NO TE PREOCUPES

Mat. 6:31... "Por tanto, no os preocupéis, diciendo:"¿Qué comeremos?" o "¿qué beberemos?" o "¿con qué nos vestiremos?" Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis todas estas cosas..."

Bueno, hablemos claro...

Dios ya lo dijo y lo vuelve a repetir cada día que amanece. No se preocupen por lo que han de comer ni beber ni con qué vestirse. Nuestro Padre Celestial sabe de qué tenemos necesidad... Y nuestras necesidades son muchas y variadas.

Por ejemplo, si usted es uno de mis lectores soltero o soltera, usted no debe preocuparse de nada de lo  que menciona la Biblia. Deje que los gentiles se preocupen por todas esas cosas. Usted no pertenece a esa clase de gente (creo yo), porque usted es de un linaje especial. Y su linaje le exige que busque primero el Reino de Dios y todo lo demás le vendrá por añadidura...

¿De qué esta hablando, pastor Berges? Déjeme explicarle y lo entenderá tan claro como el agua...

Si leyó bien, mencioné una palabra: Soltero o soltera. Viuda. Divorciada. Abandonado. Padre soltero o madre soltera. O como quiera que haya sucedido. Eso no viene al caso. El asunto es que Dios dijo "no es bueno que el hombre este solo". Por lo tanto, hombre o mujer, no es bueno que este solo. Pero lea bien: No dice "no es bueno que se sienta solo". Estar y sentirse solo son dos cosas muy diferentes. Usted puede "estar" solo en su cuarto de oración y estar acompañado por los ángeles del cielo y por la misma Presencia de Dios. También puede estar en medio de una multitud y "sentirse" solo. A Jesus le gustaba estar solo en muchas ocasiones. Dice su historia que se apartaba a lugares solitarios para estar con su Padre. Así las cosas, ahora podemos entender por qué Dios dijo que no era bueno que el hombre-mujer estuvieran solos. Porque necesitamos compañía. Necesitamos, los hombres, a una mujer para que nos ayude a canalizar todo nuestro potencial. Y a las mujeres, porque son las ayudas que Dios hizo para recibir lo que el hombre tiene la capacidad de dar. Amor. Ternura. Calor. Cariño y respeto entre otras cosas...

Pero... A mí, dirá usted, no me fue bien con el hombre que busqué para compartir mi vida. En vez de darme cariño me dio patadas. En lugar de darme ternura me mandó a trabajar. En lugar de rodearme de cariño y respeto me traicionó con otra mujer. En vez de hacerme sentir protegida me decepcionó con sus borracheras... ¡Ah!, ¿en donde estuvo el error?

En no obedecer la Palabra que el Señor dio. Sencillo. Repitamos el verso que anoté arriba: "Por tanto, no os preocupéis, diciendo:"¿Qué comeremos?" o "¿qué beberemos?" o "¿con qué nos vestiremos?"... Ahora, agreguemos una frase... ¿con quien me casaré? Allí está la respuesta. Usted sin duda se preocupó como los gentiles con quién se casaría y, con todo respeto, le fue de la patada. (Así decimos los chapines). Usted, hombre o mujer, hizo lo que hacen los gentiles. Se preocupó porque ya tenía veinticinco años y pensó que se le estaba pasando la edad y no tomó en cuenta los planes de Dios. Su Padre Celestial sabía de qué tenía necesidad usted. Necesidad de compartir su vida con alguien que le diera todo lo que necesitaba... menos golpes, humillación, dolor y frustración.

Pero, es triste decirlo: usted no buscó primero el Reino de Dios y la pareja le hubiera llegado como añadidura. Pero, ¿sabe qué? Todavía hay tiempo de recomponer el rompecabezas que se desordenó. Empiece desde el principio y verà buenos y grandes resultados. Yo lo hice. Y no me arrepiento porque Jesus arregló mi propio rompecabezas que eché a perder... Con Èl se puede empezar...

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