GRACIAS, DAVID...

Los hermanos de David se cubren los ojos. Por vergüenza y por temor. Saul se esconde en su tienda y el ejército de Israel se queda expectante ante el arrojo y el valor de aquel jovencito que llegó al campamento con quesos y pan y ahora está a punto de enfrentarse a un gigante que según ellos, nadie puede vencer...

David está corriendo en la colina y va directo hacia el gigante con su honda preparada para el tiro. Solo espera una oportunidad para dar el golpe en el lugar preciso. El viento revolotea sus bucles rubios y el gigante, cuando ve a ese intrépido niño que se está poniendo en ridìculo ante todos tratando de matarlo, suelta una carcajada tan violenta que hace que el casco que cubre su cabeza se mueva un poquito y abra un pequeño resquicio entre sus ojos... David localizó el objetivo. Se detiene. En el valle solo se escucha el sonido que hace la cuerda de la honda dando círculos para tomar fuerza. David dispara su honda.  En el momento preciso, entre carcajada y carcajada, Goliat  siente incrédulo cuando algo se le incrusta en su frente y abre un terrible agujero en su cabeza. Lo siguiente que Goliat no siente pero hace, es doblar sus rodillas, ponerse flojo como un hilo y cae con toda su parafernalia en tierra... David vuelve a correr, toma su espada y le corta la cabeza...

¿Qué hizo que David tuviera la certeza de que podía vencer al gigante? Leamos su secreto: "Entonces dijo David al filisteo:Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado" 1 Sam. 17:45.

¿Nota el plural ejércitos?. En el valle de Ela no hay más que un ejército de Israel pero David menciona varios.  ¿Qué es lo que está viendo David que nosotros no vemos? David está viendo a los escuadrones de ángeles, arcángeles y toda la hueste celestial que está observando cómo un valiente se pone en la brecha para honrar y quitar el oprobio sobre el Nombre del Señor que está siendo vituperado por un abusivo filisteo... Y esa misma hueste de ángeles son los que han acabado con el malcriado. David usó su honda, pero la piedra la llevó algún desconocido ángel servidor de Dios. Invisible pero activo. Eso fue lo que vio David. Y es precisamente lo que no vemos nosotros cuando...

La depresión nos ataca. Cuando las finanzas nos amenazan. El cáncer visita el cuerpo de la abuela. La visa nos es negada. Llega fin de mes y ya no hay nada en el refrigerador. El marcador de la gasolina del carro está en la E. Y entramos en pánico. Porque nos vemos solos. Nos vemos como aquel niño en la colina corriendo pero solitarios, sin una honda, ni piedra, ni esperanza, ni fe, ni visión... Y se nos olvida lo que hizo el Señor con Moisés cuando abrió el mar rojo. Con Josué cuando destruyó Jericó. Con Elías cuando lo alimentó en Querit. Con Jonas cuando lo libró del monstruo marino.

Entonces: ¿Cuando fue la última vez que usted corrió hacia su gigante y vio lo que vio David? Pero no. Tratamos de escondernos en el trabajo, de hundirnos detrás de un escritorio o gatear en la distracción de un club nocturno o en la cama prohibida del sexo.  Por un tiempo nos sentimos a salvo, anestesiados, pero entonces el trabajo se termina, el licor se consume, el amante se va y escuchamos a Goliat otra vez... Rugiendo. Amenazando. Consumiendo nuestras energías espirituales...

Ponga en práctica lo que hizo David. No vea lo que se toca. Vea lo que no se ve. Vea al Señor sentado en Su Trono esperando que usted, su paladín, su invicto, su vencedor, su David, su rubio y hermoso hijo tire la piedra. Hoy la piedra es la Palabra. Es una roca tan poderosa que cuando los demonios la escuchan salen aullando y se van a los cerdos y estos al mar...

Necesitamos la historia de David. Los gigantes andan alrededor de nuestras habitaciones. Nos amenazan constantemente. Rechazo. Fracaso. Venganza. Remordimiento. Enfermedad. Gigantes. Sì. Son grandes y feos. Sin embargo no necesitamos enfrentarlos solos. Primero vea a David y luego usted haga lo mismo. Ponga toda su atención en Dios. Cuando David lo hizo los gigantes cayeron y usted puede hacer lo mismo... Lo que Dios hizo por David está dispuesto a hacer por usted...

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑERA Y SUS "BUENAS" INTENCIONES... (Parte 1)

DESATADLO Y DEJADLO IR. (Jn. 11:44)

PASAS Y MANZANAS