LA IGLESIA

Hoy hay una pérdida de identidad con respecto a la Iglesia de Cristo. Grandes hombres de Dios han declinado sus ministerios hacia la gente y no hacia Dios quien instituyó su Iglesia con un propósito bien definido: Capacitar a su pueblo para la batalla. ¿Y cómo debe hacerlo? Proveyendo Pan y Espada... Sin esos elementos el pueblo del Señor queda a expensas del pecado, del enemigo y del infierno.

Mucha gente va a las congregaciones en busca de sustento espiritual pero lo que encuentran es sustento físico. Fiesta, algarabía, actos humanos. Todo para agradar al pueblo y entretenerlo para que pueda pasar una buenas tres o cuatro horas dentro de un edificio que se llama "iglesia". Pero salen vacíos. Regresan a sus casas cansados por tanto ejercicio físico pero necesitados de nutrición y alimento espiritual. Solo les queda ver televisión el resto del día para sentir que hicieron algo. Pero no hicieron nada. Ni por ellos ni por el Señor que quiere bendecirlos... Su pueblo vaga de edificio en edificio buscando un lugar donde encontrar satisfacer su hambre de Dios porque están angustiados, necesitados y náufragos de la vida...

Eso sucedió con David.

Se acaba de despedir de Jonatàn quien le ayudó a huir de su padre Saùl que ha tratado de matarlo. Hoy ha puesto precio a su cabeza y David no tiene otra opción que huir. Le da un beso a Mical, arregla los asuntos de su casa, toma unas pocas prendas de ropa y sale huyendo fuera de la ciudad para refugiarse en algún lugar fuera de los tentáculos del rey Saùl... David no puede ir a Belén, su aldea, porque pondría en peligro a su familia. No puede ir a otros pueblos porque los servicios secretos de Saùl lo encontraran... ¿A donde va entonces?

Va a la iglesia. "Entonces llegó David a Nob, al sacerdote Ahimelec; y Ahimelec vino tembloroso al encuentro de David, y le dijo:¿Por qué estás solo y no hay nadie contigo...?". David va a donde sabe que puede encontrar lo que necesita para su viaje: Palabra de Dios. La Biblia dice que "la fe viene por oír la Palabra de Dios". Va al sacerdote en busca del alimento espiritual que lo capacitará para sostenerse en esos momentos de angustia. "Ahora pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes, o lo que tengas" Dame pan, sacerdote. Pan para el viaje. Pan para mi fe fe. Pan para mis fuerzas. Pan que me de energía para sostenerme en estos momentos duros... Pero le pide algo más que pan: Le pide armas... "Y David dijo a Ahimelec:¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada...?"

Y eso es lo que la gente de hoy no encuentra: Pan y Espada. Alimentos y armas. Por eso el diablo hace lo que quiere con ellos. Los amenaza y no pueden defenderse. Los recibos de la luz y el teléfono les gritan que son unos pobretones porque no los pagan a tiempo. El dueño de la casa no cree que sean hijos de Dios porque son morosos. La esposa se va con otro hombre porque el evangélico no puede ejercer autoridad sobre ella. Los hijos se desesperan de tanto aguantar hambre de comida porque sus padres no tienen fe para esperar del Cielo su provisión...

Todo porque la iglesia no tiene a mano lo que necesitan... Pan y espadas.

David sabía que en Nob, la ciudad de los sacerdotes podía encontrar lo necesario para su viaje por eso decididamente se fue a refugiar a ese lugar. Allí no solo encontró buena música, buenas sillas, alfombras, púlpitos de vidrio y pastor bien trajeado. Encontró lo que verdaderamente necesitaba... Pan y Espada.  Oro al Señor que usted encuentre en mi congregación lo que realmente necesita... Saludos.




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