TESTIMONIO

Cada fin de mes, en mis oraciones privadas hay algo que le digo al Señor: "Señor, hazlo otra vez..." Es mi corazón tratando de no naufragar en los senderos de la duda de si este mes saldré adelante con mis pagos. Usted sabe que para nosotros los hombres, los que somos responsables de un hogar, nuestro mayor interés es que todo este cancelado en su tiempo. Fui enseñado a eso. Y Dios lo sabe. Por eso cada fin de mes empiezo nuevamente a rogarle al Señor que lo vuelva a hacer.

Si me envió la provisión el mes pasado, puede volver a hacerlo este mes. ¿Qué lo impide, Señor? Y trato de llenar mi corazón con sus promesas. Con su Palabra. Y me repito una y otra vez: El puede hacerlo otra vez...

Y le recuerdo algunas cosas que me recuerdan su Poder...

A José encerrado en una càrcel. Y el Señor lo sacó a libertad hasta llevarlo al gobierno del Faraón. Tù puedes sacarme de esta situación que me quiere encarcelar también.

A los hebreos en Egipto. 430 años esclavos y Èl los sacó a libertad para darles una tierra llena de leche y miel. Hazlo conmigo también, Señor. Sácame de este oscuro momento...

Y, Señor, no olvides lo que hiciste con Sara. Era estéril pero tú la escuchaste en su clamor y la hiciste dar de mamar a un bebé a los noventa años.

Y que decirte de Josué. ¿Recuerdas sus temores?  Tenía un pánico tremendo pero tú lo ayudaste a derribar a sus enemigos y salió victorioso de la prueba. Hazlo para mi, también, Señor por favor.

Te recuerdo lo que hiciste con Marìa en la tumba. Estaba llorando de angustia porque no te veía sino solo al hortelano y tú le hablaste personalmente. Hazlo conmigo, Señor, hazlo otra vez por favor...

¿Recuerdas lo que hiciste con Tomás? Tenía sus dudas y tú le demostraste que sí eras tú el que había resucitado. Hazlo conmigo, por favor, Señor. Necesito que me recuerdes que mis cuentas están en tu agenda.

Tù cambiaste a Daniel de cautivo a consejero del rey. Hiciste de Pedro el lavador de redes a un pescador de hombres. Saulo pasó de ser perseguidor de tu visión y lo cambiaste a defensor de tu evangelio. A David el pastorcito lo hiciste rey de tu pueblo...

Por eso, Señor, te ruego, vuélvelo a hacer. Hazlo nuevamente. Envíame para mis necesidades de este mes. El infierno se interesa mucho en que yo pierda la confianza en ti, pero tu Palabra me recuerda lo que hiciste en el pasado y Tù eres el mismo de ayer, hoy y mañana.

No te lo pido solamente. Te lo ruego. Te lo suplico. Te lo imploro. No en mi nombre...

En el Nombre de Jesus...



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