EL TRABAJO
Génesis 2:15 "Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara..."
Dios sabía lo que el hombre iba a necesitar. No era solo tierra donde sembrar y cosechar. No solo árboles para cultivar ni huerto donde invertir esfuerzo e imaginación.
Lo que Dios sabía era que el hombre iba a necesitar una mujer que lo ayudara. Que lo ayudara a administrar lo que Èl había puesto en las manos de su criatura el hombre.
Dios lo preparó todo para ese momento. Hay muchos hombres que piensan que Dios le dio al hombre el trabajo como una maldiciòn. Pero no. Lo primero que el Señor le dio al hombre antes de darle a su esposa, fue... ¡Exacto! El trabajo.
Antes de darle un mandamiento. Antes de darle una esposa, Dios le dio al hombre su trabajo...
Niñas: Antes de aceptar el cortejo de un hombre, asegùrense que tiene trabajo. Hoy ese concepto se ha olvidado y relegado a un segundo plano. Normalmente el hombre y la mujer inician una relación sin percatarse si el hombre, como cabeza, tiene con qué mantenerla. Si tiene con qué pagar el consumo que ella haga en la cafetería.
Es una vergüenza que muchas muchachas salgan con hombres que viven a su costa de ella. Ella paga los consumos. Le da al hombre para sus gastos. Le compra regalos (y no eximo ese detalle de cariño), pero que no se convierta en mantener su holgazanería. Las muchachas de hoy, como dice el profeta, están comprando el cariño y la compañía de un hombre que vive de lo que ella le da. La mujer se esfuerza por mantener a ese hombre a su lado, tanto, que es capaz de comprar abrazos, besos y caricias...
Y Dios sufre por eso. Al ver a sus criaturas invirtiendo el lugar que les corresponde a ellas, se han convertido en fuente de provisión para el hombre. Y Dios sufre porque no fue eso lo que Èl planeó para las mujeres. En el huerto no había ninguna mujer todavía cuando puso al hombre que había formado, para que lo labrara y lo cultivara... ¿Para quien tanta comida? ¿Para quién tantos frutos? ¿Para quien tanta comodidad? Edén significa "placentero". ¿Para quien tanto placer entonces? El hombre solo no iba a ser capaz de consumir todo lo que Dios había provisto en el huerto de Edén... La respuesta el clara: Todo era para que Adan lo utilizara para brindárselo a su pareja que estaba a punto de ser formada...
Un río salía de ese huerto y se dividía en cuatro. Cada río producía un artículo diferente: Uno producía oro. ¿Para quien, nuevamente? para la esposa que Adán iba a recibir. El otro producía perfumes. Ya sabemos quien usa perfume en abundancia... Para eso Dios le había dado a su hombre todo lo que iba a necesitar para que a su esposa no le faltara nada. Que su hombre se sintiera orgulloso de proveerle a su mujer todo lo que ella le pidiera... Todo lo que Adán debía hacer era trabajar en ir a buscar lo que Dios ya había provisto. Para que la Gloria fuera para Èl, para Dios y no para el hombre...
¿Y hoy? Están ustedes, caballeros, cumpliendo su verdadera función de proveedor para su esposa? Recuerden, jóvenes: Antes de buscar mujer, busquen trabajo. Lo necesitan para sentirse orgullosos de ser ustedes quienes paguen el café que consume su prometida. Y no la vergüenza que sea ella quien pague sus gastos... A Dios no le agradará verlos viviendo a costas de una mujer...
Dios sabía lo que el hombre iba a necesitar. No era solo tierra donde sembrar y cosechar. No solo árboles para cultivar ni huerto donde invertir esfuerzo e imaginación.
Lo que Dios sabía era que el hombre iba a necesitar una mujer que lo ayudara. Que lo ayudara a administrar lo que Èl había puesto en las manos de su criatura el hombre.
Dios lo preparó todo para ese momento. Hay muchos hombres que piensan que Dios le dio al hombre el trabajo como una maldiciòn. Pero no. Lo primero que el Señor le dio al hombre antes de darle a su esposa, fue... ¡Exacto! El trabajo.
Antes de darle un mandamiento. Antes de darle una esposa, Dios le dio al hombre su trabajo...
Niñas: Antes de aceptar el cortejo de un hombre, asegùrense que tiene trabajo. Hoy ese concepto se ha olvidado y relegado a un segundo plano. Normalmente el hombre y la mujer inician una relación sin percatarse si el hombre, como cabeza, tiene con qué mantenerla. Si tiene con qué pagar el consumo que ella haga en la cafetería.
Es una vergüenza que muchas muchachas salgan con hombres que viven a su costa de ella. Ella paga los consumos. Le da al hombre para sus gastos. Le compra regalos (y no eximo ese detalle de cariño), pero que no se convierta en mantener su holgazanería. Las muchachas de hoy, como dice el profeta, están comprando el cariño y la compañía de un hombre que vive de lo que ella le da. La mujer se esfuerza por mantener a ese hombre a su lado, tanto, que es capaz de comprar abrazos, besos y caricias...
Y Dios sufre por eso. Al ver a sus criaturas invirtiendo el lugar que les corresponde a ellas, se han convertido en fuente de provisión para el hombre. Y Dios sufre porque no fue eso lo que Èl planeó para las mujeres. En el huerto no había ninguna mujer todavía cuando puso al hombre que había formado, para que lo labrara y lo cultivara... ¿Para quien tanta comida? ¿Para quién tantos frutos? ¿Para quien tanta comodidad? Edén significa "placentero". ¿Para quien tanto placer entonces? El hombre solo no iba a ser capaz de consumir todo lo que Dios había provisto en el huerto de Edén... La respuesta el clara: Todo era para que Adan lo utilizara para brindárselo a su pareja que estaba a punto de ser formada...
Un río salía de ese huerto y se dividía en cuatro. Cada río producía un artículo diferente: Uno producía oro. ¿Para quien, nuevamente? para la esposa que Adán iba a recibir. El otro producía perfumes. Ya sabemos quien usa perfume en abundancia... Para eso Dios le había dado a su hombre todo lo que iba a necesitar para que a su esposa no le faltara nada. Que su hombre se sintiera orgulloso de proveerle a su mujer todo lo que ella le pidiera... Todo lo que Adán debía hacer era trabajar en ir a buscar lo que Dios ya había provisto. Para que la Gloria fuera para Èl, para Dios y no para el hombre...
¿Y hoy? Están ustedes, caballeros, cumpliendo su verdadera función de proveedor para su esposa? Recuerden, jóvenes: Antes de buscar mujer, busquen trabajo. Lo necesitan para sentirse orgullosos de ser ustedes quienes paguen el café que consume su prometida. Y no la vergüenza que sea ella quien pague sus gastos... A Dios no le agradará verlos viviendo a costas de una mujer...
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