¿NADIE NOS VE...?
YouTube, Facebook, Twitter y otros medios masivos de interacción están dando mucho de què hablar.
Y no lo digo por aquello de los chismes sino de lo que son en realidad: una ventana a nuestras vidas...
Hace unos años se exhibió una película que se llamó así: "La ventana". Era de suspenso. Lo que se llamó en su tiempo "Suspenso frío" por el estado de terror en que mantenía a los espectadores. Y trataba de eso, precisamente, de lo que se veía a través de una ventana...
Hoy tenemos ventanas por todos lados. Son los celulares inteligentes. En un santiamén nos toman una foto en cualquier momento de nuestras vidas y ni cuenta nos damos. Luego nos comentan que vieron en YouTube un vídeo en donde aparecemos comiendo en un restaurante, platicando en una reunión, sentados en algún lugar público.. o entrando a un motel con una mujer que no es nuestra esposa...
Creemos infantilmente que nadie nos ve. No importa donde nos escondamos. Siempre habrá alguien que nos está viendo. Si no es en la tierra es en el cielo. Creemos que podemos vivir como queramos ya que al fin y al cabo es nuestra vida y podemos hacer lo que nos plazca. No afectamos a nadie mientras no nos vean... El problema es que nos verán, tarde o temprano nos van a ver. Con foto y todo. O con vídeo a todo color. Y en vivo. No en muerto...
Creo que la ciencia ha avanzado tanto que ya no hay lugares en donde esconderse. Hay cámaras grabando en las ciudades, en los bancos, en los centros comerciales y en los restaurantes. Pero también debemos saber que hay cámaras en los teléfonos celulares de las personas que nos conocen.
Y lo doloroso del caso es que después vienen las consecuencias que nos traerán vergüenza, oprobio y humillación. Pregùntele a los famosos o los políticos que han sido grabados haciendo cosas vergonzosas. Acostàndose hombres con hombres. Recibiendo sobornos. Vendiendo voluntades. Traicionando esposas. Destruyendo hogares y dejando empleos bien remunerados por un momento en que pensaron que nadie los estaba viendo...
Hoy no hay lugar privado. La vida privada pasó de moda. Hoy todo está en vitrina pública. A la vista de todos.
Y no debemos olvidar que hay un Ojo más importante que no pasa nada por alto. Es el Ojo de Dios. Fue lo que olvidó David cuando vio con lujuria a Betsabè. Vio para los lados y no había nadie que lo criticara. No había nadie que lo sorprendiera gozando con la vista de aquella hermosa mujer. Pero se le olvidó ver para arriba. Arriba estaba la Cámara que todo lo ve. En colores y en plena acción. Y usted sabe el resto...
Mi consejo, hombres, mujeres o jóvenes, es que no debemos olvidar que en cualquier momento en Facebook, Twitter o YouTube podemos aparecer ante millones de personas viendo lo que hicimos en privado, en donde según nosotros nadie nos vería... Y si no fuera así, no olvidemos que cuando nos presentemos ante el Tribunal de Cristo veremos el vídeo de nuestra vida aquí en la tierra y no sabremos qué responder... Mejor andemos con cuidado, como dice Pablo...
Y no lo digo por aquello de los chismes sino de lo que son en realidad: una ventana a nuestras vidas...
Hace unos años se exhibió una película que se llamó así: "La ventana". Era de suspenso. Lo que se llamó en su tiempo "Suspenso frío" por el estado de terror en que mantenía a los espectadores. Y trataba de eso, precisamente, de lo que se veía a través de una ventana...
Hoy tenemos ventanas por todos lados. Son los celulares inteligentes. En un santiamén nos toman una foto en cualquier momento de nuestras vidas y ni cuenta nos damos. Luego nos comentan que vieron en YouTube un vídeo en donde aparecemos comiendo en un restaurante, platicando en una reunión, sentados en algún lugar público.. o entrando a un motel con una mujer que no es nuestra esposa...
Creemos infantilmente que nadie nos ve. No importa donde nos escondamos. Siempre habrá alguien que nos está viendo. Si no es en la tierra es en el cielo. Creemos que podemos vivir como queramos ya que al fin y al cabo es nuestra vida y podemos hacer lo que nos plazca. No afectamos a nadie mientras no nos vean... El problema es que nos verán, tarde o temprano nos van a ver. Con foto y todo. O con vídeo a todo color. Y en vivo. No en muerto...
Creo que la ciencia ha avanzado tanto que ya no hay lugares en donde esconderse. Hay cámaras grabando en las ciudades, en los bancos, en los centros comerciales y en los restaurantes. Pero también debemos saber que hay cámaras en los teléfonos celulares de las personas que nos conocen.
Y lo doloroso del caso es que después vienen las consecuencias que nos traerán vergüenza, oprobio y humillación. Pregùntele a los famosos o los políticos que han sido grabados haciendo cosas vergonzosas. Acostàndose hombres con hombres. Recibiendo sobornos. Vendiendo voluntades. Traicionando esposas. Destruyendo hogares y dejando empleos bien remunerados por un momento en que pensaron que nadie los estaba viendo...
Hoy no hay lugar privado. La vida privada pasó de moda. Hoy todo está en vitrina pública. A la vista de todos.
Y no debemos olvidar que hay un Ojo más importante que no pasa nada por alto. Es el Ojo de Dios. Fue lo que olvidó David cuando vio con lujuria a Betsabè. Vio para los lados y no había nadie que lo criticara. No había nadie que lo sorprendiera gozando con la vista de aquella hermosa mujer. Pero se le olvidó ver para arriba. Arriba estaba la Cámara que todo lo ve. En colores y en plena acción. Y usted sabe el resto...
Mi consejo, hombres, mujeres o jóvenes, es que no debemos olvidar que en cualquier momento en Facebook, Twitter o YouTube podemos aparecer ante millones de personas viendo lo que hicimos en privado, en donde según nosotros nadie nos vería... Y si no fuera así, no olvidemos que cuando nos presentemos ante el Tribunal de Cristo veremos el vídeo de nuestra vida aquí en la tierra y no sabremos qué responder... Mejor andemos con cuidado, como dice Pablo...
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