LO QUE DIOS VE
La Biblia le dedica sesenta y seis capítulos a su historia. Con nadie más hace eso. En el Nuevo Testamento se menciona su nombre cincuenta y nueve veces. Fundó y viviò en la ciudad más famosa del mundo, Jerusalén. A Jesus le llamamos su hijo. De su pluma surgió el salmo más hermoso de todos. Nosotros lo llamamos rey, guerrero, trovador, juglar y el mata-gigantes...
Pero no siempre fue así en su niñez.
Cuando niño, no lo incluían en las fiestas familiares. Cuando llega Samuel a buscar al futuro ungido de Dios ni aparece en escena. Simplemente lo tenían olvidado. Su fecha de cumpleaños no estaba marcada en los calendarios de los demás.
Le hablo de David.
Realmente nos da curiosidad saber por qué lo eligió Dios. Necesitamos saberlo. No era un letrado como Sama. No era guapo como Eliab ni elegante como Abinadab. No. David huele no a loción francesa sino a oveja. No viste traje italiano sino un simple manto de pastor. No lleva un corte de pelo con gel del más caro. Solo sus rizos rubios y desordenados.
Samuel también se hace la misma pregunta: ¿Por qué lo escogiste, Dios? Y ese es el quid de la cuestión con usted también. ¿Por qué lo escogió Dios como su hijo? ¿Qué vio en usted para hacerla su hija predilecta? La sociedad es superficial: nos clasifican de acuerdo a la cintura que tenemos, el tamaño de nuestra casa, el color de nuestra piel, la marca de nuestro auto o la etiqueta de nuestra ropa. ¿Hay diplomas en la pared? usted vale algo. Por eso el Señor le aclarò a Samuel:
"Pero el SEÑOR dijo a Samuel:No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón". 1 Sam. 16:7.
Los desadaptados. Los marginados. Los olvidados. Cuando usted pidió trabajo escogieron el escote antes que su inteligencia. No se recompensa la devoción sino el vicio. La profesora elige al estudiante preferido en lugar del preparado. Los padres muestran a los hijos graduados, pero dejan fuera a los renacuajos... Los que no pasan del corredor...
Moisés se escapó de Egipto por asesino y Dios lo usó para libertar a su pueblo.
Jonas se escondió en un barco y Dios lo usó para salvar a Nìnive.
Rahab dirigía un burdel y Dios la uso para ayudar a los espías.
Jacob era un mentiroso de primera y Dios le cambió el nombre y el destino.
Rut no era israelita pero Dios la usó para que naciera el heredero del Trono.
Elías se escondió de miedo en una cueva y Dios lo usó para salvar a una viuda.
¿Y usted? ¿Solo porque su nombre no aparece en la Biblia no es importante para Dios? En la cruz, cuando Jesus exclamó sus hermosas palabras: "Consumado es" lo dijo también por usted. Consumada mi misión de salvar a... (ponga su nombre, yo pongo el mío). Dios no vio lo que vieron sus padres. Dios vio su corazón y su anhelo por tener una vida diferente y mejor. Y Èl quiso dársela. No envió a Samuel. Envió a su Precioso Hijo...
Pero no siempre fue así en su niñez.
Cuando niño, no lo incluían en las fiestas familiares. Cuando llega Samuel a buscar al futuro ungido de Dios ni aparece en escena. Simplemente lo tenían olvidado. Su fecha de cumpleaños no estaba marcada en los calendarios de los demás.
Le hablo de David.
Realmente nos da curiosidad saber por qué lo eligió Dios. Necesitamos saberlo. No era un letrado como Sama. No era guapo como Eliab ni elegante como Abinadab. No. David huele no a loción francesa sino a oveja. No viste traje italiano sino un simple manto de pastor. No lleva un corte de pelo con gel del más caro. Solo sus rizos rubios y desordenados.
Samuel también se hace la misma pregunta: ¿Por qué lo escogiste, Dios? Y ese es el quid de la cuestión con usted también. ¿Por qué lo escogió Dios como su hijo? ¿Qué vio en usted para hacerla su hija predilecta? La sociedad es superficial: nos clasifican de acuerdo a la cintura que tenemos, el tamaño de nuestra casa, el color de nuestra piel, la marca de nuestro auto o la etiqueta de nuestra ropa. ¿Hay diplomas en la pared? usted vale algo. Por eso el Señor le aclarò a Samuel:
"Pero el SEÑOR dijo a Samuel:No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón". 1 Sam. 16:7.
Los desadaptados. Los marginados. Los olvidados. Cuando usted pidió trabajo escogieron el escote antes que su inteligencia. No se recompensa la devoción sino el vicio. La profesora elige al estudiante preferido en lugar del preparado. Los padres muestran a los hijos graduados, pero dejan fuera a los renacuajos... Los que no pasan del corredor...
Moisés se escapó de Egipto por asesino y Dios lo usó para libertar a su pueblo.
Jonas se escondió en un barco y Dios lo usó para salvar a Nìnive.
Rahab dirigía un burdel y Dios la uso para ayudar a los espías.
Jacob era un mentiroso de primera y Dios le cambió el nombre y el destino.
Rut no era israelita pero Dios la usó para que naciera el heredero del Trono.
Elías se escondió de miedo en una cueva y Dios lo usó para salvar a una viuda.
¿Y usted? ¿Solo porque su nombre no aparece en la Biblia no es importante para Dios? En la cruz, cuando Jesus exclamó sus hermosas palabras: "Consumado es" lo dijo también por usted. Consumada mi misión de salvar a... (ponga su nombre, yo pongo el mío). Dios no vio lo que vieron sus padres. Dios vio su corazón y su anhelo por tener una vida diferente y mejor. Y Èl quiso dársela. No envió a Samuel. Envió a su Precioso Hijo...
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