SANSON

La noche está cayendo sobre el cielo de Sorec y un drama se está desarrollando en una casa. Es un drama de pasión, de pecado y de temor. Dalila desea vencer al enemigo del pueblo filisteo. Es un hombre enviado por Dios con una fuerza descomunal para derrotarlos y ellos necesitan saber el secreto de dónde radica su fuerza... La sobornan para que logre su cometido. Sansòn, como todo hombre, no se da cuenta que está jugando con fuego. Y Dios dijo que el que juegue con fuego quemara sus vestiduras. Quiere irse pero no puede. Quiere renunciar a la pasión que lo consume pero su cuerpo se niega a obedecer. Quiere escuchar la Voz del Señor pero sus oídos se niegan a hacerlo...

¿Por qué se alzó esta mujer en mi camino? Lirio de Perdición... ¿Por qué he permitido que su perfume llegue hasta mí, e invada lentamente mi corazón? -se pregunta afligido- ella ha venido en nombre del dolor y yo vine a consolar el dolor sobre la tierra, ella es el pecado, y ella es la conquista de mi vida, y ¿no vine yo a conquistar al enemigo?  ¿Cómo pedir al conquistador que tenga miedo de su conquista y huya de ella? Yo siento que la bestialidad del instinto se despierta en mí, y el instinto es el alma del hombre, la naturaleza me recuerda que soy su hijo, y es por los ojos, por los labios, por la manos de esta mujer que viene a recordármelo, el perfume de su cuerpo hace temblar el mío, el aliento de su boca me enardece, sus ojos de alga marina me obsesionan, siento que voy a sucumbir, ¡Padre mío!, aparta de mí este cáliz del amor, aparta de mí el cáliz de estos labios, aparta de mis ojos la estrella de estos ojos que me ciegan, aparta de mi cuello la cadena de estos brazos que amenazan esclavizarme...

...Y Sansòn trata de huir de esa pasión que lo está quemando. Su vida toda y la de su pueblo está en juego, pero ya no tiene fuerzas para luchar. Ya no le quedan energías para negarse a recostar su cabeza en el regazo de Dalila que lo ha hipnotizado y le ha hecho perder de su vista el horizonte de la misión a la que fue llamado: a salvar a su pueblo y su raza de los filisteos, enemigos de su Dios...

...Huiré, me refugiaré en la montaña, macerarè mi cuerpo, ayunaré cuarenta días y cuarenta noches y volveré purificado entre los hombres, libre de todo deseo... se repite una y otra vez...

Pero el águila ya ha sido vencida. Declaró el secreto de su fuerza y cae derrotado ante sus enemigos... Dalila cobra su salario y Sansòn es tomado cautivo. Se burlan de él y de su Dios. Le sacan los ojos que una vez vieron el color de las rosas, la luz radiante del sol y los atardeceres de Sidon... Hoy solo ven oscuridad y negrura que rodean su vida de fracaso, de dolor y de soledad... Es el escarnio de todos. Es la burla hecha persona. Es un guerrero vencido por su misma debilidad. Es una piltrafa humana... Todo por haberse acercado a donde no debía. Todo por haber visto lo que no debía. Todo por haber creído que con Dios se puede jugar...

Jugó y perdió...

¡Cuidado hombres...! Dalila puede andar a la vuelta de nuestra esquina...


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