¿DONDE ESTAS?

Todos sabemos que el hombre fue creado para comunicarse con su Creador. Dios lo puso en el huerto del Edèn para que juntos tuvieran una experiencia de comunicación cada vez que el Señor lo buscara. Dios desea tener con quien hablar. Desea tener alguien a quien revelarle sus misterios y secretos. Por eso fue que buscò a Abraham cuando iba a exterminar a Sodoma y Gomorra. ¿Encubrirè algo a mi amigo? fue la pregunta que Èl mismo se hizo.

Usted conoce la historia...

Y a lo largo de la historia el Señor ha buscado al hombre para hacerlo participe de sus planes. De sus proyectos y de su Santidad.

Esto nació en el huerto de Edèn. Cada vez que quería, el Señor buscaba a Adàn y este estaba siempre dispuesto a atender a su Señor. Juntos participaban de conversaciones sobre las cosas que Dios quería que el hombre aprendiera de èl. La ley, los mandamientos, la formaciòn de la familia, los sacrificios. Todo le fue revelado en aquellos momentos de intimidad celestial.

Pero entrò el pecado. Y junto con el pecado la separaciòn.  No solo se perdiò la intimidad sino tambièn la relaciòn. No se perdiò de parte de Dios sino del hombre. Adàn ya no pudo seguir presentàndose ante su Dios como antes porque ahora hay algo que lo separa de Èl: El pecado. La traición. El haberle dado la espalda a su Amigo, el hombre ya no tuvo libertad de verlo a los ojos. De abrazarlo, de saludarlo frente a frente y sentarse juntos en algún lugar del huerto a conversar...

Y Adàn se escondiò. Sabìa que de un momento a otro Dios se aparecería en el huerto buscándolo, llamándolo para que platicaran. Solo que en esta ocasión Adàn ya no estaba seguro de poder ponerse frente al Señor. Sintió vergüenza. Pena. Dolor... y se escondió...

Hoy el hombre se sigue escondiendo de Dios. Se esconde en todo tipo de cosas: en los portafolios de fina piel, en oficinas de lujo o humildes, en automóviles muy lujosos en donde se sientan importantes, en su terquedad, en sus malas palabras, en sus peleas y su alcohol... Aunque muy en lo profundo de sus corazones saben que necesitan hablar con Dios. El hombre sabe que lo necesita pero no se atreve a bajarse de su torre de marfil y humillarse ante la Majestad en busca de ese socorro que solo en Èl se puede hallar...

No. El hombre prefiere esconderse entre los árboles humanos. Por eso es necesario una nueva casta de hombres del Reino de Dios. Hombres que no tengan temor de fallar porque saben que en vez de esconderse pueden salir a la Luz de su Presencia y encontrar la ayuda y el perdón. Esta clase de hombres son necesarios para poder decirles a los que se esconden: "Cuando termines de esconderte y necesites encontrar el Camino, yo te llevare a su Presencia. Yo te voy a guiar al Señor..." ¿por qué? Porque usted ya ha estado allí. Usted también anduvo por los chiqueros del mundo buscando entre los cerdos lo que solo Dios puede dar...

Paz. Seguridad. Armonía. Familia. Amigos. Compañerismo...

¿Acaso no serìa fantástico que una familia pudiera tener un esposo o un padre en el hogar que ellos supieran que ha estado en contacto con Dios, de tal manera que ellos pudieran obtener la dirección para sus vidas? ¿Que cree que un hijo adolescente puede desear sino un modelo de padre que todos los días se reúna en su huerto con el Señor para recibir instrucción? Ese hijo no desearà tener a nadie mas que lo aconseje sino ese hombre que cada mañana dobla sus rodillas en busca de intimidad y dirección con su Creador... Usted podría ser uno de ellos. Su esposa lo admirarà. Sus hijos lo respetaràn. La sociedad se lo agradecerà y el cielo aplaudirà...

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