bondad. He notado como mucha gente anda con corazas para protegerse de cierta sensación que despierta en el organismo humano: Cardiopatía  gelatinosa le llamo. Lo que significa "bondad". Las corazas sirven para que no salga a flote ese ingrediente que está presente en la raza humana. Porque aun el mas ingrato y duro de los hombres o mujeres, tiene cierta dosis de bondad. Véalo cargando a su bebé. Véalos recogiendo a sus niños en las puertas de los colegios. O a la orilla de un cementerio enterrando a su ser querido... El narco mas corrompido tiene ciertos rasgos de bondad en su interior y es lo que lo hace proteger a sus familias...

Pero para eso existen las corazas. Usted puede ver a las gentes usándolas todos los días en el supermercado cuando a alguien le hace falta un dólar para cancelar su cuenta y miran hacia otro lado.  O en la esquina en donde un niño le limpia el parabrisas esperando una moneda y se hacen los ocupados para no dársela. O al conductor del carro que aunque la anciana va pasando por la cinta peatonal de la esquina hace como que no la ve y acelera para asustarla. O cuando alguien pasa en la acera del hospital en donde una madre con un niño en brazos tiene en su rostro un gesto de impotencia porque no tiene para comprar la receta que le dio el médico y se hace de la vista gorda...

Corazas. Nos cubrimos con ellas de pies a cabeza. El policía ha pasado todo el día en su esquina y el sol le está deshidratando y nadie se quita la coraza para darle una botella de agua fresca. Nadie se quita su coraza de ingratitud para que brote la bondad de detener su carro para que pasen al otro lado quienes esperan un bondadoso que les de el paso...

Què duro es ver a la gente con sus corazas puestas para no ver la necesidad ajena. La bondad no ha desaparecido pero las corazas existen para no dejarla salir. Es mejor parecer un acorazado que un bondadoso. Las corazas no permiten decir "gracias" por un favor recibido. Las corazas evitan tener que reconocer que el consejo que me dieron me sirvió bastante. Las corazas evitan tener que dar un abrazo, no dejan ver la sonrisa de felicidad cuando se encuentra con un amigo, o impiden que vean nuestros ojos que se llenan de lagrimas cuando algo duele. Que no nos vean débiles. Que no sepan que sufrimos. O que amamos. O que necesitamos algo de otros. Mejor que nos vean insensibles pero no sensibleros... Corazas. Nos esconden de los demás. Y nos volvemos tan duros como ellas...

Tengo un amigo que después de cada prédica, al finalizar nuestra reunión en la iglesia, siempre llega a saludarme y a despedirse. Se llama Víctor. Vende quesos en un negocio de la San Benito, en San Salvador. A veces, cuando el mensaje ha pegado duro, llega sin decir palabras y solo me mira con unos ojos tan bondadosos que dicen mucho. Víctor ha aprendido a quitarse su coraza y mostrar su dolor cuando Jesus le habla a través del mensaje. No dice mucho. Solo dice "gracias". Pero en su rostro puedo ver algo mas profundo que sus palabras. Lo admiro mucho por su sinceridad. Y me enseña lo que sucede cuando alguien se quita la coraza del orgullo y la vanidad... Gracias Víctor...

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