LAS NUBES...

Cuando era niño me gustaba -quizà como a usted tambièn en su època-,  observar tirado en la grama de algùn parque y estando boca arriba, ver la forma de las nubes... En aquellos tiempos no me imaginaba que cada forma que yo veía era una fantasía puramente infantil... A unas les veìa forma de elefante, a otras les imaginaba un perro con la cola levantada, otra nubel me parecía como la figura de un hombre gordo... Asì eran mis nubes de aquellos tiempos...

Pero ahora, a mis sesenta y seis años veo que todo fue una fantasía...

Porque la realidad es otra.

He observado, no boca arriba en un parque, sino bien erecto y parado con mis pies en la tierra sin levantar los ojos al firmamento que sì hay nubes en mi vida. Y sè que en la suya también...

Nubes por ejemplo, nubes negras que amenzan con inundarnos con la tormenta que llevan dentro. Tormentas que amenazan el matrimonio. Tormentas que profetizan divorcio, separación, frialdad en el amor, momentos en que las nubes son tan negras que no se ve el horizonte por màs que uno trate de tener fe en Dios de que todo saldrà bien...

En esos momentos las nubes que llegan a la vida del cristiano se vuelven tan reales que casi se pueden tocar... Como las nubes que oscurecieron la vista de Pedro en el mar cuando la tormenta lo alejaba de Cristo...

Estàn las nubes del dolor de haber perdido el amor de alguien. O quizá màs claro: a alguien. Yo perdì a mi mamà el diciembre pasado. El Señor tomò su vida y tuve que enfrentar las nubes de la tristeza y de saber que ya no volverìa a llevarle su regalo del dìa de la madre para el mes de mayo...

A mi vida han llegado nubes brillantes. Han sido momentos de felicidad al lado de la persona que màs amo en esta tierra: Marìa Elena. Ella ha sido la sombra que las nubes usan para cobijarme en mis momentos màs difíciles y oscuros... Hemos tenido dìas en que no han habido nubes en nuestro firmamento... Pero tambièn hemos tenido dìas en que las nubes negras de la dificultad ha cubierto nuestro cielo y no nos han dejado ver que del otro lado el Sol sigue brillando... Han sido esos dìas oscuros en donde uno ha creìdo que no hay salida. Las nubes negras del problema. De la dificultad. Las nubes del hospital en donde no se sabe còmo se pagarà la cuenta que los doctores cobraràn... Nubes grises de la duda. Nubes del silencio, en donde hay momentos que las palabras no se pueden expresar...

¿Ha tenido usted días tan nubosos que parece que el horizonte siempre estarà oscuro? ¿Ha tenido usted tambièn su cielo cargado de nubes llenas de problemas y dificultades? Estoy seguro que sì... Sin embargo tambièn sè que como yo he vivido, esas nubes se han disipado sin darnos cuenta... Como cuando èramos niños... Cuando buscábamos al perro que creìamos haber visto hacìa unos momentos flotando en el firmamento, ya no estaba. La nube se habìa transformado en otra cosa... El perro habìa desaparecido en fracciòn de segundos... ¿Como? No lo sabíamos pero asì habìa sucedido.

Igual que hoy. Esas nubes pasaràn y tomaràn otra forma. Solo esperemos que el Sol brille otra vez en el horizonte y veremos nuestro cielo sin nubes... Por el momento, solo por el momento...


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